Editorial:Descalabro en la Junta de Gobierno  de la UPR

 

 

El proceso que culminó con la destitución del hoy ex presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Jorge Haddock Acevedo, y la selección de la doctora Mayra Olavarría Cruz como presidenta interina ha dejado de manifiesto la incompetencia y desorganización con que el principal cuerpo rector de la UPR, la Junta de Gobierno, ha atendido un asunto de tanta importancia, justo en medio de la tormenta por la que atraviesa la universidad pública de nuestro país.

La comedia de errores en que se convirtió la salida de Haddock y la entrada de su sustituta es vergonzosa y deja mucho que decir de la capacidad de la actual Junta de Gobierno para descargar su encomienda al frente de la UPR, dudas que cobraron fuerza desde el momento mismo en que se anunció de manera sorpresiva la destitución de Haddock Acevedo el pasado 8 de julio. A partir de dicho anuncio, se hizo evidente la desarticulación que había hacia el interior de la Junta de Gobierno en torno al proceso de sustitución del Presidente. Tanto así, que en un período de una semana se certificó y descertificó un candidato a presidente interino, se eligió un segundo candidato como presidente interino por dos semanas, solo para el próximo día seleccionar a la doctora Olavarría Cruz. En el ínterin quedaron sobre el tintero nombres de otros posibles candidatos, entre ellos algunos que ocasionan pavor. Sin duda, fue un proceso nebuloso y altamente irregular que genera más preguntas que respuestas sobre los criterios examinados por la Junta de Gobierno para destituir a Haddock y para seleccionar su sustituto, un proceso que deja en evidencia la falta de liderazgo en el organismo cúpula de la UPR.

El problema de fondo con las llamadas Juntas de Gobierno o de Síndicos de la UPR es la naturaleza político partidista de su composición. El hecho de que la mayoría de sus integrantes son nombrados por los gobernadores de turno, ya sean del Partido Popular o del PNP, añade un ingrediente político que vicia el proceso de toma de decisiones en una universidad que reclama tener autonomía. Por eso, la pésima gestión de la Junta de Gobierno en este asunto tan sensitivo de la transición presidencial, añade una mancha sobre el gobernador Pedro Pierluisi, y podría convertirse en la excusa perfecta para nuevas ofensivas contra la UPR por parte de sus muchos enemigos internos y externos.

Hoy, más que nunca antes en su historia, la UPR se enfrenta a un reto monumental que puede determinar su viabilidad futura como principal institución universitaria en Puerto Rico. Superar esos retos requerirá de líderes con visión y compromiso de defender la misión y la función esencial de la UPR en la vida puertorriqueña  y conducirla hacia adelante en sus próximas etapas. La doctora Mayra Olavarría Cruz se ha destacado por su labor docente en el Recinto de Ciencias Médicas y como representante activa y positiva del claustro en distintas instancias universitarias. Esperamos que su gestión como Presidenta Interina de la UPR sirva para subsanar errores, y para abrir nuevos canales de diálogo y entendimiento entre los distintos sectores universitarios.

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