Entrevista a Providencia ‘Pupa’ Trabal:“Es preferible morir que traicionar a la Patria”

La entrevista que leerán a continuación se realizó en el año 2006 para la edición especial del 8 de marzo Día internacional de la Mujer. La muerte de Pupa hace imperativo que conozcamos más de su vida y de su lucha por la libertad de nuestra Patria(Matria).

Especial para En Rojo

 A mi madrina Pupa, por supuesto.

 Parece inadvertido. De espaldas a la puerta, frente a la estufa, una mujer –mi madrina, mi madre- es madre nuevamente; alimenta, acoge, calma todas las veces que sea necesario. Y con sólo voltearse un poco, secarse el sudor con el antebrazo, sacudirse las manos en una toalla, una mujer retoma a su otra como si nada y sigue siendo la luchadora dura, la militante absoluta, la guerrillera atrevida.

Ésa es Providencia. La que alimenta con la derecha, trabaja con la izquierda, cuida con el pecho y lucha con el cuerpo. Y lucha no es una sola cosa, de una sola manera y estilo. Lucha, como verán, es todo.

En Rojo: Cuéntame de tu niñez y de cómo y cuándo te hiciste independentista.

Pupa Trabal: Nací un primero de mayo de 1926 en un campo de Añasco, hija de Toribio del Toro y Maximilia Mercado. Al cabo de un par de años, mis padres se divorciaron y me dieron en adopción a un matrimonio, Ricardo Trabal y Francisca Rivera. Yo vine a conocer a mi mamá biológica después de yo casada porque la busqué.

¿Por qué te dieron en adopción?

Quizás por las situaciones económicas, porque había muchos hijos… Los que me adoptaron eran mis padrinos. Pero me crié bastante bien, fueron muy buenos padres, yo era hija única. Pero siempre había algo dentro de mí que yo siempre pensaba que ellos no eran mis papás.

Pupa supo los nombres de sus padres biológicos cuando murió su padre de crianza. Un hermano suyo había estado en el funeral y alguien se lo comentó. Al cabo de un tiempo, fue a Añasco a conocer a sus padres. Cuando preguntó por ellos en una plaza, le dijeron que allí estaba Geño, su hermano.

“Recibí una desilusión bien grande porque yo encontré a mi hermano (biológico) Geño en el pueblo”, contó Pupa. “Entonces él llegó conmigo y le dijo a mi mamá: ‘Mira Mina, ésta es mi novia’. Ella le dijo: “No, porque tu novia vive al frente y yo no quiero otra novia que no sea la que vive al frente”.

Geño le dijo: “¿No se te parece a nadie?”, y ella dijo: “No, no se me parece a nadie, llévatela de aquí”. A mí eso de que ella no me reconociera me dio una conmoción tan fuerte… Es que en esos tiempos una veía las novelitas color de rosa (que decían) que si la sangre llama, que si uno reconoce a los hijos…Y eso me causó una depresión tremenda”.

Pero, ¿le dijeron a tu mamá que eras tú?

Sí, Geño le dijo: “Mira, ésta es Pupa, Pupita, tu hija”.

Pero a ella eso no le dio ninguna conmoción ni alegría, que era lo que yo esperaba; que se me echara a llorar encima, que lloráramos las dos…pero eso sólo pasa en las novelas.

Sin embargo, tengo una linda relación con mis hermanos. Voy a Añasco y parezco la gallina con los pollitos atrás, los hijos de mis sobrinos…Ellos son buenos conmigo, me llaman por teléfono, vienen a verme. A mi papá (biológico) lo cuidé en mi casa. Era una persona de campo, dicen que era un jugador y lo jugó todo. Cuando lo recogí, estaba muy mal, casi deambulante. Me lo llevé a mi casa, lo cuidé como dos años, murió limpio, recogido, decente.

¿Tus padres de crianza eran independentistas?

Mi papá había arrendado una gallera y ahí fue que se fundó el Partido Popular. Yo recuerdo que Muñoz me cogía en la falda y me decía: “Tienes que amar la patria”. Debe estar muy tranquilo porque amo la patria profundamente.

Mucho más que él…

Exactamente.

Pues fui popular como hasta la Revolución del 50. Ahí, con todo lo que les hicieron a Albizu y a los nacionalistas, las agresiones a todos los independentistas, empecé a cambiar y me hice independentista. Néstor (Nazario, QEPD), mi esposo, venía de una familia republicana, era la gente que mandaba en Mayagüez, los ricos del pueblo. Nos hicimos novios en el transcurso en que se funda el Partido Popular. Él se hace popular conmigo y vamos a las manifestaciones, que se organizaban en el patio de don Chago (Mari Ramos), en la Calle San Rafael en Mayagüez. Allí organizábamos las carrozas y las manifestaciones.

Para las elecciones del 40, la campaña de Muñoz Marín era ‘no vendas tu voto’. El jíbaro reaccionó a la doctrina de Muñoz y se hizo popular. ¿Y qué hizo la familia de Néstor? Prepararon unas casetas que les decían las porquerizas y los encerraron allí para que no fueran a votar. Había 50, 60 jíbaros encerrados. Néstor, cuando fue a buscar la leche a la vaquería, se enteró de que estaban preparando aquello. Les daban un par de zapatos, un peso o dos, una muda de ropa, y los encerraban allí hasta las 3:00 de la tarde para que no fueran a votar. Y Néstor se fue temprano por la mañana y los sacó. Les dijo: “Cojan los chavos, los zapatos, todo lo que les den y voten por los populares”.

La gente se olvida de eso…

Entonces éramos populares pero con una conciencia de pan, tierra y libertad.

Sin embargo, cuando Pupa comenzó a ver los abusos que estaba cometiendo Muñoz en contra de don Pedro Albizu Campos y de los nacionalistas, se terminó de convertir en independentista. Fue entonces que ingresó al Partido Independentista Puertorriqueño, donde militó durante unos ocho años “bien trabajados”.

Hasta el día en que, durante una asamblea, “nos expulsan como a treinta de nosotros, entre ellos Juan (Mari Brás), doña Carmen Alvarado, Lorenzo Piñero y otros compañeros. Entonces nos reunimos. Yo les dije: ‘Miren, yo tengo en casa un centro espiritista que yo trabajo martes y jueves, así que los demás días nos podemos reunir allí’. Y eso hicimos. Allí organizamos el MPI. Los domingos, una vez al mes, hacíamos las asambleas y la gente de la isla, los que habían expulsado y los que se fueron por su cuenta, fundamos el MPI en 1959. Y el 11 de enero fue la constituyente en Ponce. Fue enorme la cantidad de gente que fue en caravana hasta Ponce.

Foto Archivo CLARIDAD

Cuando fundan el MPI, ¿qué pensaban que podían lograr, qué se podía hacer distinto de lo que hacía el PIP?

Hacer un movimiento no partidista. Y crear conciencia en la juventud, como siempre se ha pensado. Todos esos cuadros que hay en este país, profesores de la Universidad, líderes obreros, todos esos grandes líderes salen del MPI.

¿Cuál era tu función una vez tomó auge el Movimiento?

Pues hacíamos todos los trabajos. Trabajo de base. Yo trabajaba en finanzas con tu abuelo, don Chago. Hacíamos todo lo que había que hacer. Hasta limpiar el Comité, organizar las actividades, empezamos a hacer piquetes, que eso era algo que no se hacía antes.

¿Cuándo se inicia la persecución contra ti?

Según mi carpeta, fue para los años cincuenta. Pero yo me empecé a dar cuenta cuando la FUPI, que empezó en Mayagüez, se reunía en casa porque Néstor Ricardo (mi hijo) era de la FUPI. Un día me dice un vecino que la Policía se pasaba dando vueltas cuando había unas reuniones de unos jóvenes en mi casa. Luego me dijeron que también había policías cuando nos reuníamos de noche en casa.

La vigilancia continua hacia mí empezó en el año 61,62. Esa nunca me la quitaron. Era una vigilancia continua con turnos cada ocho horas.

¿Por qué esa vigilancia tan rigurosa?

En Mayagüez se empieza un movimiento para organizar una lucha armada, ésa es la verdad que no se puede negar y yo no intereso negarla. Pero no era una lucha para matar gente. Era para hacer actos para llamar la atención en el mundo entero de que nosotros en Puerto Rico queríamos la independencia.

Llega este señor agente encubierto, Emilio Pagán, a Mayagüez, y consigue trabajo con Yeyo Rodríguez vendiendo dulces por las tiendas. Ahí empieza a conocer el grupo de nosotros y él es quien trae la idea de hacer explosivos, de hacer ataques. ¿Cómo lo sé? Por las carpetas. Él decía que había que hacer algo en grande, que eso de petarditos por aquí y por allá no servía.

Empezó a hacer la bomba en casa de un compañero que murió en la explosión, Efraín Rodríguez Seda, una gente independentista de confianza. Por la mañana temprano, la llevó a la farmacia y dejó a Efraín en la farmacia, él se fue, no se quedó porque sabía que iba a explotar. Cuando llega el compañero Camilo a la farmacia a traerle unas calabazas a Néstor de su finca, Efraín le dice: ‘mira, yo necesito que tú me consigas unos tubos galvanizados como tú eres contratista, porque mira lo que yo tengo aquí’. Y en eso la bomba explota. La bomba venía para que explotara en la farmacia. Muere Camilo y el hijo de Camilo, que estaba cerca, sale herido. Néstor no se hiere porque estaba despachando una medicina afuera. Efraín salió con vida. Yo siempre hago énfasis en que Efraín dijo unas palabras tan y tan hermosas que nunca se han repetido en la lucha por la independencia. Cuando un compañero, Mingo Lugo, llegó a la farmacia, Efraín le dijo: ‘Mingo, estoy herido, no tengo brazos pero tengo cerebro; y con el cerebro se hace la independencia de Puerto Rico’.

A Efraín lo llevan a la clínica y muere al otro día.

Camilo murió en el acto.

Cuando Néstor salió del hospital, nos arrestan. Luego surgen unos allanamientos y el policía que firma algunas de esas órdenes es él: Emilio Pagán. Como al mes, supimos que estaba de guardaespaldas de Muñoz Marín.

A mí me ponen cinco acusaciones y a Néstor, siete. Nos arrestan para interrogatorio. Cuando acabaron como a las dos o tres de la mañana, llega Emilio entre los arrestados. En el interrogatorio me preguntaron si conocía a Mingo Vega, (dije) ‘sí’; a fulano de tal, ‘sí’; a mengano, ‘sí’; Después que fuera independentista yo decía que sí. “¿Usted conoce a Emilio Pagán?” ‘No’. “¿Cómo que no?”, me decían, “el que le lleva los dulces a Néstor a la farmacia”. Yo le dije: ‘No. Bueno, hay un viejito que tiene un negocio en la plaza del mercado que se llama Emilio Pagán’. “¡Carajo! ¡Ése no es!”, me decían.

Al día de hoy, yo no sé por qué yo dije que no lo conocía…Y al cabo del tiempo supimos que era un agente.

Bueno, eras espiritista…

Cuando me arrestaron acá -porque me acusan de una bomba en una tienda acá- él (Emilio) llega y me dice: “¿Usted me conoce?” ‘Caramba no lo conozco’, le digo. ‘¿Cómo no me va a conocer? Yo soy Emilio Pagán”.

(Le dije) ‘Ah, ¿tú eres Emilio Pagán? Ah, pues déjame verte bien la cara pa’ conocerte, porque en el juicio mío, cuando me preguntaron si te conocía, yo dije que no. Y la verdad es que yo nunca te conocí, yo nunca en la vida conozco hijos de la gran puta y cabrones como tú’.

No lo he visto desde eso. Debe estar pagando las que hizo porque tiene dos muertes a cargo. Es culpable de los dos asesinatos y eso está claro; no admite discusión. ¿Cómo yo lo supe? Por las carpetas”.

 

Pupa y su esposo Néstor salieron absueltos de casi todos los cargos. Él tuvo que cumplir seis meses por un cargo menor. Pero a partir de ese momento, la persecución se agudizó.

“(A los agentes) Los tenía frente a mi casa todo el día, y si salía, me seguían y me chocaban el carro. Otra vez, cuando la lucha del ROTC, nos fuimos una compañera y yo a hacer una colecta para pagar las multas que les impuso el Tribunal a los compañeros. El hermano de Néstor vivía en San Germán y yo le dije a Lucía: ‘mira, vamos a almorzar allá a casa de Vicen para no gastar de los chavitos que nos han dado’. Allá fuimos. Había un camino privado y ellos subieron al camino privado. Cuando salí, estaban al costado de la casa y les dije: ‘Oigan, ustedes no pueden estar ahí, ustedes tienen que estar abajo en la carretera, esto es un camino privado’ Me dijeron: ‘nosotros hacemos lo que nos da la gana’, y me sacaron una ametralladora y me la pusieron aquí (en la cabeza). Yo les dije: ‘Lo que pasa es que ustedes no disparan porque ustedes no tienen cojones. Ustedes no son hombres completos. Si fueran hombres completos, dispararían, y así el mundo entero se enteraba de lo que ustedes hacen con nosotros, los independentistas’.

Fue horrible. De insultos, de chocarme el carro. Y fueron veinticuatro años sin quitármela. Vas al cine y ahí están, a la farmacia, al supermercado, a las tiendas. Ellos pusieron un retrato mío en las cajas registradoras de las tiendas para que las cajeras me identificaran. La basura, todas las mañanas iba un carro a las cinco de la mañana y la cogía para registrarla”.

¿Cómo crees que se distingue la militancia de la mujer independentista de la del hombre?

Yo creo que las mujeres tenemos el mismo valor de los hombres y cuidadito que un poquito más porque nosotras parimos y ellos no. Yo soy bastante valiente y tienes el caso de Lolita Lebrón y de muchas otras compañeras. Quizás, como la mujer es madre, y por no dejar sus hijos solos, quizás por eso no esté tan activa como debiera. Las mujeres tenemos la obligación de los hijos, de la casa. Tenemos que hacer montones de cosas en la casa y por eso no podemos estar a la par. Ellos son los primeros que se van si hay una actividad mientras que nosotras es si nos sobra el tiempo.

Y siempre has sido, además de luchadora y trabajadora, una mujer muy hacendosa en lo doméstico…

Yo trabajaba, eduqué a mis hijos, los enseñé a ser independentistas. Yo tenía mi negocio de comidas pero por eso no dejaba de estar activa. Repartía setenta, ochenta fiambreras. Ya a la una yo llegaba a mi casa, me bañaba y nos íbamos a vender bonos hasta las seis, seis y media de la tarde. El tiempo que yo a lo mejor me iba a coger para mí, para ir al cine, para descansar o ir a una tienda, pues se lo dedicaba a la lucha. Solamente una vez en mi vida he faltado a un Festival de CLARIDAD y fue porque estaba enferma en la clínica. Todavía yo voy y tú me ves vendiendo frituras, cobrando, comprando.

Yo he estado en todos los frentes que se han abierto en la lucha por la independencia. Dime uno que en ese yo he estado.

Y en todos los roles.

Exacto. Recuerdo los famosos bonos aquellos de Claridad y cuando empezamos los festivales. Eso fue iniciativa de hombres y mujeres. El primer bono de CLARIDAD que se vendió, nosotros salimos tu papá, tu abuelo, doña Lydia y yo a venderlos y había un aguacero que no se podía. Y, por no dejar de vender ese día, cuando llegamos a la casa, tu abuelo compró uno y yo otro. Porque nos habíamos impuesto vender dos bonos al día.

¿Qué es lo más valioso que se puede hacer hoy por la independencia?

Foto Archivo CLARIDAD

Creo que lo más importante es que hubiese una unidad de todos los sectores independentistas y lo veo muy difícil, porque muchos compañeros dejan de ser independentistas para ser políticos. Con la lucha de la independencia no se puede hacer política. La lucha por la independencia es solamente ser un militante efectivo, íntegro, fiel. Si en este país todos esos líderes que tenemos a base de un sueldo que les da el Gobierno; si esos intelectuales que están ahí cogiendo un sueldo, estuvieran en las calles luchando, yo creo que Puerto Rico sería libre.

Lo otro es el miedo. En este país todo el mundo quiere la independencia. A mí nadie me diga que la gente quiere la estadidad, quiere dejar de ser yo para ser un animal. Tú no puedes dejar de ser tú para ser una vaca; dejar de ser puertorriqueño para ser americano. Si viene la estadidad, no vamos a ser puertorriqueños. ¿Qué son los de Washington? Americanos. ¿Y los de Filadelfia qué son? Americanos;

¿Y los de Chicago? Americanos. Allí no hay ninguno que diga: ‘yo soy de tal estado’. No, todos son americanos. Tú no puedes dejar de ser lo que eres para ser qué sé yo… Es el miedo a sucumbir porque nos han enseñado que sin ellos no podemos vivir. Yo recuerdo que mi mamá me decía que no hablara de comunismo porque no podíamos vivir sin los ricos, “qué nos hacemos los pobres sin los ricos”. Y quiénes son los ricos, el capital, y quién es el capital, los americanos.

Hay que perder el miedo. Por eso tenemos que perderle el miedo al FBI. No podemos sentir miedo al FBI. Eso es bien importante en este país. No podemos tenerle miedo al FBI. La gente tiene el concepto de que lo más malo que nos puede pasar es la muerte, y no es así. Lo peor es la traición. Es preferible estar muerto antes que traicionar a la patria.

 

En Rojo – 9 al 15 de marzo de 2006

 

 

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