La juventud en lucha y el mes de marzo

 

Especial para CLARIDAD

 

Este pasado mes de marzo, nuevamente se conmemoraron fechas importantes en nuestra histórica lucha por la libertad. El vínculo histórico del mes de marzo con la juventud militante boricua es muy particular. Cabe mencionar varios de estos hechos y su vinculación. Algunos de los integrantes que participaron en el sublime acto de heroísmo realizado el 1 de marzo del 1954 en el congreso estadounidense no llegaban a los treinta años en edad. Jóvenes que cumplieron décadas de cárcel y llegaron a la adultez tras las rejas por su valerosa lucha por la independencia. Eran muchos(as) los(as) jóvenes estudiantes que se defendieron de los ataques de los cadetes del ROTC y de la incursión policial en el recinto de Río Piedras de la UPR aquel 11 de marzo de 1971. La juventud ha sido parte integral e importante en la lucha patriótica.

La juventud también ha sido víctima de la represión estatal y federal. Jóvenes eran algunas de las víctimas asesinadas en la masacre de Ponce. Ese vil acto fue ordenado por el gobernador estadounidense, Blanton Winship, el 21 de marzo de 1937. Uno de estos jóvenes, pudo escribir con su propia sangre “¡Viva la república; abajo los asesinos!” mientras las balas policiacas cegaban su vida. Casi una veintena de personas murieron y cientos resultaron heridas como consecuencia de dicha masacre. El único delito de esas personas fue participar de una marcha, debidamente convocada y autorizada, para exigir la excarcelación del liderato nacionalista. Dichos líderes habían sido acusados y encarcelados por las agencias federales bajo los cargos de conspiración sediciosa. Hasta el día de hoy, ningún funcionario del Gobierno de aquel momento fue acusado ni encarcelado por los asesinatos ocurridos aquel “Domingo de Ramos” en Ponce.

La joven Antonia Martínez Lagares era estudiante de pedagogía cuando un oficial de la policía disparó su arma de reglamento hacia el balcón donde ella se encontraba. Desde aquel balcón se escuchó una denuncia contra el abuso policial poco antes de la detonación. Fue un 4 de marzo de 1970 que se llevó a cabo una manifestación antimilitarista en el campus universitario de Río Piedras de la UPR. La marcha, que  finalizó frente al edificio del programa militar ROTC, fue  atacada desde dentro de esa instalación por cadetes militares. Las personas participantes de la marcha se defendieron de los perdigones y piedras lanzadas por los militares. El rector, Jaime Benítez, autorizó la incursión de la policía en el campus y la confrontación de extendió por las calles de Río Piedras donde se encontraban los hospedajes estudiantiles. La policía perseguía y agredía a todo(a) joven que se encontrara a su paso. Antonia era testigo de aquellos actos represivos por parte de la policía desde el balcón del hospedaje en que se encontraba refugiada. Desafortunadamente, la joven Antonia (Toñita) Martínez Lagares no pudo finalizar su bachillerato debido la herida mortal realizada por un policía. El crimen sigue impune. Cabe destacar que, durante los actos de graduación en dicho año, la joven Carmen Noelia (Joy) López le lanzó una bofetada al rector por haber autorizado la entrada policial al campus, que acabó con la vida de la estudiante Antonia. La acción de López se conoció como la “cachetada de la dignidad” como muestra de la indignación de una generación contra el agravio de Benítez.

Debemos mencionar al joven Jose Rafael Fefel Varona Berríos y su aportación a la solidaridad con el pueblo vietnamita. Fefel era un joven universitario y militante de la Federación de Universitarios Pro Independencia (FUPI). Como parte de sus tareas organizativas, fue elegido delegado y representante de la FUPI ante la OCLAE (Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes). Fefel tuvo una destacada participación en las reuniones regionales e internacionales como representante de la OCLAE.  Invitada por la Unión Nacional de Estudiantes Vietnamitas, la delegación de la OCLAE se dirigía en jeep a una escuela preuniversitaria de una provincia de Hanoi. De camino, sufrieron un ataque de la aviación norteamericana en el que Varona fue gravemente herido por un fragmento de las bombas lanzadas. A pesar de los múltiples intentos médicos para su recuperación, Fefel falleció el 24 de marzo de 1968, tras casi un año en estado de coma.

Finalmente, pero no menos importante, tenemos que mencionar y denunciar el acto criminal contra Santiago Chagui Mari Pesquera. Su delito fue ser hijo de Paquita Pesquera y Juan Mari Brás, prominentes patriotas en la lucha por nuestra libertad. Chagui había participado como joven activista, al igual que su hermano y su hermana, en diversas actividades estudiantiles y patrióticas. El asesinato de Chagui ocurrió el 24 de marzo de 1976, ocho años posterior a la muerte de Fefel. Dicho crimen permanece bajo el manto del encubrimiento de las agencias federales en Puerto Rico. Sectores de la contrarrevolución cubana tuvieron amplia participación en el secuestro y ejecución de Santiago Mari Pesquera.

La impunidad debe terminar. Ya es hora. Los restos de Chagui descansan junto a Fefel Varona como símbolos de nuestros mártires juveniles, los de Antonia estan enterrados en su pueblo natal, Arecibo . Me atrevo a sugerir (en un futuro no muy lejano) que marzo debe proclamarse como el Mes de la Juventud Militante Boricua en honor y tributo a la juventud comprometida con las luchas emancipadoras de nuestro pueblo.

Publicado originalmente en la edición impresa mensual de CLARIDAD.

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