Sinodalidad para las iglesias y el mundo

 

Especial para En Rojo

El Papa Francisco llama a las comunidades católicas de todo el mundo a entrar en un proceso de diálogo en preparación a la próxima sesión del Sínodo de los Obispos. El Papa propone un proceso en tres etapas. Hasta abril de 2022, debe ser la fase diocesana, consistente en una amplia consulta à las bases. La segunda etapa, de abril a septiembre de este año, será nacional y luego continental, hasta abril de 2023. Finalmente, este proceso culminará en la reunión de obispos en Roma (octubre de 2023). El Papa desea que el Sínodo se convierta en nueva forma de vivir la fe. En griego, la palabra syn odos significa caminar juntos. El papa afirmó: «En este tercer milenio, el camino que Dios espera de la Iglesia es la sinodalidad».

Desde que, a partir del siglo XI, el obispo de Roma se convirtió en jefe de toda la Iglesia occidental, es casi la primera vez que un Papa se enfrenta a la oposición abierta de cardenales, obispos, sacerdotes y grupos eclesiásticos. El reto es que, incluso entre los que lo aceptan, muchos escuchan su palabra, pero no colaboran con su proyecto.

El Papa sabe que obispos, sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral se preparan para obedecer o a mandar y no para dialogar y caminar juntos. El Vaticano es la única monarquía absoluta que aún persiste en Occidente. Su política sigue siendo poco transparente. En nombre del Papa, el Vaticano nombra a los obispos; los obispos nombran a los sacerdotes y los sacerdotes sólo necesitan rendir cuentas al obispo. De nada sirve que el Papa Francisco denuncie el clericalismo si eso es el propio sistema actual y se sustenta en la división entre clérigos y laicos creada en el siglo IV. Mientras este sistema no se modifique estructuralmente, hablar de sinodalidad parece broma para disfrazar la supervivencia del autoritarismo eclesiástico.

La propuesta de sinodalidad que el Papa hace a la Iglesia se parece a la idea de democracia participativa y directa que los movimientos populares hacen a la sociedad civil y a los Estados. En el mundo, los sistemas políticos también están en crisis. Los partidos parecen desacreditados y los gobiernos deben demostrar que no son meros gestores acreditados por el Capitalismo Financiero para administrar los países al servicio de los intereses de la élite.

Desde hace algunas décadas, en América Latina y África, los pueblos originarios proponen a toda la humanidad el paradigma del Buen Vivir, centrado en la primacía de la vida, en el respeto a los bienes comunes de la humanidad y en la comunión entre personas, entre pueblos y con toda la naturaleza. Si las comunidades católicas y sus ministros se toman en serio la propuesta de la sinodalidad, si las Iglesias cristianas se convierten a caminar juntas como forma de vivir el discipulado de Jesús, podría hacerse realidad la afirmación de un pastor de la Iglesia en el siglo IV cuando decía: «La Iglesia cristiana debe organizarse como un ensayo del mundo,  como Dios quiere que sea el mundo».

El autor es monje benedictino y escritor.

 

 

Artículo anteriorBabalawos cubanos llaman a la unidad y a la organización en el 2022
Artículo siguienteHistorias dirigidas por mujeres: The Power of the Dog, Bruised, The Unforgivable