Documentos de la Liga de Patriotas Puertorriqueños

 

Carlos Rojas Osorio

La obra que hoy nos ocupa se intitula Documentos de la Liga de Patriotas Puertorriqueños. Fundada por Hostos; reúne un conjunto de documentos, la mayor parte de ellos inéditos, y cuyo hallazgo es fruto de una amplia investigación llevada a cabo por el Dr. Orlando Hernández, quien también escribe una extensa y bien pensada Introducción en la cual expone lo que fue la Liga de Patriotas Puertorriqueños y explica el contenido de los textos reunidos.

Eugenio María de Hostos fundó la Liga de Patriotas Puertorriqueños  en Nueva York entre los días 2 y 4 de Agosto de 1898. Es decir, a poco más de una semana de la invasión del ejército de Estados Unidos ocurrida el 25 de julio de ese mismo año. Como dice el mismo Hostos. El propósito inicial fue “luchar por la independencia de Puerto Rico. Sin embargo, este propósito no fue aceptado y no figura en los Estatus de la Liga debido a la oposición del sector anexionista de la sección de Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano, que era mayoritario”.[1] De todos modos, anota Orlando Hernández que La Liga de Patriotas “hizo importantes contribuciones a la teoría y la práctica de la descolonización que amerita conocerse y discutirse”. (2024: 21) Hostos venía desde Chile, vía Caracas, precisamente ante el hecho del final de la guerra y llega a Nueva York el 16 de julio de 1898. Su proyecto era una respuesta a las necesidades del Pueblo de Puerto Rico en esa coyuntura histórica. Hostos se apercibió de la miseria económica y fisiológica del pueblo puertorriqueño. De ahí que su propuesta sea en realidad todo un proyecto de largo alcance sobre lo que podía y debía hacer Puerto Rico ante la inusitada situación en que se encontraba. La amplitud de su proyecto hace pensar que Hostos en ese momento fue el único que tenía una idea clara de lo que en Puerto Rico podía y debía hacerse. Los demás políticos sólo estaban buscando poder entrar en coalición con el gobierno estadounidense que ya imperaba en el país.  Por eso hablo de una “política sin poder’, pues no era el poder lo que ni él ni a la Liga de Patriotas les interesaba. Por eso dividía los objetivos de la Liga en dos, uno político y uno social, siendo este último el más importante por la amplitud de su proyecto. “Política sin poder y de una política al revé de la política colonial del régimen español”.

El objetivo político de la Liga de Patriotas fue “favorecer el propósito de los que desean la constitución de una Republica bajo el protectorado temporal y con la alianza indefinida de Estados Unidos”. (65) Señala Orlando Hernández que este propósito original de la Liga de Patriotas no aparece en las dos versiones de las Obras completas publicadas en 1939. Sólo la edición crítica de las Obras aparece con el texto correcto. La diferencia entre el texto aprobado en la Liga de Patriotas es que se omitió “la propuesta de crear la República de Puerto Rico bajo “el protectorado temporal de Estados Unidos”. (57) También se omite la delegación de poderes suficientes de la Liga que iría a Puerto Rico a fin de convenir con todos los actuales hombres de una asociación que ayude al nuevo gobierno”. (57) Tal representación estaría a cargo de Eugenio María de Hostos, fundador de la Liga de Patriotas.  Se trataba de “abrir un espacio para regresar a Puerto Rico a trabajar por los ideales que el propulsaba”. (57)  También se solicitaba una ayuda económica para enviarle a Betances para que pudiera regresar a Puerto Rico.

En lo aprobado en la sesión del 4 de agosto se eliminaba “cualquier referencia a la frase ‘República de Puerto Rico”. (59) Diecinueve miembros aprobaron la resolución, y hubo un voto en contra emitido por Pedro de Castro López quien apoyó la anexión de Puerto Rico a Estados Unidos.  Así, pues, el 4 de agosto fue la fecha en que se fundó la Liga de Patriotas Puertorriqueños.  “La organización allí en Nueva York no levantó vuelo y su directiva se disolvió”. (61)

Hostos viajó a Puerto Rico y su llegada fue el 27 de septiembre de 1898. En Juana Díaz se organizó también la Liga de Patriotas, y luego en Ponce y Mayaguez.  “Las gestiones que realizó Hostos para dar a conocer la Liga de Patriotas en Ponce y en Yauco han debido darse antes de que Juana Díaz se convirtiera en sede del primer capítulo de la Liga, el diez de octubre de 1898”. (84)  Durante las sesiones de los días 23 de octubre y 9 de noviembre se aprobaron los Estatutos de la Liga. En Ponce, Matienzo Cintrón fue uno de los que disintió de la Liga.  A pesar de ello, Orlando Hernández señala importantes confluencias entre Hostos y Matienzo. “Ambos se convencieron de que los partidos políticos en Puerto Rico eran estructuras de poder que obstruían la gestión a favor de las transformaciones que había que realizar, aunque esa conciencia se dio en distintos momentos. Los dos colaboraron en la defensa de los derechos de los periodistas ante la represión y abusos de la ocupación militar estadounidense. Y ambos se equivocaron en el uso del término americanización, en lugar de modernización”.  (87) Una de las diferencias entre Hostos y Matienzo fue que éste no se expresó a favor del plebiscito, e incluso se sabe que estuvo en ese momento a favor de la anexión.

Juana Díaz fue un municipio que durante el régimen español tuvo sus manifestaciones en contra del régimen. Tomás Carrión Maduro fue el secretario de actas de la primera Junta directiva de la Liga de Patriotas en Juana Díaz.  En una editorial del periódico La Bruja (23 de noviembre de 1898) se señala que La Liga de Patriotas “es el alma mater de la revolución político social de nuestra patria”. (90) Y que su propósito es la moralización y la educación del pueblo. Después de que Hostos participara en los trabajos de la Comisión Puertorriqueña en Washington, regresó a Juana Díaz. Y el 23 de febrero “los profesores y estudiantes de la Escuela del Instituto Municipal participarían en un acto que promovía la Confederación Antillana”. (97)

En el Instituto Municipal de Juana Díaz se siguió un plan de estudio similar al que se estableció en Mayagüez, aunque éste era más detallado y con mayores explicaciones. Al principio se concedió por parte del municipio una subvención para el Instituto Municipal, pero ya para el 24 de junio de 1899 se eliminó la subvención. Es entonces cuando Hostos se decide a organizar la Liga de Patriotas en Mayagüez.  A finales de marzo o comienzos de abril 1899 se traslada Hostos con la familia a Mayagüez. Y el 3 de abril da comienzo el primer ciclo de conferencias sobre la Liga de Patriotas y el 5 del mismo mes comienza a reunirse con ciudadanos del Sur Oeste con el fin de explicar sus proyectos. “Entre abril y septiembre de 1899, Hostos dictó tres ciclos de conferencias breves, dirigidos a la educación de los ciudadanos y hacerles participar de modo dialógico en las discusiones de la problemática del país”. (104) Las conferencias se organizaban en la sala consistorial del Municipio de Mayagüez. Hostos explicó los Estatutos de la Liga de Patriotas, el funcionamiento de la Liga y el Derecho público Americano aplicado a Puerto Rico.

En las conferencias, Hostos explica la necesidad de una transformación en la educación, la urgencia de modificar las instituciones, la modernización y la “importancia de implantar una política sin poder al revés de la que se practicaba en la colonia, rechazando la rebatiña por el poder y el partidismo”. (107) Varias conferencias estuvieron dedicadas a explicar el habeas corpus, pues “impugnaba los lamentables casos que se dieron durante ese año y medio que estuvo en la Isla, del arresto y encarcelamiento de los periodistas Izcoa Díaz, Manuel Rossy, Tomás Carrión Maduro, Manuel Guzmán Rodríguez y los más de cien acusados de incendios, muchos ellos, víctimas inocentes de la represión militar de los Estados Unidos en Puerto Rico bajo la ley marcial. De hecho, le atribuía tanta importancia a este tema que dedicó seis conferencias al Habeas corpus”. Y dictó cuatro conferencias que impugnaban el proceso y rechazaba el abuso y “violaciones de derechos de Izcoa Díaz y de Carrión Maduro, las que prontamente aparecieron publicadas en la prensa”.  (109)

Hostos describe el propósito de las conferencias: “De los dos modos de funcionar que fijan los estatutos, en asambleas deliberativas y en asambleas educativas, estas últimas son ahora las más importantes. En efecto, se trata de que vayamos aprendiendo a ver por nosotros mismos los verdaderos problemas que nos ofrece la situación de nuestra patria, y a ese fin os convoco a estas conferencias”. (109)

Hostos se valió ante todo del recurso al Derecho y a la educación popular; las armas del derecho antes que la fuerza de las armas bélicas.  Habló de los “derechos como poderes”, el autogobierno (selfgoverment), la “ley de asentamientos rurales”, y “diferentes procesos relacionados con los partidos políticos y el proceso electoral en Estados Unidos”. (110) La ley de asentamientos vacíos tenía como finalidad la utilización de tierras baldías con el fin de favorecer la agricultura y la ganadería.  Hostos propuso hacer un préstamo de 21 millones de dólares para atender a las necesidades más urgentes del país, y en especial con ocasión del desastre enorme causado por el huracán San Ciriaco de 1899.

Señala Orlando Hernández que Hostos “ya había madurado un pensamiento ecológico. Apenas comenzaba a generarse la información necesaria para conocer a fondo los procesos ambientales. Se sabe que Hostos era lector de John Mir, el naturalista estadounidense oriundo de Escocia, que para esa época había iniciado campañas de conservación del ambiente en los Estados Unidos. En las conferencias Hostos expresó la necesidad de incluir una partida para las inversiones de restauración ambiental. De manera que el proceso incluía rearboración de los territorios para devolver al clima su benéfica regularidad y para reintegrar a nuestro suelo las riquezas de los elementos vegetativos que se lo ha ido arrebatando”. (115) Tal como se enseña en la actualidad, Hostos se fija en la idea según la cual no podemos quitarles a las generaciones futuras su porvenir. “Advertencia profética que nuestros gobiernos han convertido en lastimosa realidad”, observa Orlando Hernández.  (117)

La necesidad de un plebiscito fue uno de los temas cruciales que Hostos defendió en los periódicos en ese momento coyuntural.  Escribe Hostos: He aquí como se debe proceder: Organizar rápidamente la Liga de Patriotas en todo el país. Redactar, discutir plebiscitamente una Declaración de Personalidad ante las Naciones, una Petición de Plebiscito o de gobierno temporal ante el Congreso de la Unión y una Rogatoria a la Suprema Corte Federal para pedirle la interpretación de la Enmienda IX y X de la Constitución. (126) Hostos denuncia la total falta de participación de Puerto Rico en las decisiones que se toman en Washington. “La cesión contra su voluntad, o sin consulta previa de su voluntad, de cuantos derechos naturales han servido y sirven para la formación de un estado jurídico”. (126) Y agrega: La entrega a usos y abusos de la fuerza, hasta el punto de que parece un estado de conquista el que debiera ser estado de igualdad y armonía entre los acogidos y los que acogieron”. (126) Hostos era admirador de las instituciones democrática de los Estados Unidos; y es valiéndose de ese estado de derecho como él denuncia la ocupación como un hecho de fuerza bruta, incompatible con el derecho estadounidense. “Una hechura de la fuerza como sería la anexión incondicional de Puerto Rico”. (126) Y concluye: “Sin plebiscito y sin convenio de gobierno temporal, la anexión de Puerto Rico sería incondicional; siendo incondicional sería forzada: una anexión forzada es una agresión criminal”. (126)

Agrega Orlando Hernández que “Hostos planteaba no solo la necesidad de una consulta plebiscitaria, sino que también pensó en la alternativa de una Asamblea Nacional, donde estuvieran representados los distintos sectores políticos. Sería esta la autorizada a hacer reclamaciones y negociar con el Congreso y el Ejecutivo de los Estados Unidos, para lograr poner en marcha el proceso de autodeterminación de acuerdo con el destino político que escogiera el Pueblo de Puerto Rico”. (128) La propuesta de la Asamblea Nacional es el antecedente histórico de la Asamblea Constitucional de Estatus, tal como lo ha planteado el licenciado Alejandro Torres Rivera. Después de Hostos, fue José De Diego, como presidente de la Cámara de Delegados, quien volvió a la idea del Plebiscito. Presentó una resolución conjunta el 21 de septiembre de 1917 para que en las elecciones generales del 1920 se realizase el plebiscito. Se escogería entre la independencia o la anexión a los Estados Unidos. El proyecto de ley no tuvo apoyo suficiente. Comenta Orlando Hernández que ninguno de los cinco plebiscitos que se han realizado ha tenido legitimidad, pues no han cumplido con los requisitos establecidos por las Naciones Unidas para una verdadera descolonización.

¿Qué pasó con la Liga de Patriotas? Comenta nuestro autor: “La disminución del interés por la Liga coincidía con el recrudecimiento de las tensiones entre los bandos políticos. Esto sucedía a pesar de las simpatías que generó en sus inicios y el apoyo importante que recibió de varios periódicos: El Correo de Puerto Rico, El Combate, La Nueva Era, El Terruño y La Bruja”. (146) Pero el legado de la Liga de Patriotas es imperecedero y de hecho llega hasta nuestros días porque sigue vigente la crítica al colonialismo, el uso y abuso de la fuerza, la discriminación y la necesidad de un Plebiscito, como bien lo entendieron José de Diego, Matienzo Cintrón, y es todavía a Hostos a quien invocamos para reclamar el Plebiscito y la Asamblea Constituyente, como ha mostrado el licenciado Alejandro Torres Rivera.

La Liga era realmente una novedad: un instrumento político/educativo que no buscaba el poder ni la promoción de sus lideres ni las lealtades personales para extenderles a los ciudadanos participación democrática activa: una organización que intentaba terminar la dependencia colonial y promover los derecho del pueblo a determinar su futuro; un  movimiento que ofrecía una perspectiva para promover la equidad y el derecho a la educación de niñas y niños, de mujeres y hombres,  sin distinción de género o clase. En fin, propiciaba una visión de mundo al revés de la de muchos puertorriqueños -tras cuatro siglos de coloniaje- y ante la seducción del régimen estadounidense, que aún no se había probado- encontrarían difícil de apreciar en su dimensión de mejoramiento personal y de beneficio social”.  (139)

 

Hostos partió hacia Santo Domingo, el 5 de enero de 1900, donde había sido invitado por el gobierno para proseguir su inmensa labor educativa. Allí continúa denunciando los atropellos que se cometían en Puerto Rico. Analiza la ley Foraker, la cual no hacía más que justificar los hechos consumados, y denunció de modo implacable el imperialismo estadounidense. “Hay que insistir todos los días en decir y repetir que Puerto Rico ha sido robado en lo suyo, de su libertad nacional; de su independencia nacional, que ni los españoles ni los americanos han podido poner en mercería”. (Hostos, citado en Hernández, 2024: 463)

En breve, Orlando Hernández nos pone a disposición esta serie de documentos: actas de las sesiones en que se aprueban los estatutos de la Liga de Patriotas, muchas de las conferencias que dictó en Juana Díaz y Mayagüez, las propuestas educativas, sociales y económicas, artículos para los aperiódicos que el mismo Hostos escribió comunicando la labor de la Liga, cartas a sus familiares y amigos, y hasta algunos artículos de contemporáneos suyos que trabajaron con él. Y, por supuesto, la extensa y magnífica introducción a estos Documentos escrita por Orlando Hernández y que aquí hemos comentado. Un trabajo extraordinario que nos da a conocer la importancia en su momento y en la actualidad de lo que fue la Liga de Patriotas Puertorriqueños fundada por Eugenio María de Hostos.    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[1] Orlando Hernández,   Documentos de la Liga de Patriotas Puertorriqueños. Fundada por Hostos.  Textos inéditos y dispersos, San Juan, Comisión Hostos 180, 2024, p. 21.

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