Intérpretes de lenguaje de señas se unen a reclamo contra FEMA

Por Internews Service

El Registro de Intérpretes para Sordos de Puerto Rico (Rispri) se unió al reclamo efectuado ayer por la comunidad sorda a través del Movimiento Autónomo de Sordos (MAS), al denunciar que el viernes la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, siglas en inglés) canceló sus contratos.

“La decisión del pasado viernes de FEMA al dejar de renovar el contrato de servicio para la interpretación en lenguaje de señas representa una violación de varias leyes federales, como la sección 504 de la Ley de Rehabilitación Vocacional y la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (ADA, siglas en inglés), entre otras”, señalan los intérpretes de señas.

Recordó que las leyes federales estipulan que los gobiernos locales y federales proporcionen acceso para comunicarse eficazmente con personas que tienen discapacidades auditivas.

“FEMA alega cumplir con el uso de vídeo-llamadas e intérpretes a distancia. Pero la influencia del español y la cultura puertorriqueña en la lengua de señas que usa una gran cantidad de personas sordas en Puerto Rico hacen del Video Remote Interpreting (VRI) una herramienta inefectiva para las necesidades singulares de nuestra comunidad”, afirmó Marina Martínez, presidenta de Rispri.

Añadió que “los intérpretes profesionales puertorriqueños son quienes tienen el peritaje en la equivalencia lingüística que proveerá un acceso justo, según también denunció ayer el Movimiento Autónomo de Sordos”.

FEMA contrató a intérpretes profesionales puertorriqueños desde finales de septiembre de 2017 en su fase de respuesta para atender a la comunidad de sordos durante la emergencia del huracán María. La comunidad de sordos quedó incomunicada por la falta de energía eléctrica y la falta de conexión de Internet en todo Puerto Rico.

El VRI es un servicio de interpretación a través de equipo audiovisual que también depende de una conexión de Internet estable y de alta velocidad y la interpretación puede ser provista por intérpretes en cualquier parte de los Estados Unidos con el uso de la lengua de señas americanas, ASL por sus siglas en inglés.

“Hay una diversidad de personas en la comunidad de sordos con diferentes grados de aprovechamiento académico por la desigualdad de servicios educativos que atiendan nuestras necesidades”, remarcó Martínez.

Esto -reclama- resulta en que muchas personas sordas no entenderán la difusión de información escrita y hay muchos que sólo tienen un lenguaje idiosincrático para comunicarse. El VRI también es un problema, porque si el servicio de Internet tiene un fallo mínimo, la imagen de las vídeo-llamadas se ve borrosa y ocasiona malentendidos.

“Muchos de nosotros exigimos que nos provean intérpretes profesionales en persona y de esa forma la clara comunicación no solo es eficaz sino también eficiente”, argumentó Eugenio Sastre, sordo y director de Relaciones con la Comunidad de Sordos en la junta de directores de Rispri.

Artículo anteriorLo que negoció Rosselló
Artículo siguienteSera otra cosa / Torre Norte: punto cardinal