Por la paz y la solidaridad para Haití y su gente

Muchos de nuestros países y pueblos se niegan a mirarse en el espejo de Haití. Prefieren esquivarlo, mirar hacia otros lados, porque es demasiado terrible y doloroso lo que allí ha ocurrido y sigue ocurriendo, ante los ojos impávidos de una comunidad internacional insensible, que no quiere asumir la responsabilidad que le corresponde por la cadena de sucesos de violencia, invasiones armadas, apoyo a dictaduras, despojo y extracción de riquezas, quita y pon de gobiernos, y toda suerte de maltratos, atropellos e indiferencia que, por más de un siglo, han ido empujando al hermano país antillano a la desesperada coyuntura en la que hoy se encuentra.

Los titulares de prensa más recientes son desalentadores. Según  la agencia de noticias Prensa Asociada, hace apenas unos días- el 19 de agosto- la policía de Puerto Príncipe, ahora reforzada por varios cientos de efectivos policíacos de Kenia, país africano, lanzó gases lacrimógenos contra una multitud de civiles que protestaban pacíficamente por la lenta respuesta de dicha policía ante las gangas criminales que asolan a la población, principalmente en la capital haitiana y sus inmediaciones. Otra fuga de presos peligrosos de una cárcel, muchos pertenecientes a esas mismas gangas criminales, fue el móvil tras la manifestación que provocó la violenta respuesta de una policía cuya misión expresa es proteger a la población civil de la violencia de las gangas. Otra instancia más donde la víctima es revictimizada, el mismo patrón perturbador que resume lo que ha sido y sigue siendo la historia diaria de las masas empobrecidas de Haití. Una vez más, la gente común recibe los golpes de unas fuerzas de seguridad feroces con el pueblo y blandengues con los delincuentes.

Otra noticia de Prensa Asociada – del día 20 de agosto- trae otros ángulos de la situación. El gobierno de Estados Unidos impuso sanciones contra el ex presidente de Haití, Michel Martelly, a quien acusa de facilitar y encubrir el tráfico de drogas hacia Estados Unidos desde Haití y de patrocinar las gangas criminales que operan alli. Otro político haitiano corrupto y bandido  que cae en desgracia con el gobierno que lo puso en el poder. Recordemos que Martelly, conocido como Sweet Mickey en sus tiempos de músico, fue la opción del gobierno de Estados Unidos y de la  Organización de Estados Americanos (OEA) para ser electo como presidente de Haití en las elecciones de 2011, las primeras tras el catastrófico terremoto del 2010 que destruyó buena parte del país. De candidato sotanero en la primera vuelta, Martelly se convirtió en»favorito» en una segunda vuelta electoral en la que solo participó el 20 por ciento de los electores haitianos. Cálculos y malabares del imperio del norte que- como de costumbre- según lo elevó, lo tira ahora al zafacón de la historia.

Estas dos últimas noticias confirman lo que ya se sabía. Que los 500 mil haitianos desplazados por la violencia de las gangas, así seguirán. Que las llamadas fuerzas de seguridad no los van a proteger, y que Estados Unidos, la OEA y las demás potencias como Francia y Canadá, con grandes intereses en Haití, seguirán considerando y ofreciendo «soluciones» que solo sirvan a sus objetivos económicos, financieros y geopolíticos.

Por estas y muchas otras razones, la actividad humana más necesaria y  efectiva para Haití y su gente en este momento, es la solidaridad.  Desde CLARIDAD, les invitamos a unirse este próximo sábado, 24 de agosto, a la actividad Tenis de Mesa por Haití, organizada por el Comité de Solidaridad con Haití, desde las 9 am en el Club de Tenis de Mesa de Trujillo Alto. De 10 am a 12m estará alli Adriana Díaz, nuestra estelar atleta olímpica, quien dará una exhibición de tenis de mesa y compartirá con los asistentes. También habrá refrigerios, comida, música y una competencia de tenis de mesa. Todo el dinero recaudado irá para los niños niñas y comunidad de la escuela que el Comité de Solidaridad construyó y sostiene en Haití. Les esperamos a todos y todas este sábado en el Club de Tenis de Mesa de Trujillo Alto para compartir con Adriana Díaz y ofrecer la hermosa solidaridad boricua al hermano pueblo haitiano.

Artículo anteriorTenis de Mesa por Haití
Artículo siguienteRetrato de la abuela