En Reserva-La UPR del aguante

 

Especial para EN Rojo 

La semana pasada tuvimos una reunión de facultad del área de Artes en un recinto hermoso de la UPR, donde nos explicaban la cruda realidad de la baja estudiantil y los programas (como el mío de Estudios Hispánicos) que estaban en peligro de desaparecer. Fue una reunión muy bien intencionada para motivarnos a cambiar estrategias de reclutamiento y así atraer más estudiantes. Nos motivaban a renovar currículos para atender rezagos y buscar maneras de retener al estudiantado en nuestros programas académicos y en nuestro recinto. Hubo diálogo y algunas propuestas, incluso salimos con algunas actividades en mente durante el verano, para atender la crisis de la baja estudiantil en varios recintos del área.

Salimos con un peso gigante sobre los hombros que se mezclaba con la sobrecarga laboral que tenemos: los tantos comités en los que participamos, todo lo que hay que corregir al final de semestre y la continua preocupación de si tendremos trabajo y retiro al final del camino. Mientras hablaba con otras compañeras sobre lo abrumadoramente frustrante que es la situación que vivimos en la UPR, empezamos a explotar. Estamos llenas de trabajo, preocupaciones y deudas. Ahora se nos pide también mayor creatividad académica, se nos pide asumir tareas adicionales de reclutamiento “de gratis” o “por amor”. Definitivamente sentimos amor por la UPR y tenemos vocación, pero este aguante es demasiado. Nos reímos por no llorar. Nos sentimos menos culpables de coincidir en el análisis. El problema es que seguimos en el aguante, manejando la crisis en lugar de ir directamente a la raíz del problema.

Las acciones no pueden ir dirigidas a ver cómo mejor nos adaptamos para soportar la crisis de la UPR, los esfuerzos deben y tienen que dirigirse a resolver el problema principal. De la misma manera que NO solucionamos el problema de violencia doméstica diciéndole a una mujer que endurezca sus abdominales para que soporte mejor los puños que le da su agresor, NO resolvemos la crisis de la UPR siendo creativos con nuestro quehacer académico para atraer más estudiantes y aguantar los recortes de la JCF. Yo no quiero seguir aguantando esos golpes, quiero detenerlos. Quiero salir de esta relación abusiva e injusta. Y sé que todas las personas en esa reunión estaban tan cansadas del aguante como yo.

La crisis de la UPR es presupuestaria, no es académica. La necesidad de renovar currículos y atemperar la oferta académica al momento histórico es importante. Cualquier universidad respetable tiene que evolucionar sus currículos, investigaciones y estrategias de reclutamiento. Pero eso NO resuelve el problema principal. El problema principal de la UPR es la incapacidad de financiar el quehacer académico, la incapacidad de financiar una experiencia académica saludable para el estudiantado, la incapacidad de proveer condiciones laborales justas para quienes trabajamos en el primer centro docente y de salud del país. Los recortes presupuestarios son golpes de un ente colonial regido por banqueros que no creen en la universidad pública ni en el proyecto de país que es la UPR. No importa cuántos diálogos tengamos para discutir estrategias creativas de reforma académica, no importa cuántos diálogos y acciones propongamos para atraer más estudiantes, si no tenemos presupuesto, no hay manera de sustentar la UPR que queremos y merecemos.

 La merma de estudiantes NO es demográfica del todo, es principalmente económica porque el costo por estudiar en la UPR es muy alto y la Beca Pell no da para estudiar y vivir. Si tenemos una baja demográfica, entonces urge hacer de la UPR un lugar más accesible para el estudiantado. Hemos hecho lo opuesto, hemos encarecido la educación universitaria en un 175% desde el 2017. Hemos eliminado 13 de las 16 exenciones de matrícula, hemos cerrado hospedajes accesibles para el estudiantado que ahora depende de hospedajes privados y el alza en el costo de la gasolina. Los aumentos de matrícula han convertido a nuestro estudiantado en parte de la clase trabajadora, a destiempo. Todo esto por imposición de una Junta de Control Fiscal (JCF) que reiteradamente dice que la UPR es un gasto y no una inversión. Si queremos más estudiantes en la UPR tenemos que bajar el costo de estudio y proveer opciones de vivienda digna y accesible, cosas que se logran con la restitución de la fórmula presupuestaria del 9.6%.

Si queremos mayor renovación y emprendimiento en la UPR, necesitamos presupuesto que provea tiempo y recursos, para que quienes trabajamos en la universidad podamos ejercer nuestra creatividad. Hemos sido demasiado resilientes. Nuestra vocación y amor por la UPR ha hecho que sigamos en el aguante, trabajando demás, que sigamos investigando e innovando, que sigamos dando la milla extra porque en el fondo, queremos una UPR para las futuras generaciones. Pero nuestro esfuerzo se queda en aguantar los recortes. Hemos caído en la trampa de hacer más con menos. Y creo que es hora de decir: ¡BASTA YA!

La universidad está llena de gente capaz, creativa y con mucha vocación. Sin embargo, en los foros universitarios oficiales, no estamos hablando de la crisis presupuestaria para accionar. Hablamos del presupuesto para manejar. Son acercamientos bien diferentes. Uno es de aguante y resignación, el segundo es de lucha y defensa. No importa cuanta creatividad, innovación y esfuerzo pongamos en nuestra cátedra y en nuestros programas académicos, sin presupuesto no se puede funcionar. El agotamiento y la ansiedad que se vive en nuestra UPR no es sostenible. No podemos seguir en este aguante.

Entonces mi pregunta es, ¿para cuándo vamos a dejar el diálogo necesario y puntual para organizar acciones concretas en defensa del presupuesto? ¿para cuándo un frente amplio para cabildear en la legislatura y ante la JCF la restitución de la fórmula? No solamente de los gremios sindicales y estudiantiles, pero de todas las esferas de la UPR desde la Junta de Gobierno, Presidencia, Rectorías, Decanatos y del País en general. Es que debemos estar hablando de acciones directas en reuniones departamentales, de claustro, en las aulas, en asambleas estudiantiles y en todos los espacios universitarios.

El 28 de abril los diferentes gremios sindicales de la UPR, Consejos Generales de Estudiantes y otras organizaciones estudiantiles estuvimos en conferencia de prensa, pidiéndole al Presidente Ferrao, a través de una Carta Abierta, un Frente Amplio en Defensa del Presupuesto de la UPR. Hasta ahora no ha respondido a nuestro reclamo, pero seguiremos insistiendo con la esperanza de que allá en Administración Central también se cansen del aguante.

Cuando la UPR se levanta unida, sus enemigos cogen miedo. Es evidente que la JCF es enemiga de la UPR, del país y de la juventud puertorriqueña. La UPR es un lugar diverso, pero si algo nos une dentro es el entendimiento de que Puerto Rico necesita una UPR fortalecida, accesible y de calidad. Nos une el deseo de una UPR con futuro. Abandonemos de una vez esta cultura del aguante, usemos la creatividad para encontrar estrategias reales para devolverle a la UPR lo que le han quitado. Transformemos ese amor en acciones concertadas en defensa de la Universidad de Puerto Rico.

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