Especial para Claridad
Cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes del congreso estadounidense, Nancy Pelosi, y más recientemente la secretaria del Departamento de Energía federal, Jennifer Granholm, visitaron Casa Pueblo, allí quedó estipulado el poder social como referente de cambio para la transformación energética. La agenda para ambas visitas se centró en dos asuntos críticos: (i) la urgente necesidad de descolonizar a Puerto Rico, y en esta coyuntura histórica, (ii) construir autosuficiencia energética con recursos endógenos como el sol. Es decir, para atender el desafío político de la colonia, nuestra propuesta es comenzar a descolonizar este archipiélago boricua en acciones, construyendo un sistema que nos permita ser libres energéticamente. Impulsar este paso es también una forma de reparación colonial que coloca al País en una mejor posición para definir y enfrentar su futuro político.
Y es que, para achicarnos, por generaciones nos han introducido en la mente colectiva que somos una isla pequeña sin recursos naturales, y que, por lo tanto, somos incapaces de autodeterminarnos. Todo es una ficción para crear aceptación colonial a base del síndrome de la impotencia.
Piense en esto: la energía es la capacidad para hacer trabajo. En los tiempos de la colonia española, sería la energía humana forzada a través de la esclavitud el motor económico para generar riqueza de la minería del oro o mediante la producción agrícola con pagos elevados a la corona española por concepto de impuestos y deudas. Ahora es la quema de combustibles fósiles el eje energético para el vivir y para impulsar las actividades productivas de la Isla.
¿Pero cuánto pan tendrá que producir antes de disfrutar de un centavo de su trabajo? Piense en el país, en todo lo que hacemos, ¿cuánta riqueza generada se extrae de nuestra economía anualmente por tarifas energéticas? Por lo menos $22,000 millones de dólares en gas, petróleo y carbón en la primera década de este milenio. Por diseño, esto es parte de una economía extractivista que produce injusticias, desigualdades y es problemática para el ambiente.
Hace 25 años instalamos en Casa Pueblo el primer sistema solar y, como minoría, comenzamos a retar la dependencia casi absoluta del país de los combustibles fósiles. Más tarde nos tocó luchar para prevenir la gasificación total de Puerto Rico y protegernos de aquel gasoducto que le llamaron corruptamente Vía Verde. Hemos marchado por el sol en las calles y en los techos de nuestro país. La transformación del paisaje energético de Adjuntas atendiendo infraestructura crítica, comunicaciones, entretenimiento, las artes, educación, activación económica y salud en proyectos comunitarios de liberación energética, sin fondos del gobierno federal ni estatal, establecen que lo podemos hacer en Jayuya, Lares y reproducir en todo Puerto Rico.
Y es que ahora, desde Adjuntas y por todos los rincones de nuestra Isla-Nación podemos alzar un grito de liberación energética para un modelo de desarrollo local alternativo. Quien produce su energía puede autogobernarse.
Precisamente para lograr esto, el jueves 11 de abril celebraremos Casa Pueblo: Concierto por la independencia energética en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Roy Brown, Danny Rivera, Zoraida Santiago, Mapeyé, Chabela, Chelimar Ramos ‘La Jíbara de Adjuntas’, Tito Auger, Andy Montañez, la banda Chuwi, el Coro de Casa Pueblo dirigido por Withnee Rivera y Hermes Croatto se unen a Casa Pueblo, a Filmes Zapatero y a Luna Nueva en una producción que celebrará el 44 aniversario de Casa Pueblo y la defensa de la patria geográfica puertorriqueña (boletos disponibles en PRTicket.com). A cantar por la insurrección energética y marcar el camino de nuestra primera independencia, que será la energética.
El autor es Director Asociado de Casa Pueblo.
Este articulo se publicó inicialmente en la versión impresa de febrero.