Mi jaragual
¡Quel jaragual grite en el altar!
¡Que hay boda! ¡Que adentro,
Al unísono el maullido de los hombres,
Llegue hasta Apolo,
El que protege, el de la aljaba puntera!
Y al mismo tiempo levanten, vírgenes,
¡Qué inmenso, qué inmenso!
Alcen alta la voz para su hermana,
Artemisa Ortigia, cazadora de ciervos,
La del fuego en las manos,
Y sus vecinas las Ninfas.
Tomo el aulos en mis manos,
No lo rechazo, ¡ay tirano de mi mente!
Mira cómo me arrebata
–¡Ecuajéi, ecuajéi!–
La hiedra, cómo me baila, me da giros,
En la rumba de Baco.
¡Alalalé, alalaé, oye mi canto!
¡Mira, mira, mujer, lo que viene por ahí!
Está delante tuyo, con la proa hacia el frente,
Palpable, tan ahí pa que lo veas.
Coro de Las traquinias de Sófocles, ll. 205-224, en traducción de Cristina Pérez Díaz
Portada original de Emanuel Torres