COVID-19: “En Puerto Rico hay un nivel de contagio comunitario sostenido”

Entevista a Danilo Pérez, epidemiólogo

 Aun con el alto nivel de casos de contagio por COVID-19 detectados (más de 57 mil a mediados de diciembre), siempre habrá un volumen de casos significativos que jamás se va a detectar, ya sea porque hay personas que no quieren hacerse la prueba o porque no pueden, apuntó el epidemiólogo Danilo Pérez, miembro de la Coalición de Sabiduría Covid-19, Red de Acción Puertorriqueña (COSACO).

 La nueva Orden Ejecutiva retorna a medidas más restrictivas con el fin de prevenir el avance de contagios.  En entrevista, Pérez defendió que en el último ciclo de reuniones el Departamento de Salud tomara una postura bastante clara en términos de sus recomendaciones dado a que los niveles de contagio son insostenibles.

 “Hay unas preocupaciones severas para lo que se puede pronosticar para el mes de diciembre. En el mes de noviembre se observaron casi 17 mil casos de COVID 19, y yo siempre quiero ser bien enfático en hablar de detecciones porque hay un volumen de casos significativos que jamás vamos a detectar porque hay personas que no quieren hacerse la prueba y hay que gente que no puede hacerse la prueba porque no tienen el acceso”.

 Este expuso que en términos de lo que ha detectado el Departamento de Salud el volumen de contagios es considerable, y aquellos que no se han detectado, que están por debajo de la superficie y no pueden ser detectados, se sabe que es cada vez mayor. “Así que la preocupación del DS es real. Lo que se observa en los hospitales en términos de posibles agotamientos de recursos es de alta preocupación”. Indicó que se han tomado medidas para poder atender no solo lo que pudiese ser un cierre de emergencia, sino también otras medidas concretas que puedan ser efectivas.

 En esa línea expresó que era lamentable el enfoque del encierro versus no encierro, cuando también hay una serie de recomendaciones adicionales que se han ignorado por parte de la ejecutiva.  “Nos levantamos hoy con estas nuevas acciones que a nadie le tienen sentido, como bloqueos a las cuatro de la tarde. ¿Quién se lo habrá recomendado? Ni idea tengo. Pero de parte del DS no provinieron esas acciones”.

 Sobre el alto nivel de contagios, Pérez señaló que se está en el nivel más alto de transmisión de contagios, que es el comunitario. Explicó que cuando se habla de una pandemia muchas veces se habla de casos importados o de casos de viajeros porque en esas etapas iniciales es que se pueden identificar unos focos particulares de contagios y unos lugares específicos de donde provienen. Cuando se habla de transmisión comunitaria se dice que es el nivel más alto porque lo que significa es que la transmisión está al lado de las personas, convive en la comunidad y en ningún lugar uno se puede considerar seguro. Es decir, que cuando se habla de contagio comunitario es en ese contexto en que la enfermedad ya forma parte de la comunidad y que hay que cuidarse por un lado u otro. No hacerlo sería insensato.

 En la Isla, describió, estamos en un nivel de contagio comunitario sostenido y llevamos meses donde hay personas contagiadas que no  pueden ofrecer idea alguna de dónde pudieron haberse contagiado porque todas sus actividades recientes constituían algún tipo de exposición. Identificar de manera exacta cómo se contagió se complica.

 El lado menos malo es que, en general, la tendencia ha sido que la sintomatología se ha mantenido más o menos consistente a pesar de que se ha incrementado el número casos. La proporción mayor de síntomas que se observan son la cantidad de personas que les dio dolor de cabeza y la cantidad de gente que perdió el olfato. Eso ha permanecido constante. En términos de la mortalidad, a largo plazo esta ha bajado en proporción. Es decir, por la cantidad de casos observados, la mortalidad está cerca del 1%. Antes llegó a estar cerca del 5%, por lo que definitivamente está en descenso. El problema, dijo, es que mientras vaya incrementando el número de casos, el volumen seguirá siendo cada vez mayor. La razón para que no haya más muertes es por el avance en el tratamiento a medida se conoce más sobre la enfermedad.

 Pese a los altos niveles de contagio, el epidemiólogo reconoció como positivo el uso de la mascarilla en la Isla. Esta es una de las medidas de protección que aquí ha tenido mucho más acogida que en muchos lugares de Estados Unidos. Sin embargo, hizo hincapié en que otra medida de protección que han señalado tanto salubristas como economistas es en la necesidad de implantar medidas para proteger no tan solo al comerciante sino al trabajador. Esta es una función que el Departamento de Salud no puede asumir, argumentó.

  “Nuestro énfasis es el aspecto salubrista. Se requiere de otras entidades de orientación laboral de cómo protegerse. Esa avenida no se ha atendido. Hay gente que todavía no sabe que la Ley CARES da una licencia total, distinta a la de los días de enfermedad. En ese frente, en la medida que se puedan articular opciones para que las personas se puedan quedar en su casa y no tengan que decidir si morir de COVID o morir de hambre, ahí vamos a ver oportunidades de crecimiento”.

 A Pérez le preocupa la esperanza que tienen las personas en la vacuna. Este advierte de hay que tener presente que la vacuna requiere de dos dosis. Tras la aplicación de la primera dosis y la segunda todavía una persona podría contagiarse. Observó además que habrá que ver cuál será la logística para la vacunación en masa, no vaya a ser que resulte en un mayor número de contagios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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