Por Annie Ponce Rosa
La política enseña que el poder no se cede, se arrebata . Históricamente, quienes detentan el poder tienden a aferrarse a él usando estrategias como reformas legales, manipulación de la opinión pública y el uso de recursos estatales. En Puerto Rico, el bipartidismo del PNP y el PPD ha utilizado esas tácticas para sostener su dominio, dificultando la inscripción de nuevos partidos, restringiendo alianzas y controlando organismos como la Comisión Estatal de Elecciones (CEE).
Ante este panorama, las fuerzas progresistas deben organizarse, movilizarse y construir una alternativa estratégica que confronte directamente al sistema establecido porque el sistema no se va a transformar por sí solo. . Cambiar el país requiere inteligencia, unidad, apertura y desprendimiento
Una vía para ese cambio ha sido la Alianza de País entre el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) , que logró avances significativos en las elecciones de 2024. Pero más que una alianza táctica, se necesita una coalición estratégica , estructurada, diversa y con una visión clara de país.
El valor histórico de las alianzas.
Las alianzas han sido fundamentales en procesos de transformación política en el mundo. En América Latina, coaliciones amplias han permitido derrotar regímenes dominantes, como ocurrió en Chile, Uruguay y Argentina , donde fuerzas con diferencias ideológicas se unieron reconociendo que lo que las unía era mayor que lo que las separaba .
En Puerto Rico también ha habido precedentes:
- En 1978, el PIP, el PSP y figuras del PPD colaboraron en la ONU defendiendo el derecho a la autodeterminación.
- A principios del siglo XX, Luis A. Ferréganó apoyo electoral mediante candidaturas coligadas.
Sin embargo, hoy día las posibilidades de alianzas están restringidas por el Código Electoral de 2020 , que:
- Prohíbe candidaturas coligadas, pese a haber sido parte del sistema por décadas.
- Aumentan los obstáculos para la inscripción y permanencia de partidos nuevos.
- Centralizar el poder en la presidencia de la CEE, controlada por el partido en el poder (PNP).
- Permite el uso extendido del voto adelantado sin controles suficientes.
- Modifica el financiamiento político, eliminando asignaciones fijas del Fondo Electoral y reemplazándolas por el pareo de fondos, favoreciendo a los partidos con más capacidad de recaudación, como el PNP y el PPD.
Estos elementos refuerzan el bipartidismo y dificultan la competencia de nuevos movimientos. Por eso, la alianza entre MVC y PIP no fue solo conveniente, sino necesaria para enfrentar las barreras impuestas.
Apoyos estratégicos del PIP y el MVC a la Alianza: Apertura y Amplitud
El PIP , históricamente ideológico y conservador en cuanto a las alianzas, dio un giro importante bajo el liderazgo de Juan Dalmau , quien en 2024 convocó a electoral de todas las preferencias de estatus a unirse a un proyecto de país justo, transparente y ético. Esta fue clave de apertura para ampliar su base electoral.
Por su parte, el MVC ha funcionado como puente político al no estar atado a una posición específica sobre el estatus. Su enfoque en la justicia social, la transformación política y la lucha contra la corrupción lo ha hecho atractivo para opuestos diversos, incluyendo independentistas, estadistas desencantados, libres asociacionistas y no afiliados.
Este enfoque permitió que muchos electores votaran por Juan Dalmau sin sentir que votaban directamente por la independencia , y ayudó a neutralizar el miedo al cambio de estatus , una herramienta utilizada históricamente por el bipartidismo para sembrar incertidumbre.
Resultados históricos de la Alianza en 2024
En las elecciones de 2024, la Alianza logró lo siguiente:
- Juan Dalmau ganó en 13 municipios y quedó segundo en los demás.
- Obtuvo 391.945 votos(30,81%), superando al PPD y consolidándose como la segunda fuerza política del país.
- Aunque Jenniffer González (PNP)ganó con 41.22%, es importante recordar que el gobernador anterior ganó con solo 34%, lo que refleja un electorado fragmentado.
. En San Juan, el Lcdo. Manuel Natal, en alianza, logró ser favorecido por un 38% del electorado superando los votos que obtuvo en el 2020.
Este avance evidencia un cambio en la conciencia política del país , pero también muestra que la Alianza necesita fortalecerse aún más. Ni el PIP ni el MVC por separado pueden alcanzar la gobernación en 2028, debido a:
- La persistencia del bipartidismo, con control legislativo, mediático y financiero.
- La inercia del electorado, que aún vota mayoritariamente dentro del esquema tradicional, especialmente a nivel municipal.
- Las restricciones del Código Electoral.
- La necesidad de atraer el voto del centro político.5. Los resultados de 2020 y 2024: el PIP nunca ha superado el 14% solo, y el MVC sin alianza no alcanza el nivel del 2024.
Dividir el voto de oposición en 2028 garantizaría otra victoria del PNP, posiblemente con solo el 30-35% del electorado, como ha sucedido antes. Por tanto, la continuidad y expansión de la Alianza no es solo aconsejable: es esencial.
Hacia una nueva etapa: una Alianza para gobernar
La Alianza de 2028 no debe limitarse a lo electoral. Tiene que ser un proyecto de país con, estrategia y estructura. Además del MVC y el PIP, debe incluir:
- Sectores políticos fuera del bipartidismo: exlíderes del PNP y PPD decepcionados, alcaldes o legisladores con liderazgo local, candidatos independientes con base electoral propia.
- Movimiento cooperativista y empresarios de la economía social: fundamentales para una nueva visión económica.
- Sindicatos y movimientos laborales: como defensores de derechos y servicios públicos.
- Movimientos ambientales y de energía renovable: esenciales ante la crisis climática y energética.
- Movimientos feministas y de derechos humanos: con un historial de lucha por la equidad.
- Juventud y tecnología: para modernizar el gobierno y atraer a nuevas generaciones.
- Organizaciones comunitarias y del tercer sector: con capacidad real de transformación desde las bases.
¿Qué debe hacer la Alianza desde ahora?
- Fortalecer sus estructuras comunitarias y sus bases electorales en todo el país.
- Atraer a jóvenes, abstencionistas y votantes desencantados con una visión de esperanza y transformación.
- Ejercer una oposición concertada y estratégica a nivel municipal y estatal, fiscalizando con fuerza al gobierno actual.
- Diseñar una hoja de ruta clara para gobernar, con propuestas concretas en economía, salud, educación, energía y el problema del estatus.
El bipartidismo se sostiene dividiendo a la oposición, sembrando miedo y cambiando las reglas del juego. La única forma de vencerlo es con unidad, estrategia y una visión clara del país que queremos construir .
Conclusión
La pregunta no debe ser si es aconsejable continuar la alianza entre el MVC y el PIP. La verdadera interrogante es:
¿Estamos listos para construir un nuevo Puerto Rico en Alianza?
La autora es la Coordinadora MVC Humacao