Abril, mi mes preferido, parece ser este año un bajón en estrenos de buen cine con la gran excepción del documental de Luis Manuel Dávila Marichal, 1950: la insurrección nacionalista. ¿Cuándo llegarán los filmes nominados para el Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera? ¿una selección de los filmes presentados en Sundance y la Berlinale? ¿el filme anterior de Sebastián Lelio, Disobedience? ¿y las ya estrenadas en EU: Loving Pablo de Fernando de León Aranoa, Mary Magdalene de Garth Davis, The Death of Stalin de Armando Iannucci? Mientras tanto aquí comento tres buenos filmes entre las montones de comedias argentinas y españolas casi con la misma trama, guión, perspectiva y chistes conocidos que ocupan espacios en las salas de los Fine Arts.
Una mujer fantástica
(director Sebastián Lelio; guionistas Sebastián Lelio y Gonzalo Maza; cinematógrafo Benjamín Echazarreta; elenco Daniela Vega, Francisco Reyes, Luis Gnecco, Aline Kuppenheim, Nicolás Saavedra, Amparo Noguera, Trinidad González, Néstor Cantillana, Sergio Hernández)
Una mujer fantástica, ganadora este año del Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera, del chileno Sebastián Leilo (director también del excelente Gloria de 2013), es una visión valiente de presentar realidades sexuales en nuestro presente. Marina Vidal—interpretada por la transexual Daniela Vega—es la joven que convive con Orlando, hombre mucho mayor que ella y de posición acomodada, que le brinda amor y seguridad en sociedades intolerante como las latinoamericanas incluyendo la nuestra. Recordemos que en muy pocos lugares se acepta que el ser humano no nace predeterminado por su sexualidad sino que la sexualidad también es una construcción. Tanto los políticos conservadores y derechistas como las organizaciones religiosas se han encargado de encasillar a todos en los comportamientos exclusivos de hombre y mujer con las definiciones dictadas por ellos. El romper con este encerramiento en un drama, y no en una comedia, declarando y actuando su opción sexual, es el gran logro de este filme.
Marina podrá tener un grupo de amistades y familiares que la protegen en muchas ocasiones, pero la mayor parte del tiempo tiene que enfrentar agresiones verbales y físicas de conocidos y extraños y, en especial de los representantes de la ley que tratan de evadir lo legal para dar paso a sus propios prejuicios. Lo maravilloso del personaje de Marina es la valentía con la que enfrenta cada uno de estos asaltos a su dignidad como persona. Puede estar muerta de miedo pero no dejará que nadie le impida despedirse del hombre que le brindó el respeto y amor que todo ser humano merece.
Seven Days in Entebbe
(director José Padilha; guionista Gregory Burke; cinematógrafo Lula Carvalho; elenco Rosamund Pike, Daniel Brühl, Eddie Marsan, Lior Ashkenazi, Omar Berdouni, Nonso Anozie, Zina Zinchenko, Ben Schnetzer, Brontis Jodorowsky, Angel Bonanni)
El filme del director brasileño José Padilha puede parecer al principio otra historia de la celebrada agresividad del estado de Israel de lidiar con cualquier grupo que atenta contra ellos. Recrea el secuestro de un avión lleno de pasajeros de Air France en ruta de Tel Aviv a París en 1976 y su exitoso rescate. Pero el filme ha sido criticado por el estado de Israel por darle visibilidad a los dos alemanes y dos palestinos que ejecutaron el secuestro y que fueron asesinados por la fuerza israelí.
Entre los discursos más importantes en la historia están las conversaciones entre Wilfred, Brigitte y Juan Pablo sobre lo que significa esta acción no tanto por sus consecuencias—la muerte de ellos y muchas personas inocentes—sino por lo que los motiva a hacerlo. ¿Cómo pueden Brigitte y Wilfrid probar que no todos los alemanes seguían las creencias nazis? ¿que aún ellos podían reconocer y condenar las atrocidades cometidas? ¿Cómo probar que secuestrar a los pasajeros judíos no era una acción similar, sino una manera de expresar su solidaridad con el pueblo palestino, cuyas tierras habían sido apropiadas por el nuevo estado de Israel, y su población obligada a abandonar el lugar de sus ancestros bajo amenaza militar?
El filme explora además los debates entre el primer ministro de Israel, Yitzhak Rabin (asesinado por un judío ortodoxo en 1995), su Ministro de Defensa, Shimon Peres (ganador en 1994 del Premio Nobel de la Paz junto a Rabin y Yasser Arafat) y su gabinete para decidir si negociar con los terroristas y salvar las vidas de sus 94 ciudadanos (148 ya habían sido liberados por los secuestradores) o emprender un ataque militar con el riesgo de poner a todos en peligro de morir. El aeropuerto en desuso de Entebbe, Uganda es el escenario principal de la trama que nadie sabe cómo va a terminar.
El director y guionista le dan un giro sorprendente a la trama cuando deciden apartarse del cuadro casi de realidad documental e insertar la metáfora del baile, a través del performance de la compañía de danza moderna Batsheva, del tradicional “Echad Mi Yodea” para dramatizar la realidad interna de los participantes en este cuadro caótico, tenso y explosivo.
Leisure Seeker
(director Paolo Virzi; guionistas Stephen Amidon, Francesca Archibugi, Francesco Piccolo; autor Michael Zadoorian; cinematógrafo Luca Bigazzi; elenco Helen Mirren, Donald Sutherland, Christian McKay, Janet Moloney, Dana Ivey, Dan Coleman)
Filme “pequeño”, queriendo decir íntimo sin reclamos de absorber a una audiencia masiva, con dos excelentes actores (Mirren y Sutherland) que se apropian del filme sin dejar que se agote con sentimentalismos o chistes trillados. “El buscador del ocio” es el nombre que Ella y John Spencer le dieron a su trailer que, como un gran sector de los estadounidenses, transitaban por las carreteras del país a explorar lugares nuevos o poco conocidos con la comodidad de poder conducir ellos mismos y contar con una casa sobre ruedas. John, profesor retirado de literatura y un admirador y estudioso de Ernest Hemingway que puede olvidar todo menos la vida y los libros de este escritor y Ella, su esposa no universitaria pero conocedora y asertiva de lo que constituye formar una vida y tener una familia, deciden revivir sus buenos tiempos en el “Leisure Seeker”. Ella, más que John, quiere revivir esos viajes antes que las vidas de ambos se apaguen y solo sirvan para que los cuiden. Los choques con sus hijos—todo por teléfono y celular—son las escenas más divertidas y tiernas porque reflejan el amor que se tienen sin tener que decirlo.
El viaje que emprenden estos dos viejos, que se empeñan en seguir gozando de la vida que les queda, es muy especial porque la ruta—con sus desvíos muy divertidos—es visitar la casa de Hemingway en Key West, Florida (no la de Cuba). Y, como me ocurrió a mi, será una decepción ya que el fantasma del escritor ya no reside ahí pues se ha convertido en otro lugar turístico donde lo único que se recuerda es su vida bohemia (y sí, los descendientes de sus gatos). Aunque no tiene la picardía de esta pareja el filme canadiense de 2012, Still Mine, con James Cromwell y Geneviève Bujold es un hermoso drama de cómo vivir cada momento que tenemos en este camino/vida.