Corresponsal de CLARIDAD
La Habana, Cuba-Representantes del sector agrícola de los Estados Unidos y Cuba volvieron a reunirse a comienzos de este mes para dar continuidad a las conversaciones iniciadas en 2022 sobre la búsqueda de oportunidades de cooperación e inversión en el sector privado de la isla.
Con la mirada puesta en la necesidad de hallar espacios de trabajo que ayuden a la isla a acceder a recursos monetarios y que sean capaces de estimular el crecimiento de la economía y la producción de alimento en el país, sesionó IV Conferencia Agrícola EEUU-Cuba, que reunió en La Habana a empresarios estadounidenses y miembros del sector de la agricultura cubana.
En el encuentro, el presidente del Grupo Agrícola de Cuba (GAG), Frank Castañeda, afirmó que el gobierno cubano ha implementado nuevos cambios en la agricultura del país “para continuar eliminando obstáculos y que los empresarios extranjeros, incluidos los de EE.UU., puedan invertir en el sector”.
En ese sentido, Castañeda sostuvo que “los productores cubanos están dispuestos a escuchar propuestas”.
Por su parte, el encargado de la contraparte estadounidense, Paul Jonhson, quien en el pasado ha abogado por una mayor cooperación de los sectores agrícolas de ambos países, destacó en conferencia que “el bloqueo estadunidense perjudica los intereses de los empresarios de ambos países”, a la vez que apuntó al creciente “sector no estatal” en Cuba como una alternativa para burlar el bloqueo impuesto por Washington y establecer nuevos mecanismos comerciales bilaterales.
“La conexión que existe naturalmente entre los ciudadanos de Estados Unidos y Cuba son la mejor esperanza para remover los obstáculos en las relaciones bilaterales», añadió.
Sobre esos “obstáculos” se refirió Johnson al mencionar también la inclusión de Cuba en la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo –una inclusión rechazada por gran parte de la comunidad internacional. “No tiene base legal ni sentido común y ciertamente impone frenos para el intercambio entre ambas partes”, dijo sobre la medida unilateral implementada por la Casa Blanca.
Actualmente, Cuba desarrolla proyectos para la distribución de la tierra y el fomento de la producción agropecuaria, principalmente en tres modalidades: usufructos de tierras, cooperativas agrícolas y Mypimes. En previos encuentros, las autoridades del país han destacado que tanto las cooperativas como las Mipymes cuentan con el apoyo del gobierno y la posibilidad de estar sujetas a la inversión extranjera.
“Los inversores y empresarios norteamericanos que estén dispuestos a invertir en Cuba pueden hacerlo [en una de estas modalidades]”, recalcó esta vez Castañeda.
Frente a más de una decena de empresarios estadounidenses, representantes del Ministerio de Agricultura y de la Cámara de Comercio de Cuba hablaron de las “ventajas de invertir” en la mayor de las Antillas y presentaron una lista de posibilidades para la inversión extranjera, que incluyen la producción de diversos alimentos, tanto para el consumo interno como la exportación, así como el sector de la tecnología.
Con esta iniciativa, Cuba busca resolver algunos de sus principales problemas en ese sector, como aumentar la producción de alimentos y la oferta interna, disminuir los precios, sustituir importaciones, lograr una producción suficiente que permita también exportar y movilizar más mano de obra hacia los campos –uno de sus más grandes desafíos.
Parte de los intercambios comerciales que se dan actualmente entre Estados Unidos y Cuba ocurren desde el año 2000, cuando el entonces presidente Bill Clinton impulsó una excepción al bloqueo comercial contra el país caribeño al permitir la venta de alimentos a la isla. Las autoridades cubanas, sin embargo, aseguran que la medida es insuficiente , pues solo permite comerciar en una sola vía y aún se le niega al país la posibilidad de adquirir créditos, obligando al Estado cubano a pagar en efectivo los productos que compra a agricultores estadounidenses.
