“La Universidad nos maltrata, nos utiliza descaradamente”

z/CLARIDAD

“Los contratos docentes le hacemos un favor de funcionamiento a la Universidad, pero la Universidad no nos hace ningún favor a nosotros, al contrario, nos utiliza. Somos un blanco fácil porque después de haber hecho un doctorado donde quieres estar es en la academia, no en una tienda por departamento”, aseguró una profesora por contrato a tarea completa del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Una entrevista telefónica bastó para notar la indignación y desespero de esta profesora, quien cuenta con un doctorado en la materia que enseña y quien solicitó no ser identificada para que la administración universitaria no tome represalia contra ella, como ha pasado en otros casos. Según contó, es conocido que, por expresarse en contra de la administración, ha habido profesores a los que no le han renovado sus contratos.

Este tiempo de receso, antes de que comience el próximo año académico, siempre es angustioso para los profesores y profesoras por contrato, ya sea a tarea total o parcial, grupo que padece más la precariedad laboral que el primero porque, por ejemplo, no reciben aportación patronal para el plan médico y tienen que completar la carga académica impartiendo clases en otras universidades o recintos de la UPR.

Particularmente, para el inicio de este semestre 2018-2019, la indignación de los profesores de la UPR que se encuentran bajo esta situación – mas del 40 por ciento a nivel sistémico – es mayor porque vienen arrastrando dos semestres en los que trabajan más tiempo de lo establecido en sus contratos y no son remunerados por tales tareas. El desface entre el fin del contrato y la extensión del trabajo se debió a la pasada huelga estudiantil y al paso del huracán María por Puerto Rico.

“Si las condiciones del semestre cambiaran, se supone que el contrato cambie también, pero no, se quedó como se estableció al principio”, denunció la profesora a la vez que informó que “eso no pasó con los docentes con plaza; tuvieron que trabajar, pero no se les afectó el sueldo como a nosotros”.

Durante la huelga estudiantil 2017, que se extendió por más de tres meses, se conformó el colectivo PAReS, Profesores Autoconvocados en Resistencia Solidaria, y como parte de este esfuerzo por velar los derechos de los docentes por contrato, organizaron la Coordinadora Nacional de Docentes Sin Plaza y el Primer Pleno Nacional de Docentes sin Plaza. La intensión fue agrupar la mayor cantidad de profesores que enfrentan la precariedad laboral.

En aquella ocasión, los docentes sin plaza de la UPR representaban el grupo de mayor crecimiento en dicha institución de educación superior, por ejemplo, aproximadamente el 46 por ciento del profesorado del Recinto de Río Piedras y sobre un 60 por ciento en el Recinto de Carolina.

A la fecha, la situación en el sistema UPR no ha cambiado porque la administración mantiene las plazas congeladas. Para ejemplificar, en Río Piedras puede ser 32 el porcentaje, “pero eso no indica que ha bajado la cantidad de profesores por contrato; la lectura debe ser que en general hay menos profesores contratados”, explicó la académica.

Según la entrevistada, el último aletazo que dio la Coordinadora fue para apoyar una manifestación que hicieron los profesores por contrato en Mayagüez en la que solicitaron a la administración la extensión del contrato del primer semestre del año pasado 2017-2018. Como consecuencia del huracán, en todas las agencias gubernamentales se hicieron ajustes, sin embargo, en la UPR no hicieron ajustes para los y las docentes por contratos.

La entrevistada informó que la debilidad que tuvo la organización de la Coordinadora, que aunque contaba con el aval de muchos profesores, ya no está constituida, fue que las mismas condiciones en las que mantienen al profesorado por contrato provocaron que estos y estas fueran inestables en la participación.

“Lo que se esta buscando es eliminar absolutamente los contratos a tarea completa, ya el rector envió una comunicación hace dos semestres”, continuó la profesora del recinto riopedrense.

Por otro lado, los contratos docentes de la Universidad no cobran lo que corresponde con las tablas de recursos humanos en términos del grado y el rango académico. El profesorado en esta situación cobra entre $4 mil a $12 mil anuales, sin derechos ni beneficios marginales tales como plan médico y retiro.

“Es un salario de miseria, de esclavitud. Somos personas que tenemos doctorados, publicaciones, labor creativa y de investigación. Nada de eso cuenta para nada”, dijo.

“Es una falta de respeto, una cosa muy indigna. Eso implica una falta de compromiso de la Universidad con los profesores, pero también obliga a los profesores a tener menos compromiso con el trabajo, a que des un servicio de tal hora a tal hora y te vayas. La universidad te maltrata y te utiliza descaradamente”, finalizó.

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