Haití asediado por las bandas y el imperio

Camille Chalmers

 

 

CLARIDAD

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El pueblo haitiano no aceptara ningún acuerdo con bandas armadas, con ningún partido político que tenga relaciones con las bandas armadas ni mucho menos una intervención militar y la continuación de la intervención del Core Group (CG) en su país.

La postura del pueblo haitiano fue dada a conocer por el activista político y profesor, Camille Chalmers, en una conferencia de prensa vía la plataforma Zoom el martes, 12 de marzo.  La conferencia fue auspiciada por el Comité Ejecutivo de la Asamblea de los Pueblos del Caribe, desde Brasil, para dar a conocer la situación de Haití y expresar su solidaridad al pueblo haitiano.

Las expresiones del activista haitiano fueron en reacción a la  reunión efectuada el día antes en Kinsgton, Jamaica,  de la Comunidad del Caribe (CARICOM), auspiciada por el secretario de Estado de Estados Unidos, en la cual participaron  los jefes de gobierno de Bahamas, Barbados, Dominica, Granada, Guyana y San Vicente. Según se divulgó, la reunión fue para discutir “la creación de un consejo presidencial independiente y de amplia base y el despliegue de una Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad para atender la actual crisis de seguridad”.

“Es importante denunciar que el pueblo haitiano no puede apoyar una salida a la crisis para toda la región de la reunión que hubo de CARICOM en Jamaica.  Se invitó a Canadá, Estados Unidos  y Francia. Nosotros lamentamos que los dirigentes de CARICOM no entienden que el momento del Core Group y de tomar las decisiones para Haití, ya pasó”, manifestó Chalmers.

Este explicó que Haití está viviendo una crisis sin comparación y una intensificación  de la violencia desde el 20 de febrero: “Podemos decir que estamos frente a una verdadera guerra que se está llevando a cabo frente al pueblo haitiano, una guerra para romper todo lo que queda del país, para dejar el país de la mano del imperialismo yanqui”. Los medios internacionales reducen la situación a actos de bandas armadas. No obstante, puntualizó, es importante reconocer que las bandas armadas son instrumentos en las manos de los imperios y que es importante también mirar las causas que dieron margen a estas bandas.

Al respecto, hizo una síntesis de los muchos choques que ha sufrido el país y de sus consecuencias. Lo primero es la instalación de la política neoliberal, donde el Banco Mundial (BM), el Departamento de Estado de EE. UU. y otros impusieron un plan liberal en el país, que destruyó la producción alimentaria de Haití. Un ejemplo es que el país producía el 98 % de su arroz y hoy importa ese mismo por ciento.  “Ese plan incluye una dependencia alimentaria y una dependencia política de Estados Unidos, que quiere controlar todo lo que está pasando el Caribe y que está utilizando un montón de mecanismos para controlar el juego político en la región. Ese es el primer choque”.

El segundo choque es la respuesta de la ONU al terremoto del 2010. La ONU utilizó ese fenómeno para tomar el control de las instituciones del país y pasarlo a las ONG. Chalmers revela que desde los años 90 están tratando de destruir las instituciones estatales y crear institucionales privadas y destruir las matrices que quedan en el sector estatal. Un ejemplo que expuso es que hoy hay más personas  trabajando en empresas de seguridad privada que en la Policía.

El tercer choque han sido las 12 intervenciones militares que ha tenido Haití desde el 1992. La más dura, subrayó, fue la MINUSTA (Misión de Estabilización de la ONU), que duró 13 años, de 2004 a 2017.  MINUSTA se encargó  de romper el Estado, contribuyó a introducir el cólera, que mató casi a 40 mil personas y dejó a más de 800 mil personas afectadas.

Foto Ricardo Arduengo/Especial para CLARIDAD

El último choque fueron las elecciones en el 2011, en las cuales Estados Unidos facilitó que Michelle Martelly fuese el presidente, aun sabiendo que este estaba implicado en el trasiego de drogas. La imposición de Martelly permitió que el país fuese dirigido por la extrema derecha.

“Todo lo que está pasando hoy es el resultado de todos estos procesos. Desde el 29 de febrero, tenemos una situación de violencia contra la población.” El activista expuso que el blanco de las bandas armadas son los barrios populares: “Es ahí donde matan a las personas, violan a las mujeres, matan a los niños”. Esa violencia está desplazando a la gente de Puerto Príncipe al interior del país.

Chalmers considera importante reconocer que las bandas son instrumentos políticos, no bandidos que están buscando dinero, son circuitos que están ligados al tráfico de drogas. Es sabido que el 12 % de la droga que va hacia Estados Unidos pasa por Haití y la República Dominicana. Las bandas están armadas por el mismo Estados Unidos y la oligarquía haitiana, y su uso es impedir las movilizaciones populares en contra de la política neoliberal y neocolonial en Haití.

Cuando se mira la destrucción que han estado haciendo las bandas armadas desde febrero, además de  irrumpir en dos cárceles del país y liberar a más de cuatro mil personas encarceladas, las bandas han irrumpido en las universidades y han destruido  archivos de más de 100 años de búsqueda, de ensayos. También atacaron el estadio Silvio Cator, una empresa de gomas y el pueblo Noailles, donde hay más de100 artistas, en un proceso muy meticuloso y como forma de atacar todo lo que las personas están haciendo de bien en el país, denunció.

Chalmers fue enfático al señalar que hay mucha contradicción en el discurso imperialista que dice que quieren  ayudar a Haití mientras hacen todo para apoyar las bandas armadas. Insistió en que es importante desenmascarar ese discurso. “Nadie puede decirnos que el Gobierno de Estados Unidos no puede controlar el tráfico de armas que entra a Haití”. Como prueba, expuso que en el año 2023 el Programa de Inmigración del presidente Biden facilitó que tres mil policías de los 12 mil que había en Haití se fueran del país.

La propuesta del CARICOM

 El profesor  y activista fue categórico señalando que el pueblo haitiano no puede apoyar una salida a la crisis que salga a su vez de la reunión del CARICOM, en la cual participaron Estados Unidos, Canadá y Francia. Estos tres países son los que integran el llamado Core Group, un ente impuesto por la ONU, que desde el 2004 es el que toma las decisiones en Haití. “Desde  el 2013, el pueblo está diciendo que hay que escuchar su voz; su grito no lo que decide Core Group para el país”.

De acuerdo a lo circulado por CARICOM, el “consejo presidencial” propuesto estaría compuesto de siete miembros con poder de veto y dos observadores que no se ha dicho quiénes son. La propuesta incluye el despliegue de la llamada Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, que no es otra cosa que un despliegue militar.

Sobre si pensaba que el consejo que propone el Core Group pueda obtener algún resultado, Chalmers dijo que se encuentran muy dudosos frente a esas decisiones que pueda tomar ese grupo y aseguró que el pueblo haitiano se opone a cualquier solución que proponga dicho ente. Recordó que fue el Core Group el que impuso a Martelly y a Ariel Henry, a quien ahora le ha pedido la renuncia.

Su apreciación sobre la reunión es que “pensamos que, efectivamente, el movimiento de violencia que se está realizando desde el 29 de febrero es para justificar una intervención militar en Haití que tiene una agenda política de recolonizar el país y atacar la actividad de la región del Caribe. Hay que hacer un análisis crítico de lo que salió en la reunión de Kingston, donde, otra vez, un producto del Core Group entra en el plan interior. Estamos luchando para no entrar en ninguna posición con las bandas armadas: son unos delincuentes criminales que no tienen nada que ver con el pueblo haitiano. Es una cosa muy peligrosa que queremos evitar porque sabemos que van a proteger y seguir haciendo la estrategia del imperio”.

Sobre las posibilidades de regreso al país de Ariel Henry, quien estuvo en Puerto Rico y que, según la prensa del país, ha dicho que va a renunciar una vez un haya un comité de transición, Chalmers afirmó: “Sabemos que no va a volver como primer ministro, va a volver como ciudadano haitiano. La Constitución Haitiana de 1987 no reconoce el exilio de los haitianos”.

A juicio de Chalmers, Henry ya renunció oficialmente.

 

 

 

 

 

 

 

 

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