La 8va muestra de cine documental: Latinoamérica en Nosotrxs, una invitación a descolonizar nuestra relación con el cine

Desde 2012 la Asociación de Documentalistas de Puerto Rico (ADocPR), ha impulsado el hermoso proyecto político y artístico, “Muestra de cine Documental: Latinoamérica en Nosotrxs”, cuyo propósito, más allá de contar las historias de lxs otrxs y para lxs otrxs, es impulsar un cine documental de la región caribeña y latinoamericana empezando por el cine local. Un árdua tarea que para mí parte del cariño y el compromiso con una región que ha sido estigmatizada y violentada por Hollywood y el cine occidental en general.

Al igual que la prensa, el cine ha sido uno de los espacios que, o bien han sido censurados y/o manipulados por los gobiernos, o han sido cooptados por el mercado que se ha apoderado de estos gentrificando y blanqueando las historias y las estéticas para seguir fomentado una forma particular de hacer cine. Competir con la maquinaria de las grandes empresas de cine y apostar a otras formas de narrar, con estéticas descolonizadas, y sin los 20 anuncios escondidos entre las escenas, es una forma de resistencia que requiere del mismo compromiso político y personal como cualquier otro movimiento social. Este tipo de proyectos donde no solo se muestran las películas para el consumo individual sino que van de la mano con conversatorios con lxs cineastas, debates con algunxs creadores de los textos fílmicos presentados, y lxs protagonistas de las historias que se cuentan, nos obliga a ser más que meros espectadorxs. Hay una intención de generar nuevas ideas y estrategias para confrontar lo que vemos en la pantalla. Por eso, esta muestra más allá de invitarnos a conocer el producto final de las obras artísticas de lxs creadorxs, es un encuentro para los amantes del cine y de las historias de nuestra región. Es un espacio para el debate, el aprendizaje y la descolonización fílmica.

Recuerdo que cuando empecé a tomar algunos cursos de cine se hablaba del 1er cine, del cine de autor y el movimiento del 3er cine latinoamericano que nació en los revueltos años 60 y 70. Si bien tengo problemas con seguir utilizando los términos de 1er y 3er mundo/cine no me cabe duda que es el cine del sur global el que tiene el bagaje político y cultural para proponer otros cines, con otras miradas y otrxs espectadorxs. Así pasó con el teatro del oprimido, el boom latinoamericano literario e incluso los mismos movimientos sociales. Todavía recuerdo la historia de Patricio Guzmán, el cineasta chileno que junto con otros compañeros lograron recopilar, arriesgando e incluso perdiendo sus vidas, los primeros años de la dictadura chilena de Augusto Pinochet en el documental La batalla de Chile. Porque lo cierto es que documentar desde y para el sur global en muchas ocasiones se ha convertido en un peligroso acto de denuncia.

Han habido muchos debates, en torno a la relación entre el arte y el activismo, el artivismo, si el arte debe siempre tener un compromiso político o si, por el contrario, como impulsaban lxs modernistas debe ser “el arte por el arte”, es decir, el distanciamiento entre la creación artística y la vida social. No voy a entrar en ese debate pero me pregunto, ¿qué sería de nuestras luchas sin contar con lxs compas que se tiran a las calles con sus cámaras y micrófonos en mano no solo para hacernos protagonistas de nuestras propias historias sino para poder contarlas desde nuestras experiencias? La perspectiva de lo que se cuenta y cómo se cuenta se convierten en herramientas poderosas para fortalecer o debilitar el sistema. De eso estamos claras las feministas, por eso es que hay tanta resistencia por parte del gobierno y los grupos fundamentalistas a impulsar la perspectiva de género en la educación. Por otro lado, las personas que estudiamos literatura sabemos que el cómo se cuenta la historia es uno de los elementos más importantes, a veces, hasta más importante que la historia en sí misma. Para muchxs es ahí donde radica la verdadera destreza artística. Gabriel García Márquez que impulsó, entre otros proyectos, la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba, en una entrevista sobre su novela Cien años de soledad comentó que lo que más le costó fue decidir cómo iba a contar la historia de la familia Buendía.

Este año la muestra de cine documental( https://www.adocpr.org/muestra-l), que se llevará a cabo de forma presencial y virtual del 5 al 7 de mayo en el Archivo General de Puerto Rico, presentará películas de Puerto Rico, México, Chile y Venezuela y será dedicado al cineasta puertorriqueño Eduardo Aguiar. Entre las historias que podremos conocer y disfrutar en la muestra de este año encontramos una gran variedad de temáticas y estéticas que cuentan historias de luchas comunitarias, ambientales y obreras; narraciones en torno a las cárceles, ejemplos de resistencia frente a las crisis económicas, crítica hacia los estados coloniales y a los populismos violentos e historias en torno a las identidades disidentes. Separen la fecha y pasen a conocer a lxs artistas y sus creaciones fílmicas. Después de dos años sin esta muestra es momento de volver a juntarnos, con todas las precauciones necesarias, y volver a compartir una buena cartelera y degustarla con buenas y retantes conversaciones.

Por Vanesa Contreras Capó

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