Nuestros atletas cumplieron con el País

 

Por Javier Guaní Gorbea/Enviado Especial CLARIDAD

Confieso que a medida se acercaba la fecha de los juegos panamericanos me preguntaba cuál sería un rendimiento adecuado para el País. Estaba consciente de todos los traspiés que hubo en la preparación de los atletas y confieso que me pareció optimista la expectativa de 16 a 20 medallas, sobre todo porque cada día parecía que una figura grande, como Mónica Puig o Jaime Espinal, anunciaba que no participaría. Llegué a Lima sin expectativas optimistas, pero pude presenciar desde el principio un gran ánimo en nuestra delegación. Esta se creció en situaciones adversas para otorgarnos 24 medallas 5 de oro, 5 de plata y 14 de bronce, nuestro mayor logro desde los juegos de La Habana en 1991.

El tenis de mesa fue el deporte bandera

Desde hace un tiempo no es secreto que el tenis de mesa se ha convertido en nuestro principal deporte. Por lo menos, en términos de medallas. Pero una cosa es hacerlo a nivel centroamericano y una muy distinta hacerlo a nivel panamericano donde hay potencias como Canadá, EE. UU. y Brasil. No hay duda de que el baloncesto es el deporte que con más fanáticos cuenta; pero Puerto Rico, en tenis de mesa, está a nivel mundial.

Melanie salió de la sombra de Adriana

Entre las actuaciones que hay destacar de una manera particular está la de Melanie Díaz, quien se creció para no solo ser medallista de bronce en sencillos, sino que su dramático triunfo frente a Bruna Takahashi, de Brasil, para asegurarle el oro por equipo a nuestra delegación en el tenis de mesa femenino, fue sin duda el momento cumbre de los juegos.

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Adriana demostró que es la mejor de América

Antes de los juegos predije que veía una posibilidad de que Adriana Díaz fuera medallista en los 4 deportes que participaría. Lo que sí me sorprendió fue el dominio con que lo hizo. No solo gano tres medallas de oro y un bronce, sino que su dominio en el torneo individual donde apenas perdió un set despachando a Takahashi y la estadounidense Ju Wue es muestra de que sigue en ascenso, y es posible que su mejor tenis de mesa esté por venir. Entre las hazañas logradas, ya obtuvo su pase a Tokio 2020, donde será difícil de vencer.

El béisbol y el softball tienen chance real de estar en Tokio

Aunque los cupos son pocos, las demostraciones tanto del béisbol (que ganó medalla de oro de manera invicta) como el bronce del equipo de softball femenino nos hace pensar que hay una oportunidad real de uno o ambos equipos lleguen a Tokio. En su desempeño, el equipo de softball demostró que se va de tú a tú con cualquiera, mientras que el equipo de béisbol ha tomado un nuevo aire con la llegada de Juan Igor González como dirigente de la escuadra.

Los deportes de combate siempre aportan

Tengo que admitir que a veces uno se malacostumbra, y en televisión se ve bien fácil lo que hacen, pero merecen todo el crédito nuestro abanderado Franklyn Gómez y la judoca Melissa Mojica, quienes obtuvieron plata en sus respectivos eventos. De cierta manera, uno llega a esperar que eso sea lo que hagan, pues pareciera que el tiempo no pasa por ellos desde que fueron medallistas panamericanos por primera vez en el 2011. Sin embargo, hay quedarle mucho crédito a otras figuras como Adrián Gandía, Abnelis Yambó y Nesmarie Rodríguez, que sin muchas expectativas se alzaron con medallas. Al igual que en el boxeo con Yankiel Rivera y Oscar Collazo, quien para mí fue la figura más destacada de la primera semana de los juegos venciendo a un peleador cubano y a un exmedallista de plata olímpico colombiano.

El baloncesto no está descabezado

Si algún deporte en Puerto rico es monitoreado constantemente es el baloncesto. Por eso hubo tanto escepticismo cuando se anunció que se traería un equipo joven cuyo propósito principal era comprometerlos con la representación del país. Hubo muchas críticas por llevar un equipo B, sin embargo demostraron que pese a su juventud viene una sepa interesante donde la gran mayoría, si no todos, en los próximos tres años deben estar ingresando al equipo nacional, y el básquet estará en buenas manos. Eso también aplica al equipo femenino, que se alzó con el bronce dejando claro que la época de depender de una o dos jugadoras, como fueron Carla Cortijo, Yolanda Jones o Mari Plácido, está en el pasado, y que ahora somos un equipo más balanceado posición por posición.

Hora de reestudiar los deportes acuáticos

Aunque hubo unos quintos lugares que fueron meritorios, ha llegado la hora de replantearse qué se tiene que mejorar en los deportes acuáticos, pues sin duda junto al Taekwondo (Kyourgi) fueron los eventos de menos rendimiento.

Hazaña en el atletismo

Por solo la segunda vez en nuestra historia, los boricuas tuvieron dos medallistas panamericanos en la misma carrera de atletismo. Esto no ocurría desde 1983, cuando Peco González y César Mercado, quienes ganaron oro y plata en el maratón. Los velocistas nuestros hicieron excelentes carreras, pues Wesley Vázquez (Plata) necesitó que el canadiense tuviera que hacer su mejor marca para vencerlo y Ryan Sánchez, con su medalla de bronce consiguió la marca de 1:45, tiempo necesario para unirse a Wesley y Andrés Arroyo como competidores de 800 metros en Tokio 2020.

Triste la situación de Jean Pérez

Quizás la única nota que lamentar de nuestra delegación tiene que ver con el positivo a dopaje del boleador Jean Pérez, lo que nos costó una medalla de oro y puso en una posición incómoda al Comité Olímpico de Puerto Rico. Aunque todo parece que se trata de una condición médica del atleta, el no notificar a tiempo sobre el diurético encontrado nos impidió empatar la marca de más oro para unos juegos, que era seis. Cada atleta es responsable de lo que ingiere y tiene la responsabilidad de darlo a conocer 10 días antes de los juegos.

Sin embargo, no hay duda de que se sobrepasaron las expectativas y el deporte y nuestros atletas crearon sosiego en medio de todo el caos que ha habido en Puerto Rico en estas últimas semanas. Sin duda el deporte representa nuestra mejor cara a nivel internacional, se los digo yo que tuve el privilegio de presenciarlo.

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