Un golpe para todas las mujeres

 

Las mujeres puertorriqueñas seguimos cogiendo golpes. Esta vez, es nuevamente la Asamblea Legislativa la que lo propina al «colgar» el nombramiento de Vilmarie Rivera Sierra como Procuradora de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres. Con un simple » no cuenta con los votos» la mayoría combinada del binomio legislativo PNP-PPD caprichosamente rechazó el nombramiento, y no le dio paso a una nominada que cumplía con todos los requisitos para desempeñar el cargo, y contaba, además, con el respaldo masivo de las portavoces y organizaciones del amplio movimiento de mujeres de nuestro país. El gobernador Pedro Pierluisi, que la había nominado a fin del año 2022 en medio de una racha de asesinatos de mujeres, retiró el nombramiento tal como lo había hecho- calculando su conveniencia politico-electoral.

Esta «película» la hemos visto antes. La Oficina de la Procuradora de las Mujeres y,  por ende, las mujeres en Puerto Rico, se han convertido en un balón que pasa de mano en mano, en medio de la politiquería rampante que consume a los dos partidos llamados principales y enrarece el discurso público en nuestro país.

Vilmarie Rivera Sierra es sólo la más reciente de un grupo de mujeres bien preparadas profesionalmente  y personalmente valerosas que no han podido vencer el muro de los prejuicios, la ceguera ideológica y el  oscurantismo medieval que han prevalecido desde hace mucho tiempo en las cúpulas gobernantes de la política colonial en Puerto Rico.

Desde que se creó la Oficina de la Procuradora de las Mujeres en el año 2001, esta ha sido blanco de todo tipo de ataques de sus enemigos. Recordemos el motín protagonizado por una turba enardecida de líderes y militantes del PNP en la Oficina de la Procuradora de las Mujeres en el año 2002, cuando la agencia apenas llevaba un año de establecida.

Además, antes que el de Rivera Sierra, también fueron retirados los nombramientos de otras dos candidatas a dirigir dicha oficina, bajo gobiernos del PNP, por el torpedeo a sus nombramientos por parte de los portavoces y legisladores de su propio partido. Estas fueron Joanne Velez, en el año 2009, nombrada por Luis Fortuño e Ileana Aymat en 2017, nombrada por Ricardo Rosselló. Ambas contaban con las cualificaciones profesionales y el respaldo del movimiento amplio de mujeres. Ambas también enfrentaron el muro impenetrable de la intolerancia y la incomprensión.

De las que sí fueron consideradas como «del corazón del rollo,» y fueron confirmadas, y lograron dirigir la Oficina de la  Procuradora de las Mujeres, las abogadas Wanda Vazquez Garced y  Lersy Boria, queda a la vista el saldo nulo de su trabajo. Sus hojas de logros vacías son la evidencia de las verdaderas intenciones del liderato politiquero del PNP-PPD: seguir utilizando las agencias del gobierno para el clientelismo, la manipulación y la corrupción con el que han minado desde adentro todo el aparato público.

Por el momento, la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, la única que existe para atender integradamente la problemática particular de las mujeres en Puerto Rico, quedará indefinidamente en las manos de un liderato interino.

Pero las mujeres puertorriqueñas han demostrado en la acción que no se rinden. El esfuerzo desplegado por tantas de ellas para lograr elevar la problemática de las mujeres a tan alto rango gubernamental no será en vano. Que no celebren mucho los portavoces del inmovilismo y el atraso. La historia de los pueblos, y de sus mujeres, nos enseña que la conquista de derechos marcha siempre hacia adelante, y que los golpes pueden retrasar, pero nunca detener la marcha

 

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