Pedro Grant en su centenario

1 de mayo del 1974. E líder sindicalista se dirige a los(as) trabajadores (as)

Por Norman Pietri

Primeramente, debo recordar a Luis Escribano. Su partida es otro golpe duro contra los movimientos obrero y patriótico. Lloro hoy la pérdida de mi inseparable amigo desde que fundamos la FUPI hace 64 años. Es hora de duelo… de intenso dolor.

A cien años de su nacimiento, Pedro Grant ocupa su lugar en la historia de Puerto Rico. Un trabajador que vivió en su persona la explotación capitalista, y que aprendió a ser grande, paso a paso, sin rasgo alguno de arrogancia personal y que logró este lugar en el campo de las luchas obreras y sindicales, y en las luchas patrióticas y políticas de Puerto Rico, durante más de sesenta años de incontables contribuciones.

Fue fundador y dirigente de sindicatos y de federaciones de sindicatos, todos fieles a la lucha de la clase trabajadora y de organizaciones políticas, fieles a la lucha patriótica.

Pedro Grant fue un hombre de principios, no de dogmas. Demostró flexibilidad en la búsqueda continua para que los principios se convirtieran en realidad.

Los dogmáticos no convencen a nadie, porque solo quieren imponer su voluntad y sus ideas a todos los demás. Por el contrario, el dirigente que opera libre de los dogmas logra mejor comunicación con el pueblo. Porque enseña y aprende, aprende y enseña. Y organiza, que es lo más importante, para que sean las masas las que luchen por sus propias libertades.

La primera formación nacionalista de Pedro Grant le dio claridad ideológica. Pero como sindicalista y líder obrero, le dio una perspectiva internacionalista a sus actuaciones. Se transformó en socialista.

Contrario a muchos otros dirigentes sindicales, que se formaron primero en la universidad y llegaron luego a las luchas obreras, e incluso a dirigir sindicatos, Pedro Grant surgió de las entrañas de la clase obrera. No tenía títulos

universitarios. Pero dio cátedra a muchos patronos y a muchos abogados patronales. Incluso ayudó a formar a abogados de las uniones. Era inteligente, además de astuto cuando negociaba convenios colectivos con gran éxito.

En cierto momento, el independentismo moderno descubrió el importante papel que tenía la clase obrera en las luchas de liberación. Descubrió con el estudio del socialismo el papel que esta podía desempeñar en la lucha de independencia.

Esto ocurrió en las décadas del sesenta y del setenta del siglo pasado.

Algunos dirigentes obreros anteriores provenían en parte del Partido Comunista Puertorriqueño. Me refiero a los mejores, no a los traidores. Para los sesentas, quedaban unos pocos, perseguidos por os decretos anticomunistas de la Ley Smith, la Taft-Hartley y la de Informes de Uniones. Estas prohibían que los comunistas fueran líderes obreros. Juan Emmanuelli, Frank Ruiz y Sáez Corales integraban ese selecto grupo.

Aparte de los poderosos sindicatos de la industria azucarera, el movimiento obrero tenía su principal presencia en la transportación pública y en los muelles. Pedro Grant comenzó su trayectoria sindical precisamente en la UTM, la Unión de Trabajadores de Muelles, bajo influencia de las ideas socialistas y comunistas.

En los años cuarenta hubo un gran desarrollo del movimiento obrero puertorriqueñista, tanto en los sectores agrícolas, como entre los urbanos. Y surgieron las corporaciones públicas, en las cuales nacieron los combativos sindicatos de las últimas décadas. En estas nacieron sindicatos protegidos por una buena ley obrero-patronal.

En los sesentas, con la industrialización y el turismo, crecieron también las uniones de la AFL-CIO en Puerto Rico y la Unión de Tronquistas.

Pedro Grant se ganó su liderato en la década del sesenta. Y en la década del setenta, se convirtió en líder obrero y a la vez líder socialista en la lucha de independencia.

Fue entonces fundador y figura principal del Movimiento Obrero Unido (MOU) y de otras instancias de unidad en la acción. Fundó el Instituto Laboral de Educación Sindical (ILES) y el Bufete Sindical, dirigido por Luis Escribano.

Grant participó activamente en la puertorriqueñización de los sindicatos, incluso de uniones internacionales que se libraron de algunos dirigentes indeseables. Y participó en la dirección de uniones independientes y de locales de uniones internacionales. Su última participación fue con la Unión Nacional de Trabajadores de la Salud (UNTS), una local de la internacional SEIU, que dirigía nuestro compañero Lole Rodríguez Báez.

Durante años, el pensamiento nacionalista pretendió dividir al movimiento obrero y a los trabajadores sin tomar en cuenta que hay uniones independientes buenas y malas, al igual que las internacionales. Parece que ese debate ya fue superado por la realidad.

Pedro Grant también supo distinguir entre objetivos alcanzables y objetivos utópicos. Hay que saber cuando un objetivo alcanzable se volvía utópico y viceversa. Por eso pudo mantener su liderato y alcanzar el respeto general durante tanto tiempo.

Ejerció las funciones verdaderas de un verdadero dirigente obrero de ideología socialista. No supeditaba las uniones a una dirección política. Era consciente de que un sindicato no es un partido. En el sindicato convive gente de todas las ideologías. Nunca puede considerarse la vanguardia del proletariado. Muchos socialistas nunca han entendido esta verdad.

Pedro Grant nunca confundió los papeles. Su papel fue el de transmisor de ideas, de un sector al otro, en búsqueda de la necesaria síntesis. Por eso, fue un gran negociador de convenios colectivos, para mejorar los salarios y las condiciones de trabajo de los obreros. Y un gran dirigente socialista, en la búsqueda de soluciones políticas para Puerto Rico.

¡Honor y gloria para Pedro Grant!

¡Venceremos!

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Ponencia presentada en el 46 Festival de Apoyo a CLARIDAD.

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