Entrevista a German William Cabassa Barber

 

En Rojo

En el oeste de la isla también se escribe. Esa no es una noticia pero a veces parecería que todo ocurre en los alrededores de la capital, en esa área que fue nombrada por el desarrollismo “Zona Metropolitana”.

Uno de esos escritores es German William Cabassa Barber. Nació en Mayagüez y se crió en Cabo Rojo, donde aún reside. Desde que tiene uso de razón es escritor. “Aprendí a leer y escribir a los tres años”.

 

ER- En tus novelas lo detectives y el horror predominan. ¿Por qué la preferencia por ese género?

Desde adentro esa preferencia parece adrede. Desde afuera en realidad es incidental. He escrito miles de obras y apenas publicado un puñado. Las últimas eran de ese tema y como mi canon se está publicando, incidentalmente, como dicen más o menos de atrás hacia adelante a ellas les tocó primero. Aunque eso sí, me gusta el acto del descubrimiento y el hecho de enfrentar lo más obscuro de la naturaleza humana que es lo que hacemos a diario a veces sin tan siquiera darnos cuenta. Creo que eso también a su medida y en cierta manera ha aportado a mi selección de publicación de entre mi vasto acervo desde cierto punto de vista.

¿Qué escritores son importantes en tu desarrollo como escritor?

Esa es una pregunta compleja e intelectualmente más monstruosa que simple. Lo creas o no, más que otra cosa, son las obras y no los escritores los que me influyen pero cada obra tiene un autor. Miguel de Cervantes Saavedra, Alfonso Sastre, Alejandro Tapia y Rivera, Enrique Laguerre, Javier Ávila, Ray Bradbury, Edgar Allan Poe, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Carlos Esquivel Guerra, José Saramago, Fernando Pessoa, Jean-Paul Sartre, son muchos los que podrías hallar un examen concienzudo del ADN de mi desarrollo, ya que he leído casi 11,000 libros en mi vida. De vez en cuando me hace falta volver a alguno de ellos, creo que al final, cada libro leído me influencia en una dirección u otra, pero como digo, cuando pienso en cada uno de ellos lo hago desde sus obras, y se puede ver en mi trabajo, si se lee con cuidado.

Haber aprendido a leer y a escribir tan temprano como a los 3 años y maravillarme al respecto, vivir entre libros, y debo rememorar que la primera vez que, conscientemente leí y los símbolos se volvieron palabras y de ahí se volvieron formas y figuras en mi cabeza, a nivel abstracto, me hizo sentir que aquello era lo mas cercano en el mundo real a la magia, y se lo agradezco a mi Santa Madre.

¿De qué modo tu formación académica como historiador incide en tu trabajo literario?

Pues toda mi obra ocurre en un mismo universo compartido, de modo que funge como, una historia alterna de la realidad. Mis personajes estudian, viven y pululan en lugares reales y tienen vicios y pasiones que la moral de turno no les va a quitar porque parezca políticamente incorrecto. Soy partidario de que mientras más humanos y defectuosos los personajes, mientras más contradictorios, más hermosos y su historia mas deliciosa. Cada uno tiene una vida histórica dentro de mi universo, existieron como tú y como yo de una forma u otra. Tienen vida, obra y pensamiento, como así también, genealogía, vivirán y morirán y yo soy para ellos el historiador oficial de su mundo, soy su padre, su madre, sus hermanos, sus amantes, soy su destino, su vida, su todo y su muerte, y eso me hace su Dios, interviniendo sin fin en su historia. Eso es lo que hace que mi formación como historiador haga más real mi fantasía como le pasaba a Fernando Pessoa.

 

Breve nota sobre sus escritos

Una de sus novelas es La Reina Pálida. Según Cabassa Barber trata de cómo, sin previo aviso, en agosto 2020, la joven Enuma Elish Sahrazad Valero Pérez, regresa a la vida del profesor Antonio Amador Saint-Germain Du-Mont al escogerlo como su director de tesis Doctoral en el programa de filosofía y letras, Historia de Puerto Rico y del Caribe de El Centro de Estudios Avanzados. Su tema de investigación, el asesino serial más escalofriante de la historia de nuestro país: La Reina Pálida. La compañera en las aulas del viejo profesor, la también Doctora Shekinah Espada Sanz —una muy peculiar literata— no está de acuerdo. Ella sabe de la relación turbia e ilícita que ambos, la estudiante y el profesor tuvieron hace mucho tiempo, la cual casi le cuesta todo —incluida la vida— a su colega. Una de las piezas claves para resolver este enigma, es César Borgia Morales Rodríguez un detective que lo apostó todo a la baraja equivocada, el cual alcohólico, melancólico y derrotado, se pasa lamentándose de haber dado el último paso en falso. La investigación de la joven la llevará más lejos de lo que ella hubiese imaginado, en una regata que le enseñará la última y más preciada lección cuando despierte a quien ha dormido durante años en el fondo del turbulento océano de su inmisericorde pasado: la Muerte es un enemigo digno, te da una vida de ventaja.

En el mismo universo de la anterior, pero entre el 26 de marzo al 3 de abril de 2009 en Nueva York, El asesino que no podía dejar de reír, es una historia violenta, perturbadora, erótica, misteriosa, sobre la vida y la muerte, el amor y el odio, la justicia y la venganza. Gira alrededor de uno de los tres asesinos seriales más exitosos del estado de Nueva York, El Artista, un asesino que no puede dejar de reír después de cada atroz crimen y con lo cual estremece a la ciudad, a dos jóvenes detectives, únicos en su clase, que juraron traerlo ante la justicia, Adrián Hopeless Rivera e Ismael Vélez, y a Tatiana Shrek Pérez, una dama fatal que vuelve para reclamar a su amado, protagonistas de esta historia que empieza la noche que ella regresó y que al terminarla te hará llegar a la acertada conclusión de que, como diría un bolero, los amores viejos siempre se vengan. La escritora del género del horror, recibe, al igual que otros tres escritores más, igual de famosos, una invitación para competir en un peculiar certamen literario. Certamen cuyo premio será conocer al maestro del terror de su país, un misterioso ser a quien nadie nunca a visto el rostro o se conoce la verdadera identidad oculta detrás de un seudónimo y escribir con él la que será su última novela. Este, luego de gastarse su fama y ser olvidado por la crítica literaria ante el surgir de estos cuatro escritores de la nueva generación decide probarlos para sacar de ellos quién es el mejor y su heredero literario o eso dice él. Lo que ellos no saben es que, invitarles a su edificio privado para la supuesta competencia, es el primer paso de su macabro plan guiado por la envidia: convertirlos a todos en los personajes de su última y más espeluznante novela matando a los que pueda en el proceso.

Estas, entre otras publicadas y centenares inéditas, auguran un corpus literario de interés para lectores y estudiosos del fenómeno literario.

 

 

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