Hay que trabajar con la salud mental del País

Por Ángeles R. Rodríguez Negrón/Especial para CLARIDAD

“Dos traumas distintos pero significativos” han sufrido los puertorriqueños y puertorriqueñas luego del paso del huracán María y de la secuencia de temblores que ha sufrido Puerto Rico durante las primeras semanas del año nuevo, catalogó la sicóloga Kenira Thompson. 

El golpe que dejó el ciclón de categoría 4 en septiembre de 2017, afortunadamente, tuvo aviso previo contrario a los temblores, que permitió a que una gran cantidad de personas pudieran salvaguardar suministros y proteger a sus familias. No obstante, se cumplen cuatro semanas desde que la tierra comenzó a temblar inadvertida y consecutivamente: por lo menos una o dos veces cada hora, todos los días.

“Es un postrauma distinto [al huracán] María. Lo vimos por meses y años después, y todavía se sigue arrastrando… El issue es que sigue temblando. El trauma, cada vez que tiembla, se sigue incrementando. He escuchado a muchas personas que se acuestan esperando a que tiemble y no duermen esperando a que llegue el próximo temblor. Eso es bien difícil porque la realidad es que puede volver a temblar. El estrés postraumático es algo que vamos a tener que manejar aquí por años después de esta situación”, explicó Thompson.

La profesora en Ponce Health Sciences University (PHSU) enfatizó que el miedo, la ansiedad y la depresión son reacciones normales del cuerpo ante los fenómenos naturales recientes. Recomendó la búsqueda de ayuda sicológica y de consejería para lidiar con la inestabilidad emocional.

“No podemos juzgar a nadie por sus reacciones porque cada cual ha experimentado esto de una manera diferente. Estas personas que están en el sur de Puerto Rico están expuestos a [los terremotos] a diario, que ha habido miles de temblores en varias semanas. […] Es cuestión que las personas sepan que no tienen que vivir esto solos. El que te sientas deprimido, ansioso, estresado, con ganas de llorar, eso no es una señal de debilidad”, mencionó la también decana de Investigación de la PHSU. 

Salubridad ante todo

Estudiantes y profesores voluntarios de la PHSU se unieron al proyecto Clínica del Sur, una iniciativa – dirigida por la pediatra Laura Domenech y la estudiante de tercer año en Medicina Karlene Vega –, que ofrece sus servicios a personas sin plan médico. Debido a la emergencia, Clínica del Sur ha llevado atención médica y sicológica a campamentos y refugios en Guánica, Guayanilla, Lajas, Ponce, Peñuelas, Yauco, entre otros municipios. La unidad móvil fue donada por AmeriCares, una organización por la salud global y asistencia de desastres, luego del huracán María.

Domenech notó que hay muchos pacientes con infecciones en la piel por las picaduras de mosquitos, que les hacen faltas sus recetas de medicamentos, insulina para aquellos que son diabéticos, tratamientos para los que contrajeron la influenza. Estas enfermedades, entre muchas otras, son producto de la poca higiene en los campamentos.

“El lavado de mano es lo primordial en todo esto y va a hacer que la gente en los campamentos sea más eficientes en no enfermarse donde se puedan evitar esos problemas mayores. […] Algún campamento sin agua es un foco de infección Seguro”, resaltó la médico.

Por otro lado, los sicólogos trabajan con los damnificados usando la técnica de las charlas grupales para permitir que puedan desahogarse, comparar experiencias y que la comunidad se apoye entre sí. 

Además de los factores actuales de la emergencia, “la situación económica del país, la migración que ha ocurrido donde muchas personas se han quedado sin su familia, y el éxodo de médicos” también han aportado a que muchas personas se sientan inseguras e inestables, mencionó Thompson. 

Manejo de ansiedad, estrés y depresión

Entre las preocupaciones más observadas por Thompson y sus colegas en los campamentos y refugios en el sur han sido la separación de familia, la ansiedad en los niños, la inseguridad de las estructuras escolares y dormir dentro de las casas. 

Para sobrellevar estos miedos, la doctora en sicología experimental sugirió tener un plan familiar en cada hogar. “Te da un cierto sentido de control de que si pasa [un temblor], yo le enseñé a mis nenes lo que tienen que hacer. Ya yo sé que, si estoy en la casa, me voy a meter en tal sitio, sé las áreas de desalojo, sé cuáles son las rutas para llegar donde tengo que llegar, tengo suministros para las mochilas. Eso le da un sentido de responsabilidad”, comentó Thompson.

Diez respiraciones profundas y enfocar la mirada en un punto fijo durante los temblores leves son otros métodos útiles para calmar la ansiedad. 

En los casos del miedo a estar en el hogar, uno debe entrar por un periodo corto y tolerable para la persona. “Poco a poco, vamos aumentando de 10 minutos, vamos a 15, después 20. […] Vamos a dormir en el sofá (o marquesina) con la puerta abierta; en caso de cualquier cosa, salgo corriendo. Hay muchas estructuras que tienen grietas que no son estructurales y las personas quizás pudieran estar durmiendo adentro, pero no se atreven. Una vez un ingeniero vaya y evalúe la estructura, puedes ir y dormir… volviendo a acostumbrarte y al cuerpo”.

La experta en la salud mental añadió que “reestablecer en esas personas algún sentido de estabilidad emocional va a requerir ayuda, apoyo emocional y muchos esfuerzos a múltiples niveles. Tanto apoyo social, ambiental, de la familia, las escuelas, el trabajo… Todo el mundo tiene que crear este nuevo sentido de empatía y compasión, porque no sabemos cuándo va a ser el outcome.”

Hospital Damas en funcionamiento

A pesar del servicios ambulatorio de Clínica del Sur, ningún hospital en Ponce ha sufrido daños estructurales significativos a causa de los temblores. 

Imágenes de grietas y empañetado caído en el Hospital Damas han corrido las redes sociales, causando histeria. No obstante, el ambulatorio con más de 150 años solo tiene daños “cosméticos”, afirmaron los ingenieros José Colón Santini y Gamalier Maldonado Emmanuelli. 

Carpa provisional en el Hospital Damas de Ponce. Foto: Angeles Rodríguez

Hasta el momento, los pacientes del centro médico permanecen en los primeros tres pisos para salvaguardar sus vidas, y continúan los procesos de habilitación del cuarto piso, cuyas reparaciones no tienen que ver con los sismos, según la relacionista pública del ambulatorio ponceño, Mabel Pola.

El director médico, Pedro Benítez, afirmó que el Hospital no ha necesitado donaciones de suministros, agua ni plantas eléctricas puesto que ya cuentan con suficientes artículos. “Tenemos dos plantas eléctricas; cada una de esas unidades puede correr el hospital completo con aire acondicionado… Tiene diésel como para 17 días. [También], tenemos un pozo; por lo tanto, no dependemos de nadie para el agua. Las compañías, en cuanto a suministros, nos han estado funcionando, así que no hemos tenido necesidades de solicitar nada”, indicó Benítez.

En caso de una emergencia, Damas está equipado con una unidad externa, que contiene suministros, medicamentos, tanques de oxígeno y acomoda a 10 encamados en aire acondicionado. 

El Hospital Damas cuenta con el apoyo y los servicios de salud mental de la Escuela de Sicología de la PHSU para aquellos enfermos y empleados que necesiten asistencia psicológica. 

Artículo anterior«Un beso no es un kiss»
Artículo siguienteJulia & Nick y el almacén que coronó el caos