Claro de poesía: La majestad de lo mínimo

 

Para W. H. Auden: “la trascendencia de la poesía, como la de cualquier otro arte, está en su capacidad de decir la verdad, de desencantar y desintoxicar”. Con su descomunal equilibrio entre crudeza y ternura, la obra poética de e. s ortiz-gonzález se propaga en la imaginación lectora con la levedad de las ondas en la superficie del agua, de una precisión que fuerza el pensar en constelaciones o en el prodigio de la infinitud. Contrario a mucha de la poesía que se publica en Puerto Rico, la de ortiz-gonzález no busca conmover con inventarios de desventuras y mucho menos persigue dimensionar las aristas de ninguna causa. Si hubiera que ponerle nombre a la “verdad” que anuncia su poesía, habría que hablar de la verdad desintoxicante del lenguaje al salirse de su cauce normativo y estallar en formas que son extraordinarios hallazgos estéticos. En otras palabras, es una verdad que perdura. ¿Se le puede pedir más a un poeta?

 En esta línea contengo un bosque.

A Ezra Pound

 

Un breve desencuentro

lo ilumina todo,

lo estremece.

Es el instante de lo que acontece.

Oh, y cómo-

cómo-

lo dejamos ir.

Una cabeza de verano

con ojiva

de otoño.

El café

está servido,

espesa estrella

Me conforta

despedirme

de lugares a los que

jamás

habré de conocer.

Afuera

una hoja cae.

Aquí

un centro oscuro

se abre

a lo disperso

Lento, lo devora.

Poema y

muerte son

la misma

palabra

Caligrafía sutil

en el filo.

Hundo los dedos

en el estanque.

Lo que pasa

entre los dedos

es tiempo.

Lo que queda es aquello

para lo que no tengo nombre.

Un latido

Hacia lo oscuro,

un árbol que tiende

sus hojas al sol

de la tarde.

Un seco sonido

a cada paso.

Adentro está roto.

Desde lo oscuro, ven:

mira.

Voy de regreso a casa.

Miro al cielo. Tantas estrellas

Mi tiempo es el

de los dioses idos.

Cierro los ojos.

Escucho el bocinazo. Un carro frena.

Abro los ojos.

Estoy en medio de la Ponce de León.

La voz de mi hijo, en un susurro:

Todavía no. Por favor, cruza.

Sálvate.

Sálvame.

Lo escucho. Cruzo.

¿Lo escucharé

mañana?

Dar el corazón

al padre.

Con el abrazo.

Con la luz

hacia lo oscuro.

De Estrategias de combate (ICP, 2017)

 

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