San Juan
CLARIDAD
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El alcalde Miguel Romero no ha presentado a la Asamblea Municipal ningún proyecto de orden público. Lo que presentó fue un borrador a la prensa, entiéndase, El Nuevo Día, que ha generado mucha controversia no solamente por parte de comerciantes, sino de residentes y entidades que defienden los derechos civiles, afirmó el legislador municipal por el Partido Popular Democrático (PPD) Manuel Calderón Cerame.
En entrevista, Calderón Cerame, denunció que el nuevo código propuesto por el alcalde todavía no se ha radicado de manera formal ante la Legislatura Municipal. “Estamos esperando, pero hace unos días he hecho un reclamo de que el proceso de vistas públicas que se le vaya a dar al borrador o proyecto ya radicado sea uno amplio, participativo, donde vayamos los legisladores municipales junto al alcalde a las comunidades a presentar la propuesta”.
Los problemas que tienen los comerciantes de Río Piedras quizás son diferentes a los que pueden tener los de la Placita de Santurce o los residentes del Viejo San Juan, por lo que espera que el proceso sea uno verdaderamente inclusivo donde se escuchen las voces de todos los sanjuaneros y de todos los sectores.
Añadió que en San Juan ya hay un código y no ha habido reclamos para uno nuevo de parte de ningún sector, sino que el reclamo de todos es que se cumplan las ordenanzas municipales, que la Policía Municipal pueda encauzar lo que ya el actual código ha establecido. Dio como ejemplo que una de las comunidades más vocales en este tema es la del Viejo San Juan, que hacía unos días se había reunido con los residentes y su reclamo siempre va dirigido a que la Policía aplique el código a algunos comerciantes, a algunas áreas, que haya patrullaje preventivo y que se implementen las medidas como la de garantía de áreas de estacionamiento, aspectos que actualmente no se están cumpliendo.
Otro ejemplo de que no se está cumpliendo con el actual código son los eventos sucedidos en la Placita de Santurce. Este lo atribuyó a que en muchas ocasiones la Policía Municipal o el plan anticrimen que tiene que implementar la Policía junto con el alcalde no está dando resultados. “No creo que unas medidas restrictivas exageradas que lacere de una manera directa el desarrollo económico y comercial de unas áreas vayan a funcionar si no hay una Policía Municipal que esté motivada, a la que se le cumplan las promesas que se le hicieron de mejor equipo y de mejores estrategias. La realidad es que muchos policías municipales están desmotivados para poder aplicar las ordenanzas y el código del orden público que se establezca”.
El otro aspecto sobre el cual llamó la atención fue el efecto a los derechos civiles que implica el borrador del código. “Miguel Romero está planteando que ningún ciudadano ni ninguna persona pueda sentarse, acostarse u ocupar una vía pública. Eso, de entrada, levanta muchos reparos. San Juan es el centro de gobierno de Puerto Rico a donde residentes de San Juan y de todo Puerto Rico vienen a manifestarse por distintos asuntos. Me parece que lo que está planteando ese código es contrario a los derechos a la protesta, garantizados por la Constitución de Puerto Rico y Estados Unidos”.
El lenguaje propuesto es bastante insensible desde su punto de vista, como el prohibir de forma expresa que una persona pueda acostarse en una acera, en un banco público o viva en una luz. Calderón Cerame expresó que a nadie le gustaría que hubiera gente sin hogar, pero la política del alcalde no puede ser meramente invisibilizar a las personas que no tienen hogar.
El legislador municipal recalcó que se supone que el alcalde radique primero el proyecto a la Asamblea Municipal, lo que todavía, reiteró, no ha hecho. Una vez radicado, se supone se proceda a las vistas públicas. “Mi llamado a la presidenta de la Asamblea Municipal y al propio alcalde es a que abramos este proceso lo más amplio posible”. Indicó que es meritorio que se hagan vistas públicas en Rio Piedras, en la Placita de Santurce, en el VSJ, inclusive, en Puerta de Tierra.
Sobre esto último reparó en que cómo se les iba a imponer un horario hasta la 1:00 de la mañana a los comerciantes locales, que se las han visto negras durante la pandemia, pero los que están regulados por la Compañía de Turismo puedan seguir haciendo actividad hasta horas de la madrugada.