Editorial Departamento de Educación: la agencia del padrinazgo

 

 

Los llamados “padrinos” y “madrinas” abundan en la agencia más grande y de mayor presupuesto en Puerto Rico, el Departamento de Educación (DE). Dichos “benefactores” no están ahí para apadrinar o amadrinar a los niños, niñas y jóvenes que se educan en las escuelas de nuestro sistema público. En el DE los “padrinos” y “madrinas” se ocupan de otras cosas. Lo que se llama LA ESCUELA no es realmente su prioridad.

Por eso, para  el alumnado cada año la experiencia escolar es peor, porque el presupuesto más grande de la agencia más grande y más rica no se concentra en ellos como prioridad, y no atiende adecuadamente lo que debería ser su principal objetivo: ofrecer la mejor  educación posible en todos los aspectos a quienes representan lo que será el Puerto Rico del futuro. El inicio de cada año escolar repite la misma historia. En el aspecto físico, planteles desatendidos con infraestructura deteriorada, falta de equipo y materiales escolares en buen funcionamiento y en cantidades suficientes, áreas recreativas en las que es imposible recrearse, y comedores y baños en pobres condiciones. En el aspecto académico, clases llenas más allá de lo recomendable para lograr el ambiente idóneo para aprender, y maestros y maestras sobrecargados e insuficientemente remunerados y motivados.

Puerto Rico es un país pobre, pero el DE es una agencia rica. Su presupuesto es de casi $ 3 mil millones, cantidad más que suficiente para que nuestro país cuente  con un sistema educativo público de primer orden, entre los primeros de Estados Unidos, Latinoamérica y El Caribe. Sin embargo, los resultados de nuestros estudiantes siguen teniendo altibajos en el aprovechamiento,  y la falta de motivación que provoca la deserción escolar continúa plagando nuestro sistema. Puerto Rico cuenta con profesionales excelentes en todas las disciplinas, y con maestros y maestras  muy bien preparados.  ¿Qué pasa entonces con el DE, que se ha quedado atrás en el cumplimiento de su principal objetivo? ¿Por qué sus prioridades están invertidas? ¿Por qué no concentra la mayoría de sus recursos en dar y recibir la mejor educación? ¿Por qué nuestros niños, niñas y jóvenes siguen desatendidos por su escuela?  ¿Por qué si las escuelas especializadas, y las del método Montessori son exitosas, esos modelos  no se extienden  a todos los planteles?

Tal vez el celo político constante de los “padrinos” y “madrinas” sea la clave que explique por qué el DE, con todos sus miles de millones de dólares, no ha desarrollado un sistema educativo de calidad que atienda las necesidades de todos sus estudiantes. La respuesta está a la vista de todos y todas, y se repite una y otra vez, igual que se repiten las desastrosas condiciones de las escuelas en cada comienzo de año escolar. No puede cumplir su misión un sistema educativo cooptado por la corrupción y el patronazgo político promovido por los partidos que se han turnado el gobierno en Puerto Rico, PNP y PPD. No puede ser efectivo un DE convertido en agencia de empleos y  contratos para políticos derrotados. El caso más reciente es el de Kelvin Pagán La Luz, director de una escuela vocacional que fue nombrado gerente del área de Educación Técnica del DE bajo una administración PNP. Su oficina en el DE y su residencia fueron objetivos de un allanamiento por agentes de la Oficina del Inspector General del Departamento de Educación de Estados Unidos la semana pasada, ilustrando cómo la práctica del padrinazgo político entronizada en la agencia regidora del sistema educativo público subvierte la esencia de lo que debe ser un sistema educativo exitoso. La costumbre de realizar nombramientos por razones puramente políticas, o el afán  de tener control y acceso al enorme presupuesto, o de acoger las recomendaciones  de algún “padrino” o “madrina” del PNP con vara alta en el DE, tienen a la agencia al borde de la inoperancia.  El frenesí mediático desatado por el operativo federal contra dicha oficina y dicho funcionario añade a la percepción pública del DE como una agencia corrupta y carcomida en sus entrañas por la codicia y la politiquería.

Mientras tanto, miles de  estudiantes y cientos de maestros  y maestras, iniciarán otro año escolar en escuelas públicas inservibles y sin los apoyos pedagógicos necesarios para lograr una gestión exitosa de enseñanza y aprendizaje.

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