El Clásico más Clásico

A todas y todos los que estuvieron pegaos a este evento por las  últimas semanas y que están en conteo regresivo para el 2026

 

La misma sensación que sentí el 19 de diciembre, el día después que terminó la Copa del Mundo, la sentí el pasado miércoles 22 de marzo cuando me levanté y se había terminado el Clásico Mundial de Béisbol. Y es que para muchos de los que amamos ambos deportes el nivel de entusiasmo con ambos eventos fue muy similar. Aunque ya existe un mundial de béisbol, realmente tiene muy pocos seguidores y a diferencia del de fútbol, los mejores jugadores no van. Es por este motivo, y por el dominio absoluto de la liga profesional de Estados Unidos, la Major League Baseball (MLB), que se creó en el 2006 el Clásico Mundial de Béisbol (WBC, por sus siglas en inglés). Desde que se originó, el diseño era para que brillaran las estrellas de MLB, se hizo en acuerdo con los dueños de los equipos de MLB y la fecha es justo previo al inicio del torneo. Como mencionara en el artículo anterior, ha habido quejas constantes de los equipos de MLB para que sus estrellas no participaran por riesgo de lesiones, etc. También ha habido críticas de parte de un sector de la prensa estadounidense en cuanto a que a nadie aquí le importa el evento. Ambos argumentos se han ido derrumbando parcialmente con el Clásico. Y creo que a diferencia de las previas cuatro ediciones, esta vez el debate sobre las lesiones escaló y también sobre el impacto en Estados Unidos vis a vis a la mayoría de los países competidores.

Tuve la dicha de estar mitad del Clásico en Estados Unidos y mitad en Puerto Rico, aunque desafortunadamente no en persona. Pero sí pude ver las transmisiones y la cobertura mediática. Lo más que me impresionó es que tengo muchos amigos estadounidenses que son super apasionados del béisbol, lo que llamaríamos enfermos, de ir a los campos primaverales, no perderse los partidos de sus equipos, y ninguno, sin excepción, estaba siguiendo el Clásico. Había variaciones entre ni siquiera saber que estaba ocurriendo, a saber que existía pero cero ganas de verlo, a mirar una entrada algún día. Nada más que coger el avión y llegar a Puerto Rico era como otro planeta en términos beisbolísticos, era como estar en Nueva York cuando se jugó la Serie Mundial entre los Mets y los Yankees. Inmediatamente al bajarme del avión, ya los maleteros con los análisis del juego de esa noche entre Puerto Rico y República Dominicana. En el lobby del hotel no se hablaba de otra cosa. Y ni hablar de la cantidad de cabelleras rubio pollito. La previa empezaba más de una hora antes del partido con análisis con expertos en el set, algunos afuera vía video llamada, transmisiones en vivo donde habían fanáticos, encuestas. Un evento y el país paralizado. Como debe ser.

Audiencias

En Puerto Rico, que los juegos se transmitieron a través de Wapa Deportes, que no es el canal 4 regular, el juego contra la República Dominicana en los cuartos de finales tuvo un 60% de audiencia, es decir, 60% de los televisores encendidos en Puerto Rico en ese momento tenían el juego, esto es altísimo. Y hay que añadir la cantidad de personas que se juntaron a verlo en barras y otros establecimientos masivos. Además de la gente que no tiene televisor y lo vieron a través del internet. En términos de audiencia, el récord lo tuvo el partido entre Japón y Corea que se jugó en la fase de grupos, que lo vieron más de 62 millones de personas-solamente en Japón, un país de 125 millones, un récord para un partido de béisbol en cualquier país y en cualquier lugar. Para ponerlo en perspectiva, el juego que más se ha visto en Estados Unidos fue el de la Serie Mundial en el 1980 entre los Phillies y Kansas City, que promedió 54 millones de espectadores. El juego final del Clásico de este año fue visto por 5 millones de estadounidenses, entre Fox y Fox Deportes. Cabe señalar que a diferencia del juego del sábado en el cual Estados Unidos eliminó sensacionalmente a Venezuela en cuartos de finales y que fue transmitido en Fox regular, la final fue en Fox Sports 1, un canal que no tiene todo el mundo. Aún así, es el juego más visto en Estados Unidos en la historia de los 5 Clásicos, rompiendo el récord establecido en la final anterior en el 2017 en la cual Estados Unidos le ganó a Puerto Rico, la cual vieron 3.05 millones de personas. Falta por ver cuántas personas en Japón vieron ganar a su país su tercer Clásico.

Lesión de Sugar: El equipo versus tu País

Yo creo que el momento que fue determinante en la discusión de si el Clásico debe jugarse o no, qué riesgo representa para los equipos de las Grandes Ligas que pagan millones de dólares por estos jugadores, qué debe tener más peso: la camiseta de tu equipo o la de tu país, fue la lesión del estelar cerrador puertorriqueños de los Mets de Nueva York, Edwin “Sugar” Díaz, durante la celebración de la victoria de Puerto Rico sobre República Dominicana. Tras la lesión, y aún antes de saber que resultaría en una cirugía que lo hace perderse la temporada completa, las críticas, muchas de ellas de fanáticos Mets, al torneo y a la participación de las estrellas en él no se hicieron esperar. Parte de la prensa estadounidense se hizo eco de este argumento. En Puerto Rico, a pesar de la estupefacción de todos ante la inusual lesión, no había duda que el consenso era que fue un infortunado accidente, pero que pudo haber sucedido en cualquier contexto, ya fuera en la temporada regular o los campos primaverales. Entre las muchas reacciones cabe destacar la de su compañero de equipo en los Mets, el capitán del equipo de Puerto Rico, Francisco “Paquito” Lindor, quien dirigiéndose a los aficionados Mets les recordó cómo lo más grande para ellos es representar a Puerto Rico y la importancia de lucir la camisa con el nombre de tu país en el pecho.

Y creo que aquí es que está el centro del debate. Y es que en Estados Unidos, a diferencia de muchos otros países en el mundo, incluyendo el nuestro, el deporte profesional siempre va a ir por encima que el que represente al país, cualquier selección nacional, sea amateur o profesional, como en este caso. Y no quiere decir que Estados Unidos sea menos nacionalista que los demás países, para nada, solo que lo manifiestan de una manera diferente. Aunque esto es tema para otro escrito, el hecho de que cada juego de sus ligas profesionales comience con el himno nacional y haya un despliegue de banderas y símbolos militares en partidos entre dos equipos profesionales, es una manifestación nacionalista. Pero, para la mayoría, los Yankees o los Lakers o los Cowboys siempre van a estar por encima de una selección que represente a Estados Unidos. El otro día leía de uno que se quejaba de que el Clásico se jugara en medio de “March madness”, como se le conoce al mes de marzo donde se juegan las finales de baloncesto colegial. Entonces el problema no es cuándo se juega, ni dónde ni con quién, el issue es que siempre va a ser segundo al deporte profesional estadounidense.

Un clásico final para el CLASICO

Sin duda el torneo se diseñó para que la final fuera Estados Unidos y Japón, y a pesar de que Venezuela y México estuvieron muy cerca de arruinar estos planes, la final fue de dos de las grandes potencias beisboleras. Para los que amamos este deporte, fue un juegazo, tuvo todo lo que uno entiende que es un buen juego, como me enseñó el gran Pepe Crescioni. Si alguien hubiera tenido una bola de cristal y hubiera pedido cómo debía ser el último turno del torneo, quizás hubiera pedido que se enfrentaran los que muchos consideran los dos mejores jugadores de las Grandes Ligas y del mundo, los compañeros de equipo, Mike Trout y Shohei Othani. Y así fue, aún sin comenzar el juego como lanzador, Ohtani lanzó la última entrada para sacar los tres outs finales que le dieron su tercer campeonato a Japón, único equipo invicto en el torneo. Aunque muchos hubieran preferido que Trout la sacara del parque y empatara el partido, la estrella estadounidense se ponchó. Ohtani se coronó como el rey del béisbol, con un torneo descomunal tanto como lanzador como bateador y demostrando ser un líder de una selección muy sólida, que comete pocos errores y que juega un béisbol organizado y por el libro. Yo hubiera deseado que ganara Puerto Rico, y si no cualquiera de los otros países latinos, pero como amante de este deporte disfruté mucho ver a Japón jugando a este nivel. Y cabe destacar que los jugadores estadounidenses que participaron, estaban muy entusiasmados, hablando de regresar el próximo y de animar a otros colegas a que participen.

2026

Ya el comisionado de la MLB confirmó que el próximo Clásico se celebrará en el 2026. Ya muchas de las estrellas han demostrado que están listos para el próximo. Para quienes estuvimos pegaos estos días, nos queda un poquito de vacío que sabemos que pronto la temporada de béisbol nos irá llenando poco a poco. Pero al igual que Lindor, en el fondo yo sé que nada me mueve más como aficionada que esas dos palabras en la camiseta: Puerto Rico sigue siendo lo más grande. Por eso, ya empecé a ahorrar y la cuenta regresiva para el 2026.

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