Refundar la política

Especial para En Rojo

 

En todo el mundo, hay un número creciente de personas y grupos que sienten la necesidad de devolver a la Política un espíritu y forma de actuar que parecen haber sido olvidados o devaluados.

En Brasil, los ministerios sociales vinculados a la Iglesia católica y a algunas confesiones evangélicas han desarrollado el proyecto «Reencantar la política». Esto significa profundizar en la acción política como forma de participación de toda la sociedad en la construcción del bien común. La política parlamentaria y representativa presupone un trabajo político de base que da lugar a una política participativa y, en la medida de lo posible, más directa.

En Italia, a principios de septiembre, se celebró en Città di Castello, Umbria, un congreso de organizaciones sociales sobre el tema: «La urgencia de la política». A pesar de ello, el domingo 25 de septiembre, el pueblo italiano eligió como gobierno a una coalición populista de derechas con ideas neofascistas, que va en contra de la construcción de una sociedad más inclusiva.

En Brasil, las elecciones nacionales del 2 de octubre, más que representar la elección de candidatos, significan la posibilidad de optar por un proyecto de país para todas las personas. El voto contra el actual ocupante de la presidencia revela que la mayoría del pueblo siente la necesidad de recuperar la dignidad de la política, como ámbito en lo cual personas y grupos de las más diversas corrientes sociales debaten con respeto a las diferencias y con libertad los caminos para la construcción de una patria común que cuide la madre tierra y promueva una justicia ecosocial lo más amplia posible.

Así, la Política se ejerce en dos dimensiones:

1 – Lo más inmediato es restablecer la humanización de la convivencia política en la pluralidad de partidos y tendencias humanas, sin demonizar al diferente. Esto supone el debate de propuestas y proyectos políticos en lo cual, por ambas partes, se respete la ética y el carácter laico de la sociedad, sin dar lugar a odios, intolerancias y a la deshumanización del otro.

Al mismo tiempo que la Política es el arte de construir lo posible en las condiciones actuales, su vocación es señalar la audacia de promover la justicia ecosocial, basada en una mayor igualdad entre las personas y en el respeto a los derechos individuales y comunitarios de cada ser humano y de los pueblos como sujetos colectivos.

Esta Política con P mayúscula es la gran Política que traduce más profundamente la solidaridad que, como decía el obispo Pedro Casaldáliga, expresa la ternura a nivel colectivo y comunitario. Este nivel de la Política abre puertas a otro horizonte que responde à la vocación humana de construir la utopía.

En los más diversos caminos de la espiritualidad, la fe se vive como adhesión al proyecto de amor social y de buen vivir. Cada tradición lo expresa a su manera y con diferentes nombres: la compasión en el budismo. La misericordia en la fe musulmana. El Reino Divino en la tradición judeo-cristiana. Axé en la espiritualidad afro. Vivir bien en las culturas de los pueblos originarios. Siempre se trata de construir un mundo de Paz, Justicia y Amor. En los Evangelios, Jesús nos propone pedir a Dios que «venga su reino» y nos encarga ser testigos del reinado divino en la construcción social y política de un posible mundo nuevo. Que nuestra inserción en la Política sea expresión de esta esperanza primera y mayor.

 

 

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