Alianza electoral PIP-MVC, oportunidad de buen gobierno y esperanza para Puerto Rico

Manuel Natal y Juan Dalmau.

 

Dos signos permanentes marcan la historia de la humanidad: la contradicción y el cambio. Señales poderosas de oportunidades de transformación impactan países y sociedades en el mundo entero, y a una buena parte de los seres humanos también, aunque no necesariamente marchemos unos y otras  al mismo ritmo ni de la misma manera. Las sociedades y países son como las personas que los integran, cada uno a su aire, tanto en los retrocesos como en los avances.

Como sucede en otras partes del mundo, en Puerto Rico estamos en un punto de inflexión política colectiva. Una coyuntura que, por nuestra condición colonial y de subordinación a la potencia mundial más poderosa, ha tardado más de la cuenta en cuajar en todo su potencial transformador.

Pero, como dice el refrán, «no van lejos los de alante, si los de atrás corren bien», y tal parece que para el Puerto Rico colonial, ha llegado también la hora del cambio que le abra a nuestro pueblo la posibilidad de construirse un futuro distinto y mejor que lo que han sido su pasado y su presente.

Esto no ocurre solamente en nuestro pais. Cientos de países, incluido Estados Unidos, confrontan profundas contradicciones e insatisfacciones de amplios sectores de su población con las políticas, decisiones  y métodos empleados por sus élites gobernantes, que han dejado de responder a las aspiracione de sus pueblos y se han atrincherado en sus privilegios y afán de autoperpetuarse.

En Puerto Rico, esas élites coloniales llevan más de 50 años atrincheradas en una burbuja ideológica- la muerte lenta de la «unión permanente» y su extremo suicida, la anexión a Estados Unidos- en los dos únicos partidos que se han turnado la gobernanza pública, el Popular Democrático (PPD) y Nuevo Progresista (PNP), los cuales no solo han dejado de representar las aspiraciones del pueblo puertorriqueño, sino que se han convertido en refugio de políticos ineptos, ladrones y dilapidadores de los bienes públicos, que han llevado a Puerto Rico a la quiebra fiscal y a su más profunda crisis económica y social. Por eso, su apoyo electoral se ha ido erosionando rápidamente, amenazando la permanencia de su privilegios.

En lugar de reconocer sus errores y trabajar para mejorarse, el PPD y PNP se unieron para aprobar una ley electoral  que les permita seguir en el poder, e intentar frenar  la creciente insatisfacción y oposición del pueblo puertorriqueño con sus malos gobiernos.

De ahí la importancia del proyecto de Alianza de País, acordada por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), para acudir aliados a las próximas elecciones generales en Puerto Rico en noviembre de 2024.

Una extensa entrevista en dos partes al abogado y compañero Juan Dalmau Ramirez, candidato a la Gobernación por el PIP, en esta edición de CLARIDAD, resume las bases, el alcance y propósito de los acuerdos alcanzados  por la Alianza PIP-MVC, para el desarrollo de un nuevo paradigma que logre transformar la gobernanza pública en Puerto Rico con nuevos  parámetros de eficiencia, pulcritud, sana administración y rendición de cuentas. Sólo con un triunfo de la Alianza habría oportunidad de quebrar el control del bipartidismo corrupto PPD-PNP. Lo demás es más de lo mismo que no ha funcionado.

Dalmau sostiene que, para comenzar a corregir los errores de gobierno que han arruinado y estancado a Puerto Rico, hay que comenzar porque el pueblo los conozca. Para ello, propone la creación de una comisión independiente que investigue el tracto de las malas decisiones y el endeudamiento que culminaron en la bancarrota de nuestras finanzas públicas, y los principales funcionarios públicos y actores privados, de aqui y de fuera, que tomaron dichas malas decisiones, y le mintieron al pueblo, a sabiendas de que traerían las nefastas consecuencias que hoy vivimos. Una lección y reparación tardía pero necesaria para que nuestro pueblo conozca a quienes le fallaron, y no vuelva a permitir que se le falle nunca más. Otro gran paso sería comenzar a «limpiar la casa pública» de la extrema politizacion, que afecta, paraliza y convierte en privilegio para unos pocos, los servicios y bienes que son derecho y patrimonio de todos y todas en nuestro pais.

El bipartidismo PPD-PNP en Puerto Rico ha hundido a nuestro país en la parálisis de la gestión pública, el estancamiento económico, y la  creciente dependencia de fondos del gobierno de Estados Unidos. El carrerismo político del PPD-PNP ha disparado también la corrupción y son cada vez más «creativos» los esquemas mediante los cuales políticos y funcionarios se apropian de fondos públicos y se perpetúen en sus parcelas de poder, como lo demuestran las decenas de casos de corrupción entre políticos cada cuatrienio, el más reciente el de la ex representante PNP, María Milagros Charbonnier y sus co-conspiradores.

Ante este cuadro, la Alianza PIP-MVC es la alternativa electoral que tiene nuestro pueblo para quebrar el control del bipartidismo malsano, y darse a sí mismo una nueva oportunidad de buen gobierno y esperanza hacia el futuro.

 

 

 

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