Incertidumbre y confusión en la comunidad universitaria

Foto suministrada

 

 

Especial para CLARIDAD

 El Sindicato de Trabajadores de la UPR, gremio que representa a empleados de 10 recintos, reiteró la urgencia de mejorar las condiciones salariales del sistema

“Nos quieren cerrar la universidad”, aseguró la profesora de la Escuela de Trabajo Social Inés Rivera Rivera. La académica, que trabaja por contrato a plazos en el Recinto de Río Piedras, insistió en que la Universidad de Puerto Rico (UPR) está bajo un acecho continuo, evidenciado en la condición física, fiscal y poblacional de la institución.

“No hay viviendas, no hay equipos y la infraestructura está deteriorada. Son retos grandes que presionan a las comunidad universitaria a asumir movilidad desde todos los flancos”, señaló la autora de la tesis doctoral “Análisis crítico de las políticas de reorganización, consolidación y cierre de escuelas en Puerto Rico durante el periodo 2013-2019: implicaciones para el trabajo social escolar”

El año pasado, la UPR flexibilizó los requisitos para ingresar a la institución. Entre los cambios más destacados, la influencia del College Board y los promedios académicos cambiaron. En lugar de repartirse el 50% del peso para admisión entre las pruebas del College Board y el desempeño académico, ahora los promedios ostentan 60% de importancia.

Hace unos días, el presidente de la universidad pública atribuyó que, como resultado de las nuevas medidas de ingreso, la matrícula estudiantil aumentó. La cifra ascendió a 10,885 para todo el sistema.

Para Rivera Rivera, aún es muy temprano para saber si, en efecto, este estilo de admisión rinda frutos para el provecho del sistema educativo.

“En honor a la verdad, es importante recordar que hay estudiantes que tienen un buen promedio y, por sacar un mal College [Board], no logran entrar. Hay que esperar como dos semestres para poder llegar a conclusiones”, sostuvo la profesora.

Desfases asiduos en la matrícula de cursos

Para Dariel Marín Díaz, quien ingresó este año a la Facultad de Educación, el proceso de ingreso ha sido ameno, aunque enfrentó los escollos acostumbrados del estudiantado.

“Me ha ido bien. Por lo que he visto y por lo que me han dicho, mi horario está bendecido. Lo único que tengo que averiguar es cómo llego desde Generales a Educación en menos de diez minutos”, opinó el joven, que se graduó de la escuela superior University Gardens. Por igual, explicó que, al solicitar servicios de la Oficina de Recaudación, la falta de información y apoyos accesibles no le fueron ajenos.

Contrario al resto de la población estudiantil, los estudiantes de nuevo ingreso reciben un horario de clases pautado por la misma universidad.

Por otro lado, Kisany Cabrera Ortiz, estudiante de Bellas Artes en su sexto año, reveló que, en la búsqueda de sus clases de este semestre, tuvo que esperar un tiempo bajo el notorio “sobrecupo”, que ha aumentado con el cierre de cursos en todas las facultades del Recinto. “Como soy de permiso especial, me dieron menos oportunidad de tiempo. Aún así, pude adelantar el proceso. Estuve encima de ellos [la universidad] todo el tiempo. Literalmente los hostigaba. Llegué a pensar que no los iba a conseguir”, agregó Cabrera Ortiz.

 Sindicato declara huelga a horas del inicio de clases riopedrense

A horas de que inicien las clases en el último recinto que falta por comenzar, Río Piedras, el Sindicato de Trabajadores de la UPR declaró una huelga por la falta de cumplimiento de los acuerdos establecidos el pasado febrero. Entre los reclamos, el aumento salarial- que está a $8.50, según el gremio- y negociar mejores condiciones en el plan médico protagonizan el descontento.

Panorama precario para la universidad del Estado

El Plan de Ajuste de la Deuda (PAD) recibió el aval de la jueza federal Laura Taylor Swain en enero de 2022. Con ese visto bueno, el presupuesto de todos los recintos de la Universidad de Puerto Rico (UPR) quedó fijado en $500 millones.

Aunado a eso, las plazas permanentes para el profesorado merman cada vez más, y los académicos quedan con salarios que abonan a la pobreza y la inequidad salarial. Para colmar la copa desbordante, el Sindicato de Trabajadores del sistema universitario, por segunda vez este año, denunció las condiciones laborales a las que están sujetos. A menos de 24 horas de que supone iniciar el primer semestre académico, la incertidumbre, el desencanto y la confusión permean entre la población universitaria.

“A pesar de todo el panorama, este va a ser un semestre de mucha resistencia. Como todos los años, iniciamos con la misma esperanza y entusiasmo de mejorar nuestra universidad, que, a pesar de todo, hay que recordar que es la mejor”, advirtió Rivera Rivera

 

 

Artículo anteriorEl equipo de voleibol femenino cumplió pese a que no pudo ganar el oro
Artículo siguienteContinúa la amenaza de privatizar las Cuevas de Camuy