Indescriptible el Grito de Lares para la juventud

Lares . Archivo CLARIDAD

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Esta semana, el Grito de Lares cumple 155 años. Para entonces- 1868-, el propio gobernador de la otrora colonia española, José Laureano Sanz, admitió que, de haberse formado una revolución más organizada, los puertorriqueños armados habrían vencido en su hazaña libertadora. Más de un siglo después de aquel día en que la República de Puerto Rico fue proclamada, bajo la presidencia de Francisco Ramírez Medina, todavía resuena, en nuestra cultura, aquel intento de convertir a la nación en una de las últimas colonias liberadas del dominio español. La historia de la revuelta, desde el punto de vista de la juventud, parece haberse diluido en la turbidez rutinaria de una colonia sometida a dos imperios.

Para algunos de los jóvenes citados por CLARIDAD esta semana, Lares funge como un tema del que se educa, debate y menciona muy poco. La reticencia, los tabúes y los lamentos permean entre una juventud que, al subrayar un factor común, destacó la educación recibida.

“Es bastante chocante el hecho de que se nos pregunte [como jóvenes] qué es el Grito de Lares y se nos haga difícil responder a esa pregunta; algo que fue tan importante en nuestra historia. Que lo sepamos a medias o no sepamos nada es chocante”, lamentó Camila Rivera Sánchez, estudiante de primer año de Ciencias Política. Asimismo, recalcó que los intereses de gobernantes a favor de la condición colonial propicia que“haya partes de la historia que no se nos enseñe”.

 No obstante, nombres como Mariana Bracetti- quien tejió la bandera monoestrellada de cuadros rojos y celestes- e ideas como la identidad nacional frecuentaban las respuestas de los y las entrevistadas.

“Cuando pienso en esa frase [Grito de Lares], aunque puedo equivocarme, pienso en un grupo de personas de aquí [Puerto Rico] que se organizó e intentó cambiar una situación”, describió la estudiante de Nutrición Camila Cruz, quien confesó no estar empapada del tema, aunque los cuadros rojos y celestes de Mariana Bracetti son detalles que no escapan la memoria de la alumna.

A pesar de que los protagonistas y las consecuencias de la revolución patriótica quedan matizadas entre confusiones e incertezas, todos los y las entrevistadas concurrieron en que Lares representa un cimiento imprescindible de la identidad nacional y política de Puerto Rico. En palabras de Juan Antonia Corretjer, aquel “himno de gloria, y canto, sangre de libertad” no ha caducado en su sentir.

Para Javier Reyes Pellicier, prepa de Ciencias Política, Lares simboliza la resistencia de un Puerto Rico que luchó por mayor agencia política. “Significa nuestra necesidad de defender nuestra cultura y nuestra identidad. También, fue una forma de hacer saber que no queríamos que el imperio nos impusiera sus políticas”, mencionó el joven de 18 años.

El currículo oficial, publicado por el Gobierno de Puerto Rico, cita, escuetamente, que los cursos de grados superiores “resaltará[n] el estudio de la historia y la diversidad entre las culturas en el contexto de la Historia de Puerto Rico, de las Américas y del Mundo”. Por igual, un borrador de Educación del prontuario de undécimo grado cita que, de seis unidades del primer semestre, todas tratan el desarrollo histórico de los Estados Unidos. En el documento, el nombre “Puerto Rico” se menciona cinco veces; cuatro en las referencias y una, de forma breve, en la descripción del tema “El imperialismo y la vida estadounidense entre conflictos bélicos”.

El siguiente enlace es un ejemplo de currículos oficiales publicados por Ivette Calderón, Coordinadora de Gobernanza de Datos del Departamento de Educación (DE): https://profeicalderon.blogspot.com/2022/07/nuevo-curriculo-departamento-de.html

A muchos y muchas les faltaron las palabras, pero sobraron los sentimientos. “Yo entiendo aunque, en mi vida, guarda poco impacto, ha impactado en quiénes somos como País; es parte de nuestra identidad. Aunque no sé tanto, sé que es parte de quienes somos y de nuestra historia. Incluso, hasta las personas extranjeras que aprecian nuestra historia pueden identificar el Grito como parte de nuestro País. Pero, honestamente, no creo que lo pueda apalabrar”, dijo Flavio Domínguez Caldés, estudiante de segundo año de Administración de Empresas.

Siglo y medio. Tiempo en el que el País cambió de mando imperial, de moneda, de gobernantes y, por supuesto, de planificación educativa. Ha quedado claro- con eventos como la Masacre de Ponce, el Cerro Maravilla y el carpeteo de quienes vivieron a su patria con anhelo libertador- que los Estados Unidos, a lo largo de su relación con Puerto Rico, ha invertido esfuerzos en opacar una parte de nuestra historia; la parte que aboga por la voz propia del País.

A primera instancia, pareciera que Lares, para nuestra juventud, quedó enterrado en esa historia ajetreada. No obstante, los mismos ingredientes que propiciaron el Grito- la pobreza, la impotencia y el poder ajeno que exprime- aún azotan a la “última colonia” de las Américas.

“¡Y qué pena infinita la de mirarte ahora envuelta entre pañales extrañas, a ti, que no soportas frenos de esclavitud!” -Lares, de Juan Antonio Corretjer.

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