En aumento el apoyo boricua al pueblo palestino

Manifestación frente al capitolio. Foto Alina Luciano/CLARIDAD

 

 

Entre las expresiones más recientes de solidaridad con el pueblo palestino en Puerto Rico más de unas 200 firmas, la mayoría de profesores y estudiantes de diversas universidades, organizaciones de varios sectores de la comunidad, activistas en su carácter individual suscribieron una declaración en la que rechazan los ataques del estado de Israel contra el pueblo palestino, en particular en la Franja de Gaza y reclaman un cese al fuego.

La declaración hace la salvedad de que se solidariza con las víctimas inocentes israelíes por el ataque de Hamas, el 7 de octubre, pero subraya que la respuesta del gobierno de Israel que ha causado miles de víctimas inocentes de palestinos, así como la destrucción de infraestructura es una desmedida y está en crasa violación de los derechos humanos básicos.

De acuerdo a cifras de la ONU, Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, para la primera semana de noviembre 4,104 menores de edad han muerto por ataques del ejercito de Israel, 1,270 han desaparecidos bajo los escombros y el 70% de la población de la Franja de Gaza ha sido forzada a dejar sus hogares.

“Como plantea la organización Human Rights Watch, ‘el hecho de que Israel haya cortado el agua y la electricidad en Gaza, y que haya bloqueado la entrada de combustible, alimentos y que solo permita una escasa entrada de ayuda humanitaria, incluyendo medicinas, equivale a un castigo colectivo” (WRH, 2023). La ley internacional define castigo colectivo como “cualquier forma que se imponga a personas o grupos convertidos en objetivos (targets) por acciones que no cometieron, por ejemplo, un grupo completo de personas es castigado por las acciones alegadamente cometidas por miembros de dicho grupo’. Por su parte La Organización de las Naciones Unidas calcula que 1.4 millones de palestinos han sido desplazados”, declaran los firmantes.

La expresión termina denunciando el que: “Toda esta situación de muerte, destrucción y exilio tiene efectos directos, devastadores e irreversibles, en los procesos psicológicos, afectivos y sociales de quienes lo experimentan, pues conjugan el riesgo psíquico, físico y vital. Nuestro deber ético es denunciar toda forma violación de los derechos humanos, en este caso urgente los del pueblo palestino, y exigir el cese inmediato al fuego, y que se permita la entrada ilimitada de la ayuda humanitaria que tanto necesitan”.

 

 

 

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