Otra lista de libros que acaban de romper un jarrón: Los mejores del 2022.

 

 

En Rojo

 

  1. No me crean a mí. Jorge Luis Borges, a quien muchos lectores tienen en alta estima, dijo alguna vez: «¿Listas? Las listas son un hábito peligroso: enseguida se nota lo que falta». Uno puede también decir que enseguida se nota lo que está de más. Créanle a él.

Todas las listas son caprichosas, tanto como quien las hace. A mí me gustan como juego. Así, por ejemplo, me resulta divertido hacer esto: Los factores que influyen en el clima son:

1) la proximidad del ecuador;

2) la altitud sobre el nivel del mar;

3) la proximidad del mar, y

4) la vegetación.

Escrito de esta forma tiene un cierto valor poético que no puedo explicar por falta de espacio.

Y en el clima fresco del diciembre tropical -la proximidad del mar y la vegetación en peligro- siempre se hacen listas de deseos, resoluciones, noticias impactantes. Yo hago listas de libros. No las hago para proponer que son “los mejores” que se publicaron o para darles promoción. No puedo hacer lo primero porque no me los he leído todos. Sobre lo segundo, la promoción, el que me conoce sabe que no es lo mío. Entonces, aquí estoy dando rienda suelta a este hábito peligroso.

  1. En una clase de humanidades en la Universidad de Puerto Rico la profesora, cuyo nombre no recuerdo, nos decía que Homero habría hecho un catálogo de más de mil naves en  La ilíada. La profesora no terminó el curso y fue sustituida por un profesor español que nos recitaba palabras en latín y luego nos traducía. Yo me quedé como la descripción del escudo de Aquiles que ella nos había leído.

Luego, en la clase de español, conocí a Borges. La lista de animales que encontramos en “El idioma analítico de John Wilkins”: “(a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas” es de una belleza tan abrumadora que no queda más que reír satisfecho. Sobre esa biblioteca que lo contiene todo, Borges nos dice: Cuando reflexiona sobre la biblioteca total, Borges nos ofrece otra lista:“Todo: la historia minuciosa del porvenir, Los egipcios de Esquilo, el número preciso de veces que las aguas del Ganges han reflejado el vuelo de un halcón, el secreto y verdadero nombre de Roma, la enciclopedia que hubiera edificado Novalis, mis sueños y entresueños en el alba del 14 de agosto de 1934, la demostración del teorema de Pierre Fermat, los no escritos capítulos de Edwin Drood, esos mismos capítulos traducidos al idioma que hablaron los garamantas, las paradojas que ideó Berkeley acerca del tiempo” y así sucesivamente.

Así que vayan entendiendo que mi lista de los mejores libros que se publicaron en Puerto Rico en el 2022 es algo así como libros: (a) que me compré por impulso, (b) me los envió el escritor o la escritora para que viera si me gustaban, (c) me gustaron tanto que los publiqué, (d) diseñados por Javier Faris o Adaris García, (e) o recomendados por Luis Negrón en la librería La Esquina, (f) regalados en efemérides y durante la Navidad, (g) con portadas hermosas, (h) etcétera.

Autorizadas las listas por el escritor argentino aventuro la mía.

  1. Neural, Ana Marina Rúa. Sobre esta autora Marta Aponte ha dicho que nadie escribe mejor. Aponte es una de las más importantes estudiosas de nuestra literatura, desde Tapia hasta la escritura actual. Que ella diga esto ya debería llamar la atención de los lectores. De Neural : “En el libro de Rúa el lector se lee a sí mismo como personaje y conejillo de Indias de un libro que es una máquina experimental donde las entidades perciben el mundo de una manera sinestésica en términos sensoriales pero también en términos epistemológicos y ontológicos”. Y ciertamente, mientras leemos este libro de Rúa nosotros podemos sentir que el azul es suave por su olor que remeda la lavanda (que no es azul). Me he atrevido a escribir, en la contraportada del libro, que “Neural es escritura sensorial, concreta, flexible, que nos cuenta cómo se produce ficción que emociona por su experimentación, Una forma viral de crear sentido. Una invitación a la lectura libre que escapa hasta de las determinaciones de género”.

2. El trasero grande de la muerte, Dorothy Bell Ferrer. La presentación de esta novela fue una fiesta. Esta novela -que se construye con relatos entrelazados- es también un carnaval. Del texto ha dicho Melanie Pérez Ortiz: “Escapando de las muchas cárceles discursivas, El trasero grande de la muerte, publicado por La secta de los perros, pone el dedo en la llaga de ciertos debates contemporáneos que se proponen como resueltos, al punto que parece que no aguantan más preguntas. Uno de esos debates es sobre qué es un deseo lícito o más aún, quién tiene autoridad, autorización, autonomía para desear o buscar convertirse en objeto del deseo de otro u otra, de quien su deseo pida por las razones que sea que su inconsciente convierte ESO en un “pequeño objeto a” ¿De quién es mi cuerpo? ¿Quién pretende controlar mi placer o mis métodos para acceder al placer cuando nadie sabe qué mueve mi deseo si cuando yo quiero gozar yo gozo y a veces gozo sin querer de maneras que ni yo entiendo?”

3.Demonios, Huáscar Robles. Escritor, periodista, fotógrafo, músico, ésta es la primera novela de Robles. De ella comenta Damiela Eltit: «Con indudable maestría, Huáscar Robles consigue inscribir el universo en que transitan sus personajes, acudiendo a procedimientos fundados en una estética literaria infatigable.» Una novela de crecimiento en el que se muestra de manera descarnada la herida abierta por el protestantismo fundamentalista en la ruralía puertorriqueña. Dios como vehículo para la prosperidad se convierte en un discurso represivo y mutilador.

4.Levadura, Alejandra Rosa. Rosa es escritora, periodista independiente y teatrera. Gananó la Beca Gabriel García Márquez de Periodismo Cultural en 2019 y 2020.  Estudiosa y estudiante del performance y la danza. Del libro comentó Néstor E Rodríguez: “Lejos de recurrir a la acostumbrada fórmula del recuerdo como acontecimiento a explicar en la escritura, los poemas de Alejandra Rosa apuntan a la remembranza como un saber íntimo y transformador. Este rasgo hace de su ópera prima poética: Levadura (2022), una obra notable. Al abrigo de estas agrimensuras, sobresale el motivo del pan trazando la cadencia del conjunto para plantar revelaciones: “Hay algo en el olor del pan recién horneado que siempre me recuerda cuán volátil, y a la vez seguro, puede ser un cuerpo fermentado”. Para Maurice Blanchot, “el sueño confina con la región donde reina la pura semejanza”. En los textos de Levadura la semejanza es esa “masa madre” productora de alquimias, la garantía de correspondencia con la materia de lo que ya no está y que se eterniza en el ahora de la inextinguible duración del poema y la memoria”.

5.From the Founding of a Country, Cristina Pérez Díaz. Para mí es una de las escritoras más inteligentes del país. Quiero decir con esto que es capaz de teorizaciones sobre literatura que la convierten en filósofa y así espero que la lean cuando dejen de lado la excesiva confianza -es una broma en serio-. Este libro es un poderoso texto poético caníbal. Un tejido que trama y combina la traducción, el entrelazamiento, la apropiación de muchas voces para construir un discurso casi novelesco. De este libro disertó Margarita Pintado: “Hace unos días alguien se quejaba por las redes de los escritores que no leen. De la angustia y tortura de leer a poetas que no leen. Ese no es el caso de Cristina. En The Founding of the Country es evidente que el amor por la lectura sobrepasa al afán de escribir, lo que desemboca en una poética madura, generosa, atenta… humilde. Cristina demuestra que no sólo importa lo que Una tenga que decir, sino también rescatar lo que ya ha sido dicho: repetirlo, pulirlo, alterarlo, revivirlo en un contexto nuevo. Este libro, más que otra cosa, es un libro que escucha”.

6.La mirada en construcción. Ensayos sobre cultura visual José Orlando Sued y René Rodríguez-Ramírez (editores). Se trata de doce ensayos que desde diferentes marcos teóricos discuten asuntos relacionados a las dinámicas de la imagen en Puerto Rico. La fotografía, las caricaturas, el bolero, la publicidad y el turismo, las visiones abyectas, son algunos de los temas tratados. ¿Cómo se fabrican, se construyen, se idealizan y se consumen esas imágenes? Este libro pretende contestar esas y otras preguntas.

7.Los botánicos alemanes, Marta Aponte Alsina. “Hacia finales del siglo XIX, llegan al archipiélago de Puerto Rico dos botánicos recolectores alemanes. Uno es emisario del rey Luis de Baviera; el otro envía especies al Jardín Botánico de Berlín. Los narra Julia, un personaje sin apellido, salida de las páginas de La Azucena, la revista que Alejandro Tapia y Rivera convirtió en el libro abierto de sus escritos feministas. La Julia que escribe esta novela es una mujer de jardines secretos; la mujer escrita que, liberándose del maestro, narra amplios escenarios temporales y geográficos entrevistos por él, en torno al deseo de encontrar una nepenthes pharmacon o especie del sosiego” y..

2… Madre del fuego, también de Marta Aponte Alsina; porque, además de narradora, Aponte es una formidable ensayista. Sus investigaciones históricas y literarias -que son la fuente principal de sus novelas- tienen omo resultado ensayos esclarecedores como lo que componen este libro. La caribeñidad de William Carlos Williams, literatura detectivesca, las fabulaciones científicas, son algunos de etas reflexiones que da gusto leer.

8.La marea de los muertos, Francisco Velázquez. Es otra de las excepcionales novelas cortas de Francisco. Creador del personaje más divertido y completo de la narrativa detectivesca nacional (Dolores Cardona) en ésta, “la extraordinaria pluma de Francisco R. Velázquez entrega un relato cargado de época y costumbrismo. Desde la sanjuanera Bombonera hasta la fábrica de puros, se nos permite un asomo hacia el azotado Caribe de la tifus y los misterios. ‘La Marea De Los Muertos’ tiene la cualidad de imbuir la pantalla mental del lector con imágenes y escenas que nos bordean y nos dan vuelta. Los mundos se cruzan en la ola de los vivos y la marea de los muertos. Justo ahí, donde comienza y termina siempre la infinita danza de luz y sombra que es la vida”. Aquí no es Dolores, el Leslie. Accedemos a su diario, a un espacio privado que no escapa al delirio que disfrutamos con morbo.

Y así termina mi lista caprichosa en la que, como diría Borges, es evidente lo que falta pero nada sobra. Les recomiendo encarecidamente estos libros. Me precio de tener buen ojo para la literatura. Claro, si tuviera buena vista hubiera sido pelotero. Con espejuelos solo se puede ser lector. Quizás otras cosas, pero esa es otra lista.

 

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