La mística liberadora de la Madre Tierra

 

Especial para En Rojo

Estos días, el sur de Brasil vive fuertes olas de frío. En el noreste, el volumen de precipitaciones ha sido excepcional. En esta sociedad, el abandono de los más empobrecidos ha causado muchas muertes, innumerables personas sin hogar y grandes sufrimientos.

«La revista Planet Lancet Planetary, publicación científica, revela resultados de una investigación realizada por 30 investigadores internacionales: en todo el mundo, a cada año, la contaminación mata a nueve millones de personas. Desde 2021 hasta finales de marzo de 2022, de cada seis muertes, una fue causada por la destrucción de la naturaleza y contaminación del aire, del agua o del suelo. Mueren tres veces más personas en consecuencia de la crisis ecológica que por todas las enfermedades que afectan a la humanidad. En todos los continentes, eso ha sido provocado por la industrialización forzada, la explosión demográfica y la urbanización incontrolada» (Le Monde, jueves 19 de mayo de 2022, p. 9).

En este domingo 5 de junio, la Organización de las Naciones Unidas celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Hace cincuenta años, en esta fecha de 1972, se inauguró en Estocolmo (Suecia) la 1ª Conferencia Mundial sobre el Clima y el Cambio Climático.  Ahora, 50 años después, científicos y activistas de la Ecología se reunirán de nuevo para intentar detener la marcha de la destrucción de la vida. Los datos muestran que esta forma de organizar la sociedad y la economía ya ha provocado la extinción de más del 90% de las especies vivas del planeta Tierra y todavía hay algunas que están en peligro de extinción.

Muchos se preguntan qué podemos nosotros, ciudadanos de a pie, hacer por esta causa. En primer lugar, debemos ser conscientes de que el cambio climático y fenómenos como las sequías, las inundaciones, terremotos y olas de frío o calor extremas han sido provocados por la acción de la sociedad. Podemos actuar desde la base para cambiar la forma en que nos relacionamos con la madre Tierra y la naturaleza.

Este año, en el mismo domingo 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, las Iglesias cristianas históricas celebran la fiesta de Pentecostés, que nos recuerda que el Espíritu Santo, viento del amor divino, se manifiesta en todo el universo. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos cuenta que, en el primer Pentecostés cristiano, personas de las más diversas naciones pudieron escuchar lo que decían los apóstoles, cada uno en su propia lengua y cultura (Hechos 2). El Espíritu Divino se manifiesta en las más diversas formas, según las espiritualidades propias de cada grupo. Donde hay cuidado de la Vida y responsabilidad por los demás y por la naturaleza, allí se manifiesta el soplo divino del Amor.

 

El autor es monje benedictino y escritor.

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