Fue un placer cubrirte, Miguel Cotto

 

 

Especial para CLARIDAD

Sin quererle quitar mérito a otros atletas que he cubierto en mi carrera, siempre he dicho que sin duda el atleta élite que más he disfrutado en casi 20 años de crónica deportiva ha sido el boxeador puertorriqueño Miguel Cotto, quien al momento de este escrito ya ha sido exaltado al salón de la fama del boxeo en Canastota, NuevaYork, convirtiéndose en el púgil # 11 de nuestra historia, el 13.0 en total.  Ya también son miembros del prestigioso museo el árbitro Joe Cortez  y el periodista Mario Rivera Martinó.

Recuerdo como hoy la primera vez que lo vi  pelear en vivo. Fue el sábado 11 de septiembre del 2004. Esa noche Cotto peleaba por un campeonato vacante de las 140 libras frente al también invicto Kelson Pinto. El brasileño había vencido dos veces al boricua en aficionado y recuerdo el nerviosismo en aquel Coliseo de Puerto Rico (ese fue su primer evento deportivo en ese recito). Sin embargo, tan pronto sonó la campana, Miguel demostró ser superior. Envió a Pinto a la lona en tres ocasiones y ganó el primero de sus seis campeonatos mundiales. Esa sería su primera división en donde eventualmente se convertiría en el único atleta masculino en ganar campeonatos en cuatro divisiones.

Lo más memorable

Entre los otros eventos de su carrera que jamás olvidaré, hay tres en particular.El primero fue su combate contra el estadounidense Shane Mosley, en noviembre de 2007. Recuerdo los comentarios de que Cotto era bueno, pero no élite y que la velocidad de Mosley sería demasiado para el nuestro. El boricua utilizó su preciso jab para neutralizarle la velocidad al estadounidense, acumular una buena ventaja y luego demostrar sus habilidades boxísticas para ganar el último asalto y asegurar el combate. Esa sería su primera victoria sobre un miembro del Salón de la fama.

Más adelante  tuve la oportunidad de cubrir la revancha de Miguel Cotto y Antonio Margarito. La controversia que provocó su primer combate sobre la sospecha del posible uso ilegal de guantes alterados por parte del mexicano, al propinarle al boricua su primera derrota, hizo que esta tuviera un sabor más picante. Por primera vez uno veía malestar en la figura de Cotto y sabía que ésta era de carácter personal para el nuestro. Una segunda controversia explotó cuando el ojo de Margarito se convirtió en un asunto importante para que se le otorgara la licencia de boxear. Miguel peleó una pelea sumamente disciplinada y utilizó su superior velocidad para golpear el ojo de manera constante y obligar a la comisión de Nueva York a parar el combate después del 9.0 asalto.

Por ultimo, está el combate contra el argentino Sergio Martínez. Esa victoria, ocurrida precisamente, en una de las vísperas de la parada puertorriqueña de Nueva York, convirtió a Cotto en el primer atleta boricua masculino en  ganar campeonatos en cuatro divisiones distintas. Cotto dominó el combate de principio a fin y lo envió a la lona en 4 ocasiones. Considero que esa fue la mejor actuación de su carrera.

Aun en derrota Cotto demostraba

De las seis derrotas que Cotto sufrió en su carrera, tuve la oportunidad de estar presente en tres de ellas: ante el filipino Manny Pacquiao, el estadounidense  Floyd Mayweather y el mexicano Canelo Álvarez. Pero tengo que admitir que aunque el resultado no fue el deseado, en ninguna de ellas sentí que Cotto no había dado el 100 %. Todo lo contrario, las peleas de Canelo y Mayweather son consideradas entre las más difíciles de sus ilustres carreras (al día de hoy se argumenta que venció a Canelo), mientras que en la primera parte de la pelea frente a Pacquiao,  Miguel le dio todo tipo de problemas antes de ser noqueado en el último asalto.

Siempre cordial con la prensa

Miguel Cotto es reservado, y eso en ocasiones se confunde con arrogancia. En realidad, este prefería que fueran sus guantes los que hablaran por él. Aun así, mi experiencia fue que siempre trató a los medios con respeto aunque se sintiera incomodo con alguna pregunta.

Hoy que es inmortal, le agradezco haberme permitido cubrir algunos de los momentos más importantes de su carrera y verlo convertirse en  una leyenda en el camino. Campeón, gracias por los recuerdos.

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