COHIBA, la prestigiosa marca de habanos cubanos, celebra 55 años de historia y excelencia

Por Luis De Jesús Reyes

Corresponsal CALRIDAD

 

La Habana, Cuba- Cohiba, la exclusiva marca de habanos cubanos y una de las más prestigiosas del mundo, celebró este septiembre sus 55 años de fundación con un magno evento en la ciudad de La Habana que logró reunir a cerca de mil fanáticos del buen tabaco provenientes de una decena de países.

Después de un año de suspenso por la pandemia de la Covid-19, la empresa más emblemática de los tabacos cubanos, realizó su habitual festival que incluyó una visita a la icónica fábrica ‘El Laguito’, casa matriz de Cohiba, y la habitual subasta de humidores, que este año alcanzó a recaudar cerca de 3,000,000 de euros que irán destinados al sistema de salud público de Cuba.

La afamada marca, presente en 160 países, sigue manteniendo su estandarte en el mundo de los puros premium a pesar de las dificultades que encara hoy la isla y que afectan directamente a la producción del tabaco. En los últimos años, la plantación de este producto ha experimentado una disminución paulatina, debido en gran parte a la falta de fertilizantes e insumos, producto de las carencias económicas del país. Para la cosecha de este 2022, las áreas destinadas a la siembra de la hoja se redujeron en cerca de un 20%.

Este escenario, sin embargo, no ha afectado –por ahora– los números de producción de la casa Cohiba, según Oscar Rodríguez Carballeira, director general de la fábrica ‘El Laguito’.

“Ha habido afectaciones con lo que tiene que ver con la materia prima, pero nosotros recibimos todo el apoyo del grupo Tabacuba –la empresa estatal a cargo de la industria del tabaco– y siempre nos envían, para producir tabaco, las mejores capas […] La afectación a nosotros no ha sido considerable”, asegura Rodríguez Carballeira a CLARIDAD durante un recorrido por la fábrica. Detalla además que para el año que corre tienen como objetivo llegar a los 2 millones de habanos.

A nivel nacional, no obstante, sí son palpables las afectaciones. La actual campaña de siembra y cosecha, que comenzó en octubre de 2021, tenía planificada inicialmente la plantación de 25,000 hectáreas en toda la isla, pero los mencionados obstáculos provocaron que finalmente se sembraran unas 20,000, una reducción que pudiera significar alrededor de 5,000 toneladas menos de tabaco este año.

Encima de esto, varios sucesos climatológicos recientes y un incendio en uno de los principales depósitos de tabaco en la oriental provincia de Pinar del Río han dejado mermas considerables y pérdidas del cultivo.

Si bien el director de la fábrica reconoce que este panorama, así como “las afectaciones del bloqueo y la situación energética están presente” e inciden en la producción de Cohiba, subraya que “nuestro personal está muy identificado con la tarea que cumplimos y con la historia que tiene nuestra marca”.

Sumando a Cohiba, la industria tabacalera se encuentra entre los primeros cuatros rubros de ingresos del país con ventas aproximadas de unos $500 millones anuales –a pesar de la restricción de venta de los puros cubanos en el mercado estadounidense.

Pero en medio de todo esto, Cohiba apuesta a seguir siendo el querendón de los amantes del buen humo. Antes de que la llama encienda la hoja en las manos de algún fanático, estos habanos pasan por un meticuloso proceso de confección que comienza con la cosecha en la zona de Vuelta Abajo, en Pinar del Río. Tras el secado, la hoja es cuidadosamente seleccionada para determinar en qué parte del puro se utilizará (capa, tripa o capote). En el despalillado se le remueve la vena central que la atraviesa y luego puede continuar al resto de las etapas.

Los habanos son totalmente hechos a manos y para llegar a ser un torcedor (persona que enrolla el tabaco) se requieren años de estudio. De hecho, Cohiba cuenta con una escuela propia donde forma a los torcedores que luego pasarán a trabajar en sus filas. Ya en manos de estos expertos el tabaco pasará por la etapa final antes de convertirse en un puro. Y es en gran medida esta meticulosa elaboración la que le confiere la exclusividad que caracteriza a la marca.

Así lo expresa a este medio María del Carmen Núñez Mestre, graduada de la selecta escuela de Cohiba y quien lleva 21 años como torcedora en la empresa.

“Para mí es muy bonito y más cuando se han logrado muchos éxitos a raíz del trabajo manual […] Es una gran satisfacción porque día a día trabajamos con el objetivo de que salga la producción con la mejor calidad posible y ese es el resultado”, me dice mientras en sus manos le da forma a un Behike 52, uno de los habanos más lujosos de la casa.

A pesar de las largas horas que pasan en la línea de producción, Núñez Mestre asegura sentirse orgullosa del trabajo y de sus compañeros a los que considera ya “una familia” pues “desde que amanece hasta casi el anochecer estamos todos juntos, nos apoyamos”. “Esta es nuestra primera casa”, concluye.

Por décadas, este oficio ha estado más vinculado a las mujeres, pero en los últimos años el número de hombres tabaqueros ha ido aumentando. Y aunque por lo bajo hay quien dice que las mujeres “tuercen” mejor que los hombres, en Cohiba la calidad es la misma en ambos casos.

Y es que para trabajar ahí hay que tener “demasiada calidad”. Así dice Christian Plano Muñoz, quien con apenas 26 años ya es torcedor de primera línea en la prestigiosa empresa. “Para mí es un gran orgullo –afirma a CLARIDAD– pertenecer a esta fábrica, una de las mejores del mundo. Todo el mundo no puede trabajar aquí porque aquí tienes que tener demasiada calidad”.

Sobre ser hombre en una profesión históricamente dominada por mujeres, Plano Muñoz coincide en que “eso es otro gran reto (para él)”, pero explica que recibe mucha ayuda de las mujeres de la fábrica y añade que “poco a poco se han incorporado bastantes hombres gracias a los cursos”.

COHIBA: DE LOS INDIOS TAÍNOS A FIDEL

El nombre de “Cohiba” proviene del vocablo de los indios Taínos, los primeros pobladores de la isla, que utilizaba esa palabra para definir a las hojas del tabaco que enrollaban para fumar como parte de sus rituales y sus festejos. Cohiba es, por tanto, el primer nombre que se le dio al tabaco.

La emblemática firma de anilla dorada fue creada en 1966 por orden del Comandante Fidel Castro. Por muchos años, la confección de estos puros estuvo destinada únicamente para regalos a personalidades, nacionales y extranjeras, y jefes de gobierno o representantes diplomáticos, así como la producción –por supuesto– de los famosos ‘Lanceros’, los exclusivos habanos largos que fumaba el líder de la Revolución.

A partir de 1982, la marca hizo su lanzamiento al mercado mundial y presentó, por primera vez, su oferta en varios países. Desde entonces, estos puros se comercializan en todo el mundo, aunque en cantidades limitadas. Hoy por hoy, Cohiba es símbolo del más alto prestigio y de la más depurada calidad, pero también lo es de historia y orgullo.

“Nuestra marca es un tabaco que fue fundado por el Comandante en Jefe y Celia Sánchez y siempre esa condición compromete a las personas y se sienten orgullosos de estar en aquí, en la fábrica”, reafirma Rodríguez Carballeira.

 

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