“Palestina libre será desde el río hasta el mar” fue la consigna que lanzaron los asistentes a la vigilia el sábado 4 de noviembre, declarado Día Internacional de Apoyo a Palestina.
La vigilia que se llevó a cabo frente al lado norte del capitolio en San Juan contó con una numerosa presencia de miembros de la comunidad palestina en Puerto Rico, muy en particular, jóvenes adolescentes, padres y madres. Fueron varias las personas que se pronunciaron en contra del genocidio que está ocurriendo en la Franja de Gaza. Entre ellos, Yahya Masalmah, quien ofreció una descripción tanto de la situación actual como de los 70 años que sujetos a las agresiones del estado de Israel llevan viviendo los palestinos. Masalmah pidió un minuto de silencio por las muertes de los niños y niñas palestinos provocadas por los ataques continuos del ejército israelí en la Franja de Gaza. Este significó el momento más emotivo de la vigilia.
A la actividad que fue convocada por el movimiento Se Acabaron las Promesas se unieron otras organizaciones para un pronunciamiento unitario en que expresaron estar guiados por los ineludibles principios de la solidaridad, dignidad y la justicia social para los pueblos: “Condenamos las atrocidades-genocidio del Estado sionista de Israel contra el pueblo de Palestina. Denunciamos los crímenes de lesa humanidad apoyados por la ONU; ante su silencio, cómplice. Acusamos al Estado de Israel de sistemáticamente y continuamente implementar atroces acciones contra Palestina que constituyen crímenes de lesa humanidad y convierten a ese Estado y sus instituciones militares, sociales y políticas en criminales de guerra. Palestina quiere reafirmar su derecho a existir y a ser, lo que el Estado de Israel les niega al establecer una política de exterminio y degradación total de ese pueblo”.
La declaración subraya además que el pueblo boricua también sufre una invasión y ocupación ilegal continua desde el 1898 que persigue la desaparición de nuestra gente, por lo que se identifican con la lucha Palestina.
La declaración demanda, entre otros aspectos, que se detenga el genocidio contra el pueblo palestino; que se declare un inmediato un cese al fuego y las operaciones militares de destrucción a comunidades, hospitales, escuelas, centros comunitarios y viviendas que implementa el Estado sionista de Israel contra el pueblo Palestino para masacrar civiles; que se detenga inmediatamente la expulsión de cientos de comunidades palestinas en la franja de Gaza y Cisjordania y que se permita la entrada sin restricción de ayuda humanitaria para el pueblo palestino.
Firman la declaración: Alba Movimiento PUR; el Centro de Apoyo Mutuo Jíbaro de Lares; Colectiva Agro-ecológica para la Masificación y Unidad -CAMU; Madres Contra La Guerra; Movimiento Nacionalista -Revolucionario; Movimiento Ñin Negrón; Jornada Se Acabaron las Promesas; Comité Solidaridad con Cuba; Frente Socialista; Organización del Pueblo Indígena y CAM-Jíbaro de Boriké.
Un espacio de expectación y de tensión se vivió durante la vigilia cuando el activista conocido como Tito Kayak se subió al pedestal en donde se enarbola la bandera de Estados Unidos y la sustituyó por la de Palestina. Desde el primer momento en que Tito comenzó a subir por el asta, todas las miradas se volcaron hacia él y varios asistentes rodearon la base con la intención de detener cualquier acción de parte de la Policía. En un hecho que resulta algo enigmático, la Policía no intervino. Mientras Tito Kayak ejecutaba su tarea, se pudo notar en los rostros de los jóvenes palestinos lo atentos que lo observaban y la emoción que su acto les provocaba.