Atentamente, Comando Megavatio

 

Lo agarraron entre dos y le pegaron el lado derecho de su cara a la parrilla del barbecue.

De inmediato, el sonido particular que hace la carne al tocar la superficie candente.

Luego, el humo.

La peste.

Los gritos.

Dejaron que se retorciera por el suelo. Ya no gritaba, sino aullaba de dolor. Entonces, le metieron dos balazos en la cabeza. Sobre su pecho clavaron una escueta nota. Go home. Para ello usaron el cuchillo con el que, poco antes, trozaban las costillas.

Todo esto le ocurrió al joven norteamericano frente a sus compañeros de trabajo. Treinta, más o menos. Ninguno intercedió.

Hubo quien lloró. Eso sí.

Hubo quien se tapó la cara, ante la insoportable escena.

Las doce personas enmascaradas y fuertemente armadas se tomaron cuarenta segundos exactos para mirar a cada uno de los presentes. Sin palabras. Solo silencio. Y el terror.

El comando se retiró del área. Desaparecieron en varios vehículos.

Una hora más tarde, cuando ya la noticia del ataque corría como pólvora en todos los medios de comunicación, se emitió una declaración escrita a la prensa.

“Tienen 24 horas para sacar a todos los celadores gringos subcontratados. El país está harto del saqueo y la mediocridad. De la palabra pasamos a la acción. De no cumplir en el plazo indicado, morirán más. Atentamente, Comando Megavatio.”

 

Artículo anteriorCrucigrama:Pedro Juan Rúa
Artículo siguienteStreaming 4: el argentino Guillermo Francella