Guerra de Trump contra las mujeres

Las mujeres resisten la guerra del presidente Donald Trump en su contra, desatada desde los tiempos de su campaña electoral, pero la resistencia está llena de obstáculos en el camino. La guerra no es sólo contra las mujeres de su país, Estados Unidos, sino contra todas las mujeres del mundo; tal es su misoginia y la del grupo gubernamental que lo respalda. El incidente más reciente ocurrió el jueves 13 de julio, es decir el otro día, cuando miró a la primera dama de Francia, Brigitte Macron, y con su mirada escaneó a la primera dama de Francia y le dijo “estás en tan buena forma”. Entonces, se volteó al Presidente de Francia, Emmanuel Macron, y le dijo “Está en muy buena forma física. Preciosa” (traducción al español de El País).

Lo que pensó Brigitte Macron del comentario de Trump es una incógnita que por ahora no conoceremos. Francia intenta restablecer buenas relaciones con EEUU, así es que, por qué no ignorar el comentario, la mirada y la actitud de misoginia de Trump, que la consideró un objeto de la propiedad de su marido. Son gajes del patriarcado en todas partes del mundo. Pero, ¿Trump? Bueno, bueno, su actitud, su lenguaje, su gobierno, esas son palabras mayores.

Desde que se inició la administración Trump, el 20 de enero de 2017, se comenzó a sentir el impacto de ese sexismo burdo que ya se conocía ampliamente por sus actos como magnate multimillonario, y posteriormente exhibió en la campaña política presidencial del 2016. La prensa dio a conocer durante la campaña la actitud irrespetuosa de Trump hacia las mujeres aun cuando está rodeado de algunas mujeres fuertes, como son su esposa Melania y su hija Ivanka.

Uno de sus comentarios, el que ofendió a prácticamente toda persona de conciencia en el mundo, fue cuando se publicó una grabación en la que decía que en cualquier fiesta o actividad agarraba a las mujeres por sus genitales y las tocaba. Como si esto fuera gracioso. Es decir que Trump se siente impune para ofender y maltratar a cualquier mujer.

Una vez tomó posesión de su cargo, el presidente Trump se confrontó con la marcha en su contra más impresionante que ha visto la capital de Estados Unidos en su historia como república. La Marcha de las Mujeres aglutinó en Washington, D.C. cientos de miles de personas que protestaron, el día después de la toma de posesión de Trump, por las políticas discriminatorias contra las mujeres, las personas LGBTTQ, migrantes, de diferente raza, entre otras. La asistencia a la marcha se calculó en más de 200,000 personas que con gorros color de rosa y pancartas coloridas hablaban muy en serio de su oposición a políticas sexistas y xenófobas. La marcha se hizo también en múltiples estados de la unión y en varios otros países.

Más, Trump tomó posesión. Su gobierno se fue organizando con cierta lentitud y con muchas dudas y traspiés. Es así, hasta el sol de hoy, cuando se cuestiona la “conexión rusa” de Trump y su gente, en perjuicio de la candidata demócrata Hillary Clinton. Es decir, se piensa que con la ayuda rusa, Trump y los republicanos maniobraron para birlar la elección en su favor. El analista Nicholas Kristof, en un artículo en The New York Times (17/5/17), apunta que si ofensivas fueron las palabras de Trump contra las mujeres, más devastadoras son las “políticas de salud que tendrán consecuencias nefastas en la vida de las mujeres”. Añade que “las políticas públicas de Trump en áreas como la salud y el bienestar social afectarán a las mujeres en su lucha contra el cáncer cervical, entre otras enfermedades graves”.

Expertos apuntan que las políticas a favor de la vida del feto y contra la salud de las mujeres, así como sus derechos reproductivos en general, inciden en la destrucción de los logros de las mujeres, obtenidos con arduas luchas durante los últimos 50 años. La disminución de fondos a las organizaciones no gubernamentales que ofrecen consejería y apoyo a las mujeres vulnerables con respecto a la salud física, mental y emocional son también terribles. Los centros de apoyo a víctimas de violación y los albergues para mujeres sobrevivientes de violencia de género, y sus hijos e hijas, también han sufrido los cortes presupuestarios de la administración Trump.

La lideresa y teórica feminista Gloria Steinem, señala que la confirmación de Neil Gorsuch al Tribunal Supremo de EEUU es un golpe fuerte a los derechos humanos de las mujeres de ese país. Gorsuch se posiciona en contra de algunos de los derechos reproductivos de las mujeres.

Otra de las políticas públicas de Trump, que aunque no tiene el desgarrador peso de las anteriormente mencionadas también refleja la mentalidad del flamante presidente, es la que impone a las funcionarias de su administración que deben “vestir como mujeres” (dress like a woman). Esta ofensiva de Trump desató la furia de las jóvenas en las redes sociales que se cuestionan insistentemente qué significa eso de “vestir como mujeres”. El viernes, 14 de julio, hubo una manifestación retando el nuevo código de vestimenta impuesto por Trump a las mujeres de la administración y a las periodistas que cubren la Casa Blanca.

La joven periodista Anna Papachristos, en su blog (8/6/2017) para Ms Magazine expresa en un lenguaje sencillo que considera que la mayor y más importante amenaza del Presidente Trump contra el feminismo es “su guerra contra la Madre Naturaleza”. Explica que cuando Trump posiciona a su país en contra del Acuerdo de París en torno al Cambio Climático está en guerra contra el ambiente y, en acorde, contra la madre naturaleza.

Todas las políticas sexistas, xenófobas, homofóbicas, clasistas, raciales, de la Administración Trump se manifiestan a diario en la isla, una de sus colonias. Es por esta razón que las mujeres en Puerto Rico debemos conocer lo que sucede a diario en ese país, y luchar de múltiples maneras, en la vida cotidiana personal y en la pública, contra las políticas de una administración que desprecia a los seres humanos.

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