En Rojo
Incluyo en este penúltimo segmento de “Filmes flotantes” el 2ndo filme dirigido y protagonizado por el excelente actor Viggo Mortensen (Falling de 2020 es su 1er), The Dead Don’t Hurt y un ‘viewing’ adelantado de una comedia romántica de las que duelen, Peak Season. Termino con un “rescate del pasado” del libro en preparación, titulado tentativamente: Y volver a ver: Conversaciones de cine con María Cristina de CLARIDAD.
The Dead Don’t Hurt
Director y guionista: Viggo Mortensen; cinematógrafo: Marcel Zyskind; elenco: Vicky Krieps, Viggo Mortensen, Solly McLeod, Garret Dillahunt, W. Earl Brown, Danny Huston, Shane Graham, Rafel Plana, Luke Reilly)
Al parecer los ‘westerns’ están haciendo un increíble comeback en el cine si nos dejamos llevar por el gran número de producciones en años recientes tanto para la pantalla grande (espacio ideal para este género) como en seriales. Algunos son de época, pero otros son del presente, aunque con los mismos valores y actitudes de supremacía blanca que las anteriores. La mayoría son críticas del discrimen y prejuicio contra las poblaciones originarias sin dejar fuera las masacres de lado y lado. Y aunque admiten que están en tierras ajenas, el tema de reparaciones, devolución, leyes en las reservaciones y para el resto de la población, no son necesariamente parte de sus historias. Por supuesto, siempre hay excepciones, pero esas no son las grandes producciones que se ciñen a lo que ha hecho a este género tan popular. Estoy por ver la saga de Kevin Costner, pero recuerdo muy bien su Dances with Wolves (1990) y Open Range (2003) que siguieron el modelo clásico y a la vez lo abrieron a esas otras historias invisibilizadas por la narrativa oficial. El filme de Mortensen se destaca por tratar de las relaciones entre especuladores (por supuesto, todos blancos), la vaga noción de la ley y el orden, y la mirada y presencia de una mujer ‘que no se quita’. Además, introduce el tema de la sífilis como una amenaza real a hombres y mujeres en los espacios fronterizos.
Aunque al principio creemos que la historia principal es la del danés Holger Olsen, pronto descubrimos a través de la 1era escena y sus recuerdos de encuentros y viajes, que es Vivienne de Coudy la protagonista de esta hermosa, triste y valiente narrativa. Holger (Mortensen) es el observador y redactor de la vida compartida con su compañera de viaje. De pequeña es ella y su familia la que está del lado perdedor en la rivalidad entre Francia e Inglaterra en las guerras del norte del continente y por eso su rechazo a cualquier guerra que la aparte del lugar escogido para vivir. Su experiencia y crianza la hacen una mujer fuerte e independiente que escoge la ruta que quiere seguir: en este caso, juntarse con Holger en un lugar difícil, pero con posibilidades de transformarlo. La vemos enfrentarse a este lugar inhóspito y transformarlo en un hogar, pero siempre dependiendo de ella y nunca de los que creen que una mujer es alguien débil y obediente. Vicky Krieps, como Vivienne, es sencillamente fascinante y sigue su trayectoria de interpretar papeles difíciles que se apartan de lo conocido como Phantom Thread (2017) y Bergman Island (2021).
Peak Season
Directores, guionistas, cinematógrafos y editores: Steven Kanter y Henry Loevner ; elenco: Claudia Restrepo, Derrick Joseph DeBlasis, Ben Coleman, Fred Melamed, Stephanie Courtney, Ron Hanks, Caroline Kwan)
Esta producción independiente donde Steven Kanter y Henry Loevner tienen el control de su dirección, guion, edición y cámara, es una producción muy limpia en el sentido de que todo está enfocado en la historia y su desarrollo, no sobra ninguna escena, no extiende su tiempo y le da a cada actorx el espacio que necesita para desarrollar su personaje. Además, los lugares de filmación sirven para sostener las posiciones ambientales de lxs que han escogido vivir aquí y los que prefieren visitarlo como turistas. Jackson Hole en Wyoming tiene la belleza de la naturaleza que le rodea, espacios amplios y escogidos donde se puede nadar, pescar y escalar, además de centros pequeños con restaurantes, cafeterías y tienditas y, me imagino, escuelas y oficinas para suplir las necesidades de la pequeña población. Y como es de esperarse en este país, hay viviendas lujosas que sirven de 2ndas residencias o para alquiler (Airbnb).
Loren es el que ha optado por vivir de la manera + básica posible (con perro y todo lo necesario que cabe en su auto) y trabajar en empleos que no tienen ataduras, pero que le permiten sobrevivir cómodamente. Mientras Max y Amy son lxs visitantes que vienen a disfrutar de algo diferente a lo acostumbrado, ya que ambos trabajan y viven en la ciudad de NY. Mientras Amy parece acomodarse fácilmente a este ambiente, Max no logra cortar ataduras ni siquiera por varios días. Se dan acercamientos entre Loren y Amy, pero los sentimientos, como bien sabemos, son complejos y aunque, abandonar lo conocido para emprender un nuevo camino sucede con frecuencia en el cine (“happy ending”), es muy difícil en la vida real. Como siempre estoy pendiente a la imagen de lo puertorriqueño que se da en el cine estadounidense e internacional, en Peak Season, Amy hace referencia a ser puertorriqueña y habla con su madre en español. Otro puntito para este filme.
Rescate del pasado: 500 Days of Summer (2009)
Director: Marc Webb; guionistas: Scott Neustadter y Michael H. Weber; cinematógrafo:Eric Steelberg)
“But thy eternal summer shall not fade”
(Soneto 18, William Shakespeare)
500 Days of Summer es un filme que sorprende por su sencillez y ternura. Aquí hay trazos de historias que hemos visto muchas veces: el junte de “los chicos/panas/buddies”, las conversaciones momentáneas e insignificantes entre compañerxs de trabajo, el coqueteo, la atracción inicial, el rompimiento del hielo para ir más allá de hola, ¿qué tal?, el acercamiento nervioso, el tiempo compartido, los momentos de risa y satisfacción, la construcción de algo que pudiera ser una relación a largo plazo y, por supuesto, el derrumbe de todo lo creado e imaginado. Digo por supuesto porque en las relaciones, como todos sabemos, llega un momento– consciente o no– de juntar todas las instancias y remirar el pasado y el presente para tener una idea de lo que está por venir. La mayor parte de las veces esta pausa es la que necesitamos para reforzar y apreciar lo existente y trazar un camino juntxs.
Este filme es todo esto y algo más. Esta historia trasciende edades, géneros, etnias. Los jóvenes aquí actúan como adultos; no se han quedado en la etapa de la preadolescencia como los trentones de las películas de Judd Apatow y el más reciente intento de vendernos la pareja ideal que puede ser independiente, movible y feliz de Away We Go de Sam Mendes. Tom (Joseph Gordon-Levitt) en 500 Days of Summer trabaja diseñando tarjetas postales, ideando estructuras para preservar los espacios abiertos en los centros urbanos, compartiendo pesares y sueños con sus amigos (Geoffrey Arend, Mathew Gray Gubler) y hermana (Chloë Grace Moretz), y lidiando con su timidez y miedos– fundados o no– de acercarse a esa nueva chica en la oficina.
500 Days of Summer no pretende tener la llave de la felicidad ni tampoco saber cómo conseguirla. Su cotidianidad, la de Tom, sus amigos y la de Summer (Zooey Deschanel) no contiene viajes, cambios radicales, actividades “extreme” o momentos culminantes. Aquí se conversa, se confiesan las debilidades, se intercambian historias de amor y de pérdida. Aquí la memoria se reconstruye por pedazos anti-cronológicos– la manera que nuestra memoria maneja los recuerdos– y aunque después de un rompimiento siempre queremos captar los momentos de intensa felicidad y así sufrir aún más la pérdida, Tom se ve forzado a admitir que ya las conversaciones con Summer no eran tan amenas, que ya no se reían juntos como antes, que ya las ideas verbalizadas no fluían como antes. Aún así la herida sigue doliendo. El tiempo pasará, habrá otras experiencias, pero nuestrx Summer siempre será parte de lo que somos y seremos.