Fundación DAR, respiro para quien le necesite

CLARIDAD

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Como todo lo que tiene que ver con la salud en Puerto Rico, las necesidades son muchas y los recursos muy pocos. Esas necesidades incluyen equipo médico y en el país hay una sola entidad —por supuesto, una organización sin fines de lucro— que procura proveer equipo médico a personas que no pueden sufragarlos por sus propios medios: Fundación DAR (Donativo y Ayuda para la Rehabilitación).

En entrevista junto a otros miembros de la Fundación, Wanda Caraballo, directora ejecutiva, conversó con CLARIDAD sobre la Fundación DAR y su situación. Con casi  50 años de trabajo, esta Fundación procura ofrecer ayuda en todo Puerto Rico a personas de todas las edades y de toda condición que requiera algún equipo médico. Esta nos narró que todo comenzó temprano en los años 70, con un esfuerzo de la contadora retirada Ángela Tous y  un grupo de  compañeras, para recaudar fondos para un niño que necesitaba una operación de trasplante de hígado. En ese tiempo, había que viajar a Estados Unidos para poder hacerse la operación. Lamentablemente, el niño falleció antes de que se le pudiera dar el donativo. Aun así, decidieron entregar lo recaudado a los padres del menor, pero estos les indicaron que lo dieran a otras personas necesitadas, y ese fue el primer donativo que tuvo la fundación.

“Desde ahí hemos auxiliado a más de 20 mil familias. En estos momentos, son menos los pacientes que estamos  ayudando por el  incremento del costo de los equipos, que no comparan con lo que era hace unos años, aun teniendo el mismo presupuesto”, indicó Caraballo.

Las personas llegan a la Fundación referidas por agencias gubernamentales y otras entidades o por medio del boca a boca, de personas que han recibido el servicio y comparten la información. Caraballo expresó que reciben muchísimos referidos: “Tristemente, no podemos atenderlos todos”.  Según llega la solicitud para algún equipo hasta que la persona recibe la ayuda, suelen transcurrir 30 días.  Los   equipos más difíciles de obtener generalmente son los más costosos, como sillas motorizadas.  Los efectos ortopédicos también son  bastante caros. El mayor problema no es conseguir el equipo, porque en el país  hay proveedores, el problema es el costo, por lo que tienen que establecer prioridades.

El doctor Luis Peña Figueroa, voluntario que sirve como asesor médico, indicó que como reflejo de las solicitudes que reciben se observa que existen muchos problemas congénitos, que requieren más equipo; personas que han tenido accidentes (las estadísticas lo dicen); también hay problemas auditivos y problemas de visión. “Para nosotros es una satisfacción ver la felicidad que ellos sienten. Los evaluamos para ver la necesidad de cada paciente y tratamos de ayudarlos”. Uno de esos momentos fue en noviembre pasado cuando lograron proveerles a unos hermanos gemelos sordos unos audífonos.

Agregó que la necesidad en el país es de todo, en el sentido de que en ocasiones el plan médico no  cubre ciertas cosas y ahí acuden a la Fundación  para tratar de complementar sus necesidades. La directora ejecutiva aprovechó la oportunidad para traer a la atención que el Plan Vital, el plan de salud del Gobierno, que es el que tiene el 70 % de la población, no tiene cubierta para equipos médicos.

Además de Caraballo  y Peña Figueroa, en la entrevista participaron el doctor Luis A. Walter, presidente de la Junta de Directores; la  secretaria Marian King y el licenciado Ramón Amador López, asesor legal; todos voluntarios. Estos mostraron su preocupación en cómo hacer llegar fondos y por la reducción de Fondos Legislativos de este año.  La directora ejecutiva detalló que cada año hacen una proyección del presupuesto que logran allegar y la lista de espera de las peticiones que reciben. Para tener un presupuesto de acuerdo con las peticiones que reciben, según Caraballo, (la entidad necesitaría un aproximado entre  $500 a $700 mil al año.

“Eso es porque no nos conocen mucho; pero si tuviéramos un millón para ayudar, estoy segura de que fuésemos más conocidos. Nunca hemos  tenido un millón de presupuesto. Trabajamos con un presupuesto de $290 mil, precisamente porque tratamos de eliminar la mayor cantidad de gastos”.

Los miembros de la Fundación  lamentaron y censuraron que este año la cantidad de $100 mil de los fondos de Donativos Legislativos que solían recibir desde que existe ese fondo fue reducida de manera sustancial, casi en un 60 %. Reclamaron que el dinero que recibían es uno vital para la fundación y uno del cual dependían. Con indignación y asombro comentaron que ellos reciben referidos desde la misma Fortaleza, del Departamento de Estado, de legisladores y otras agencias, siendo estos quienes más personas les refieren. Sin embargo, este año  fiscal les cortaron los fondos.

“Este año se han creado unas nuevas  fundaciones que no tienen historial, y a esas instituciones, por obra de gracia, se les ha beneficiado con una cantidad de dinero no comparable con la función que nosotros ejercemos, no se han probado como fundación. Nosotros llevamos 50 años con estados financieros siempre auditados, con un récord positivo, y no entendemos”, expresó el doctor en podiatría, Walter King.

Por su parte, Caraballo expuso que en los diez años que lleva como directora se  ha reunido,  desde el gobernador hacia abajo, con  todas las administraciones, y considera que la ley que creó el fondo  (Ley 20-2015)  está mal desde el nombre.  Llaman donativos a los fondos que les asignan y “tristemente  hay una idiosincrasia, tanto en Cámara y Senado, de que es algo que ellos están dando, y como donativo, se da a quien quieran darlo”. Subrayó que entiende que ese es dinero público, por lo que no es una donación, es una inversión. Considera que se debería tomar mucho más en serio la manera en que se hace esa distribución y conocer las entidades que reciben fondos para poder tener una visión de cómo se administra el dinero y qué tan seria es la entidad con relación a su trayectoria. Además estima que se debería tener un protocolo para determinar la asignación.

Caraballo compartió la experiencia de que en dos ocasiones tuvo  la visita de dos presidentes de Cámara y Senado de diferentes administraciones que se quedaron sorprendidos cuando ella les mostró  los listados de referidos de niños y niñas del Programa de Educación Especial del Departamento de Educación. Los legisladores le expresaron que se supone que el Departamento de Educación tiene dinero para  proveer el equipo médico que requiera un estudiante de EE.

“El problema de por qué la entidad recibe tantos niños que atiende el Programa de Educación Especial es que si se solicita, por ejemplo, unos espejuelos para un estudiante en tercer grado, puede que los reciba cuando llega a cuarto año, si es que no ha desertado antes, explicó.

La Fundación DAR cuenta con un comité de voluntarias retiradas del Fondo Seguro del Estado, con experiencia en la recomendación de equipo médico, que evalúan las peticiones. De haber duda, consultan con el asesor médico. Incluso, en ocasiones han tenido que regresar órdenes médicas por entender que lo que le han recetado a la persona no es lo que esta necesita. Esto ha ocurrido en especial con los niños, porque se tienen que asegurar que el equipo a donar sirva para el mayor tiempo de uso posible.

Las donaciones de la Fundación no son de equipo usado. Debido a la falta de espacio, la entidad no puede recibir donaciones de equipo médico en sus instalaciones. Si alguna persona desea donar algún equipo puede llamar, y entonces, de las solicitudes que tengan, si hay alguien a quien pueda beneficiar, les ponen en contacto.

La Fundación DAR está  bajo la sombrilla de Fondos Unidos de Puerto Rico desde su creación, por lo que reciben fondos del Fondo de Inversión Comunitaria de esa organización. Además, colaboran con otras 70 entidades.

Las personas interesadas en colaborar pueden escribir a fundaciondarpr@hotmail.com o a su portal, fundaciondar.org.  Sus teléfonos son 787-793-6504 y 787-793-6506.

 

 

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