¿Puerto Rico fue una Blue Zone?

 

 

Especial para En Rojo

[Esta es la primera columna de la serie “Entre ollas y fronteras”, preparada para En Rojo por el autor.]

La colonización alimentaria que enfermó nuestros cuerpos

Antes del microondas y los cubitos, Puerto Rico tenía todos los ingredientes de una Blue Zone. Hoy tiene todos los síntomas del colapso.

Puerto Rico no figura en los mapas oficiales de longevidad mundial. No está entre Okinawa, Icaria o Nicoya. Sin embargo, si uno observa con calma los registros históricos y escucha con atención a nuestros mayores, surge una verdad incómoda: muchos puertorriqueños nacidos a fines del siglo XIX y principios del XX vivieron más de un siglo… y vivieron sanos.

En los campos de Adjuntas, Ciales, Las Marías y Cabo Rojo, había mujeres que cocinaban con viandas, hombres que sembraban y cargaban leña hasta bien entrada la vejez, y abuelas que morían en sus casas a los 100 años, sin haber pisado una sala de intensivo. Eran cuerpos longevos no por medicina moderna, sino por comida fresca, movimiento diario, vida comunitaria y cocina lenta.

¿Qué es una Blue Zone?

Las llamadas Blue Zones, según Dan Buettner y National Geographic, son regiones del mundo donde las personas viven vidas significativamente más largas y saludables que el promedio. Comparten factores como dietas mayormente basadas en plantas, actividad física constante y moderada, conexión comunitaria y espiritualidad, poco estrés crónico y bajo consumo de alimentos procesados [1].

Y si uno compara estos patrones con la vida de Puerto Rico rural antes de 1950, la coincidencia es notable.

Supercentenarios nacidos antes de la invasión: ¿casualidad o evidencia?

El Gerontology Research Group (GRG) ha documentado múltiples supercentenarios puertorriqueños —personas que vivieron más de 110 años— nacidos entre 1889 y 1908. Entre los puertorriqueños validados como supercentenarios destacan Emiliano Mercado del Toro (1891–2007), Ramona Trinidad Iglesias Jordan (1889–2004), Antonia Gerena Rivera (1900–2015), Emilio Flores Márquez (1908–2021), Modesta Rodríguez Carrasquillo (1890–2003) y María Anastasia Colón Aponte (1891–2003) [2]. Todos nacieron en regiones rurales, en los inicios de la era colonial estadounidense —una época donde aún predominaban la cocina criolla, las viandas y la agricultura local.

Todos nacieron en zonas rurales, antes de que existieran los supermercados, la leche en polvo, los refrescos, o los comedores escolares industrializados. Comían del patio, caminaban a diario y cocinaban con lo que la tierra ofrecía. Vivieron mucho no por biotecnología, sino por hábitos culturales y alimentarios profundamente puertorriqueños.

Nuestra salud post-industrialización

 Tras la invasión estadounidense de 1898 y la posterior reestructuración de la economía local, el sistema alimentario de Puerto Rico cambió radicalmente, y así mismo nuestra salud.

 

Como se muestra en la gráfica de Transición Alimentaria en Puerto Rico (1900-2020), tras la caída de la producción agrícola local y el aumento drástico de alimentos ultraprocesados, hubo un aumento paralelo de enfermedades crónicas en la isla [Ver notas 3 a 12]. En menos de un siglo, la olla fue reemplazada por el paquete. El sabor por el polvo. La salud por la prisa.

Expectativa de vida: más larga, pero más enferma

Es cierto que la expectativa de vida aumentó tras la llegada de EE.UU., gracias a vacunas, antibióticos y agua potable. Sin embargo, también aumentó dramáticamente la carga de enfermedades crónicas. El resultado: se vive más años, pero con menos calidad de vida. Enfermos, medicados, aislados y lejos del plato que una vez nos sostuvo.

Comparación histórica: antes vs. ahora

 

Aspecto Antes de 1950 Después de 1980
Alimentación principal Viandas, legumbres, frutas, pescados Harinas refinadas, carnes procesadas
Técnicas de cocina Hervido, guisado, fermentado Fritura rápida, microondas
Origen de los alimentos Patio, finca, mercado local Góndola, importaciones
Actividad física diaria Alta (caminar, sembrar, cargar) Baja (sedentarismo generalizado)
Enfermedades metabólicas Raras Epidémicas
Relación con la comida Comunitaria, ritual, cultural Individual, apurada, desarraigada
Longevidad saludable Alta para quienes sobrevivían la niñez Baja por enfermedades crónicas desde jóvenes

 

Descolonizar el cuerpo… desde la cocina

 No se trata de romantizar el pasado. Se trata de reconocer que la medicina preventiva ya existía en la cocina puertorriqueña, cuando el sofrito era fresco, el arroz se lavaba a mano y la comida se compartía.

Recuperar esa sabiduría requiere voluntad cultural y política: enseñar a cocinar desde la escuela; revalorizar la olla como símbolo de salud y soberanía; apoyar la agricultura local, no solo con discursos, sino con legislación; descolonizar el paladar, y también el cuerpo.

Tal vez Puerto Rico nunca fue oficialmente una Blue Zone. Pero vivió como una. Y tal vez el futuro más revolucionario que podemos imaginar es uno donde volvamos a guisar como si la salud nos importara.

El autor es especialista en Medicina Culinaria del Centro Caribeño de Medicina Culinaria.

Bibliografía
 [1] Buettner, Dan. The Blue Zones: Lessons for Living Longer from the People Who’ve Lived the Longest. National Geographic, 2008.
[2] Gerontology Research Group. “Puerto Rico Supercentenarians.” grg-supercentenarians.org. Accessed 10 June 2025. https://www.grg- supercentenarians.org/puerto-rico
[3] FAO. Caribbean Statistical Yearbook, 1960; USDA. Balance Sheets – Puerto Rico, 1950.
[4] Dietz, James L. Economic History of Puerto Rico. Princeton UP, 1986.
[5] USDA. Puerto Rico Food Supply Estimates, 1970.
[6] FAO. Regional Food Supply Review – Caribbean, 2020.

[7] USDA Economic Research Service. Historical Food Import Reports, 1930–1960.

[8] Departamento de Hacienda. Boletín de Estadísticas de Importación, 1972.
[9] Departamento de Salud Pública. Informe Sanitario Anual, 1920.
[10] Puerto Rico Vital Statistics Report, Departamento de Salud, 1958.
[11] CDC. Behavioral Risk Factor Surveillance System: Puerto Rico 2020.

[12] Puerto Rico Health Sciences Journal, vol. 1, no. 3, 1976; Informe de Diabetes AGPR, 1980.

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