Trastocado el orden para vacunarse

CLARIDAD

ccotto@clariddpuertorico.com

Con las denuncias de personas vacunadas que no pertenecen a la primera fase se denota que en la vacunación se les da preferencia a algunas agencias públicas como la Administración de Servicios Generales y la Administración de Tribunales, en particular, a los jueces del Tribunal Apelativo y del Tribunal Supremo. El caso que ha colmado la copa es la petición directa a la Guardia Nacional por parte del presidente de la Comisión Estatal de Elecciones para vacunar a sus funcionarios.  Esto ha provocado que el secretario de Salud, doctor Carlos Mellado, emitiera una orden administrativa en la que establece que la prioridad serán las personas mayores de 65 años. Según la orden del secretario de Salud, las entidades públicas y privadas que participan en el proceso de vacunación deberán seguir estrictamente el orden de prioridad en la vacunación.

El otro grupo poblacional que se supone se este vacunando son las maestros y maestros, preferente del sistema público. Una fuente de CLARIDAD reveló que el único dato que tiene el Departamento de Educación es que ya se han vacunado 16,100 empleados, pero no tienen el dato de cuantos de esos son docentes.

CLARIDAD entrevistó al  doctor Jorge Hess, presidente de la Asociación IPAS, centros de salud primaria que fueron de las primeras instituciones de salud en hacer pruebas de detección del virus, acerca de la experiencia de los centros en el proceso de vacunación contra el COVID-19. De entrada, nos señaló que  el  90% de los  IPAS son centros de vacunación regulares, por lo que en esta ocasión entre 20 a 24 de ellos sometieron su solicitud interesados en participar en la vacunación contra el Covid-19.

El problema básico que ha habido en el proceso ha sido el volumen de vacunas que se reciben. Los IPAS reciben las vacunas de manos de la Guardia Nacional, que es quien las distribuye a todos los centros, afirmó. Al planteamiento de alguna posible disparidad en la distribución entre  lo que se recibe y se informa señaló que es “la GN es quien toma la decisión con el Departamento de Salud.  Me imagino que son los que toman la decisión de cómo se van a distribuir las vacunas  de una forma eficiente”. Observó que en términos de cantidad,  todos los centros sometieron la capacidad  que  pueden estar administrando, por lo que supone que el Departamento de Salud y la Guardia Nacional hacen el análisis a base de eso.

El doctor Hess reconoció que lo sucedido en la Comisión Estatal de Elecciones levantó tanto ruido que trajo el cambio de la orden ejecutiva del secretario del DS, de que en febrero solo se van a vacunar a las personas mayores de 65 años.

Aunque  no considera  que con la distribución de la vacuna contra el COVID-19 pueda estar sucediendo algo similar a lo que ocurrió al principio de la pandemia con las pruebas de detección, reconoció que ha habido sus desajustes, como el que haya gente que se ha saltado su turno.

Fotos: Alina Luciano

“Creo  que aquí lo que está ocurriendo claramente es que las expectativas que teníamos en Puerto Rico de que íbamos a estar recibiendo de momento 100 mil vacunas no ocurrió y lo que se está  recibiendo, como muy bien dice la doctora  Cardona, son 41 mil vacunas semanales”.  Para la administración de esas vacunas al principio había tres iniciativas: la del Pedrín Zorrilla, donde la GN estaba vacunando primero a todos los relacionados con la salud, y luego empezaron vacunar a los encamados y a los residentes en los asilos, que eran atendidos por  las farmacias Walgreens y CVS. La GN ahora  incluyó a los maestros, para los que hay unos ocho centros.

“Pero no es que se estén quedando vacunas guardadas en una nevera. Por el contrario, si mañana se nos trae un volumen mayor de vacunas todos los más de 500 centros de vacunación que se han autorizado para este proceso van a tener vacunas”.  Hizo la observación de que con la cantidad de vacunas que se están recibiendo ahora mismo, si se les fuera  a dar  vacunas a todos los centros de vacunación, se recibirían 50 vacunas por centro. “Eso se gasta en un día”. Al destacar que el 80% de la  población en Puerto Rico es mayor  de 65 años, comentó: “La realidad es que a la necesidad  de vacunas que tenemos no nos llega el suplido. Si ese suplido estuviese, estoy seguro que la distribución iba a ser mayor”.

Los IPAS ya han vacunado con la primera dosis alrededor de 25 a 30 mil personas, por lo que  en estos momentos  la gran mayoría están en el proceso de aplicar la segunda dosis. Algunos centros que ya terminaron con la segunda dosis están volviendo a vacunar otros grupos con la primera dosis. La experiencia en cuanto a las reacciones a la vacuna es que han sido mínimas. Las únicas reacciones que ha habido han sido leves: un poco de dolor de cabeza, debilidad, cansancio; en algunos casos, un pequeño catarro que dura solo un día, máximo. En general, no han tenido un problema por el que haya habido que tratar de emergencia a un paciente.

Aun en medio del proceso de vacunación, el doctor Hess exhortó a las personas  a continuar con las medidas de prevención, incluso aquellas  que se han vacunado. Hizo la advertencia de que, como sucede con el virus de la influenza, que cambia todos los años y hay que cambiar la vacuna, lo mismo puede suceder con el coronavirus. A los que todavía no han recibido la vacuna les alentó diciendo: “Es cuestión de mucha paciencia, mucha calma; esperar a que haya otras vacunas o se aumente el volumen de vacunas que llegue a Puerto Rico”.

 

 

 

 

 

 

Artículo anteriorReflexiones sobre la derrota de Trump
Artículo siguienteEditorial: Puerto Rico bajo asedio de residuos peligrosos, cenizas y químicos