Denuncian falta de autonomía en unidades de la UPR

 

 

CLARIDAD

 

Desde 2021, la organización en Utuado, Aguadilla y Arecibo ha cambiado sus dinámicas administrativas.

Hace cerca de dos semanas, el presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Luis A. Ferrao Delgado, desmintió cualquier rumor de consolidación entre recintos de la institución y aseguró que forma parte de unos “traslados administrativos”.

No obstante, para el estudiante y miembro de la Junta Universitaria (JU), Sebastián Segarra, todo forma parte del Plan Piloto de Servicios Compartidos, aprobado en el 2021. “Es una imposición de la Junta de Control Fiscal (JCF). Ellos aprobaron $40 millones para la UPR, pero solo si se llevaba el plan exactamente como decían”, denunció el estudiante utuadeño.

De acuerdo con Segarra, la reciente decisión de trasladar las oficinas administrativas de empleados no docentes es una “movida” inicial hacia la consolidación de recintos. A juicio del representante, la institución promueve que los trabajadores se muden, pagados por la nómina de Utuado, a Arecibo o Aguadilla. Para los empleados que quedan en la unidad de Utuado, se les ofrece un incentivo de $500 para irse a otra unidad, según Segarra.

Estos cambios han dejado al recinto utuadeño con pocas oficinas que respondan a las necesidades de la comunidad, como el caso de la Oficina de Compras, que ahora está en Aguadilla. Como consecuencia, Utuado se ha convertido en “cliente” de las otras dos unidades, por el rol central que ocupan en la empleomanía de la universidad. Además, esta dependencia administrativa limita la capacidad del recinto para invertir en el aumento de estudiantes matriculados y docentes permanentes.

“No tenemos nada en Utuado. Esta movida le abre las puertas al traslado físico como último paso de la consolidación y es algo que se quiere llevar a otros recintos”, advirtió el estudiante subgraduado. “Es hasta ineficiente, porque ahora Arecibo y Utuado tienen que depender de Aguadilla para algunas cosas y seguir cargando con otras”, detalló Segarra.

Como parte de la ampliación del Plan Piloto, la Junta de Gobierno de la UPR anunció la agregación de este proyecto en las unidades de Bayamón, Carolina, Humacao, Cayey y Ponce. Aunque, a principios del programa, la institución proyectó un ahorro en los gastos funcionales, tanto Segarra como la propia institución —de acuerdo con el estudiante— han admitido pocos cambios en los gastos.

Segarra aseguró que en el caso de la docencia, los cursos deben tener un mínimo de 50 % de su cupo, o matrícula, para llegar a quórum y, por esa razón, no se puede abrir el curso. La única excepción a esta regla es ante la situación de un estudiante que se gradúa.

En el caso del profesorado, para cumplir con una carga completa de docente, se debe impartir, en un semestre, 12 créditos. No obstante, la falta de cursos asignados les relega a escoger entre realizar tareas administrativas, investigaciones en otros recintos o la “movilidad docente”. Este último recurso permite que un profesor dé clases en otra unidad   —Aguadilla o Arecibo— con el sufragio del recinto utuadeño.

La situación complica la dinámica tanto para estudiantes como docentes. Para los alumnos, las pocas opciones de cursos y grupos de investigación les desaniman, muchas veces, acabando por mudarse a otros recintos.

“Ahora mismo, estamos en un ambiente de retroalimentación negativa. Muchas personas sugieren otros proyectos que amplíen la oferta del recinto […] Se nos van porque no se puede conseguir el curso o no se puede llegar a quórum. No hay diversidad de profesores o de clases electivas”, resumió Segarra.

Las denuncias de Sebastián responden a que, en tiempos recientes, el recinto de Utuado logró aumentos en la matrícula, la retención y la proyección de nuevos estudiantes. “Solo se puede subir desde aquí”, aseguró Segarra.

Respecto a un cierre de la unidad, el representante ante la JU confió en que “nadie quiere ser la cara que cerró a Utuado” en estos momentos, y que, de parte de la comunidad estudiantil, hay un “empuje” presente y en contra de las medidas del Plan Piloto.

“En el proceso, logré que se abrieran secciones para las clases de Física y Cálculo, que muchas veces no se ofrecen”, mencionó, por su parte, la presidenta del Consejo General de Estudiantes de Utuado, Diana Burgos Marroig. Además, anunció que la próxima asamblea de estudiantes para Utuado es el martes, 2 de abril.

Ambos estudiantes admitieron que la situación, viralizada en la redes sociales por la candidata a la alcaldía de Utuado por el Movimiento Victoria Ciudadana, Maritza Feliciano, trajo a la luz la gravedad del asunto. De seguir esta tendencia de quitar poderes a la unidad, la universidad bien puede palpar cambios más severos en la funcionalidad de Utuado, la primera víctima del Plan Piloto.

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