Privatización disfrazada

Por: Giancarlo Vázquez López/CLARIDAD
gvazquez@claridadpuertorico.com

En una acción de espaldas a la comunidad universitaria, el rector del Recinto de Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico (UPR), el doctor Segundo Rodríguez Quilichini, sometió un proyecto dirigido a la privatización del citado recinto. El proyecto PS 1441, presentado por el presidente del Senado Thomas Rivera Shazt, plantea la creación de un fideicomiso privado, el cual obtendría el 30% de los recaudos, mientras que el 70% sería para el Recinto. Por su parte la Oficina del Rector, negó que el proyecto tenga como objetivo privatizar la institución y alegó que la privatización es un proceso que va por etapas y si bien lo que está planteado es que tanto el Senado como la Cámara de Representantes están abriendo el camino para privatizar parte de los servicios que en la actualidad se dan en el RCM de manera pública.

En entrevista el profesor y economista.Waldemiro Vélez aclaró que cuando la Rectoría de Ciencias Médicas o la Universidad de Puerto Rico (UPR) desmienten el asunto de la privatización es porque entienden que no se va a vender el Recinto de Ciencias Médicas: “Como no hay una escritura de compra/venta para el recinto, ellos dicen que no hay privatización”.

Manifestó que un problema muy grave es que el proyecto no emana de los cuerpos de gobernanza del Recinto, ya que fue emitido unilateralmente desde Rectoría a la Legislatura. Vélez sugirió que el proyecto debió salir de la Escuela de Medicina al Senado Académico del Recinto para discutirlo ampliamente allí y hacerle las enmiendas que fuesen necesarias. Luego de aprobado por el Senado, entonces el rector podía someterlo a la Legislatura.

“Lo más probable es que no es ni siquiera iniciativa de él (del rector) y se lo enviaron para que lo sometiera, para que se lo enviara al presidente por petición. Porque le llega al presidente del Senado (Thomas Rivera Schatz), supuestamente por petición del rector. Pero el rector no hace ninguna consulta con su unidad”, añadió.

Rady Lugo, representante estudiantil ante la Junta Universitaria del RCM, relató que en octubre pasado, durante una reunión ordinaria del Senado Académico, el rector presentó el proyecto sin mucho detalle y concluyó que “estaba muerto”.

“Nosotros como Senado Académico nos quedamos pensando en para qué nos lo presenta, si el proyecto está muerto y no tiene los votos en el Senado”.

Pero el proyecto no estaba muerto y tenía los votos para ser aprobado. Cuando se enteraron de que el proyecto iba a ser sometido, el Senado Académico decidió hacerle una petición al rector de convocar a una reunión extraordinaria para discutir los proyectos 1430 y 1441.

“Entonces, nos damos cuenta de que el proyecto lo iban a bajar en el Senado y ahí, ante la no-discusión a fondo de lo que decía el proyecto en el Senado Académico, varios claustrales y nosotros, nos mostramos alertas y preocupados porque realmente ese proyecto no se discutió. Simplemente, se nos dio un briefing general sin ningún análisis. Como para informarnos de la existencia del proyecto. Para qué íbamos a discutirlo si estaba muerto”.

La reunión se iba a llevar a cabo el lunes, 18 de noviembre, ya que la sesión del Senado y de la Cámara terminaba el martes 19. Pero ese día el presidente de la UPR decretó un receso administrativo y la reunión fue cambiada para el pasado miércoles, 27 de noviembre.

Lugo señaló que el Senado Académico tiene reservado los jueves para hacer reuniones, por lo que el rector pudo haberla convocado inmediatamente que fue pedida. “Pero entonces la convoca el 18, sabiendo que el proyecto se aprobó la semana antes. Igual ya el 18 no tenía sentido que discutiéramos nada porque el proyecto ya se había aprobado”.

La reunión —a mi juicio y según lo que cuenta Lugo— fue un come y vete. Los únicos dos puntos para discutir eran el 1430 y 1441; sin embargo, de solo una hora que se asignó para la discusión del proyecto, el rector consumió 30 minutos y el decano de medicina 15. Fue una reunión planificada para que no hubiera ningún tipo de deliberación y con muy poco espacio para preguntas y respuestas.

Atendiendo el asunto de la premura del tiempo, una profesora claustral se puso de pie y pidió una moción para tener una discusión buena y amplia y que se pusiera este tema como punta en la próxima reunión ordinaria el jueves (5 de diciembre). Ante la sorpresa de todos, el rector dijo que en la reunión extraordinaria no se estarían procesando mociones.

Según el rector, la reunión había sido convocada para preguntas y respuestas. Lugo reclamó que eso él no lo había dicho hasta ese momento. Añadió que incluso hay una moción dentro del proceso parlamentario que es una apelación al cuerpo y que básicamente se utiliza cuando la presidencia no quiere procesar una moción. Esa moción se supone que ni se discuta: se supone que se procese y se pase directamente a votación sobre el asunto y que el cuerpo entonces decida.

Por la negación a procesar esa moción y ver la forma deliberada en la que se convoca una reunión para tratar de matar el asunto en una hora, los estudiantes del caucus de senadores estudiantiles se oponen a los dos proyectos

También ante esta negativa los estudiantes comenzaron a hacer preguntas sobre los proyectos, que el rector refirió a su asesor legal, el abogado que básicamente escribió el proyecto. No se llegó a nada por lo que el Senado Académico insiste en que se añada el punto en la agenda de la próxima reunión ordinaria, que es el jueves.

“Tanto claustrales como estudiantes salimos molestos porque es un atropello al proceso parlamentario y al Senado Académico, que es un cuerpo deliberativo que está hecho para eso mismo, para hacer recomendaciones y tomar posturas sobre las decisiones que va a tomar el rector. El senado académico es el cuerpo asesor principal del rector”, expresó Lugo.

Al principio, cuando lo leyeron, al proyecto se le reconocieron algunas virtudes en cuanto al Recinto de Ciencias Médicas, pero por la manera en que se está presentando y por no querer discutirlo, la comunidad universitaria sospecha algo malo tiene que haber.

Como representante estudiantil Lugo resaltó que la preocupación principal es que las corporaciones subsidiarias que se pretenden crear y las APP no van a tener ningún tipo de proceso de auditoría, además de que no se tiene idea de cuántas pueden ser ni cuál va a ser su función. Señaló que en el proyecto del Senado 1430 en ningún sitio establece un proceso de auditoría a estas corporaciones subsidiarias, lo que sería abrirle la puerta al chanchullo y a la privatización disfrazada de algunos servicios en el Recinto de Ciencias Médicas.

Por su parte, Vélez sostuvo que “esto no va a redundar en beneficios para la Universidad. En todo caso, son los beneficios los que se van a privatizar parcialmente. Los costos van a ser todos del Recinto, pero los beneficios se van a privatizar para entes privados. La ley del fideicomiso dice que el 70% es para el Recinto, pero es el 70% de los ingresos y el 100% de los costos. Para la entidad privada es el 30%, que lo que tiene son costos administrativos y que lo que hace realmente es obtener beneficios del proceso”.

Con la privatización parcial de los servicios de salud que presta el RCM el acceso a los mismos sería mucho más difícil, sobre todo para la población médico indigente.

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