Editorial-Mujeres, equidad y un alto a la violencia de género 

Actividad de la Colectiva Feminista en Construcción. Foto: Mari Blanca Robles López

 

Vuelve a conmemorarse mundialmente  el 8 de marzo, Dia Internacional de la Mujer, con eventos multitudinarios, que sirven para visibilizar la lucha inconclusa de las mujeres por sus reivindicaciones de género en el.mundo entero. Las mujeres, mayoría en crecimiento de la población mundial y  hacedoras indispensables en los hogares y en los espacios públicos, aún viven en diversos grados de rezago en el disfrute de la equidad y de su derecho humano a una vida de paz y libre de violencia.

Esto es asi, aún en aquellas sociedades en las que se ha avanzado en el reconocimiento de los reclamos y contribuciones de las mujeres, y donde estas gozan de mejores estándares de vida y se han incorporado masivamente a los procesos productivos y al desarrollo social. En el asunto de la equidad, el cambio indispensable en actitudes y conductas parece avanzar muy lentamente en la mayoría de las sociedades del mundo.

En Puerto Rico, a veces parece que retrocedemos. Tomemos, por ejemplo, la situación de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres. Lograr, que se creara, a nivel de gabinete ejecutivo, una dependencia que atendiera e impulsara iniciativas hacia la equidad de género en Puerto Rico fue una hazaña, lograda con gran esfuerzo. Sin duda, esto representó un adelanto para nuestro país hacia el reconocimiento de los saberes y haberes del sector mayoritario de nuestra población. Hoy, el tranque político y la  inacción legislativa en torno a la confirmación de la Procuradora Nominada, Vilmarie Rivera Sierra, quien ha recibido el endoso de las principales voces y entidades que luchan por los derechos de las mujeres en nuestro país, es un comportamiento inaceptable porque atenta contra la estabilidad de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres y porque demuestra un grave menosprecio por los reclamos de las mujeres y de las organizaciones que las representan. Peor aún, porque desde las Cámaras Legislativas se envía un mensaje torcido y equivocado a los agresores de mujeres, aquellos que utilizan la violencia física y psicológica, como herramienta para controlar la vida de sus parejas, ex parejas, hijas y demás mujeres en sus familias.

En Puerto Rico, la violencia machista no da tregua.Durante el año 2022, se registraron en el país 72 feminicidios, 15 de estos por parte de parejas y exparejas y otros 67 asesinatos de mujeres. Esto, según datos del Negociado de la Policía y del Observatorio de Equidad de Género. Durante lo que va de este año, y hasta el pasado 28 de febrero, cuatro mujeres habían perdido la vida a manos de sus parejas o ex parejas en Puerto Rico en 2023.  Estos números no incluyen los demás incidentes de violencia doméstica y de género registrados en las estadísticas oficiales, ni los muchos que no se registran porque las víctimas están muy asustadas o intimidadas como para atreverse a denunciarlos. Todo esto sigue ocurriendo a pesar de mantenerse  en vigor el estado de emergencia por violencia de género decretado por el Gobernador en el 2021, como respuesta a la lucha de las organizaciones feministas.

Los reclamos de equidad  en Puerto Rico tampoco tienen tregua. Y esta semana, particularmente el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y el 11 de marzo en el Colegio de Abogados y Abogadas, las mujeres y las organizaciones que las representan llevarán a cabo vigorosas jornadas de educación y denuncia, insistiendo en la educación con perspectiva de género como la principal herramienta que tenemos para moldear una futura sociedad justa, equitativa y sin violencia.

Desde CLARIDAD, saludamos a todas las mujeres en el Día Internacional de la Mujer, fecha en que recordamos la larga, rica y sacrificada historia de las mujeres en lucha por sus derechos en todos los ámbitos de la sociedad, a lo largo de las décadas y los siglos. Recordamos también que el camino abierto por las pioneras se nutre de la sangre nueva y vigorosa de las presentes generaciones de luchadoras por la equidad y hacia la construcción de un Puerto Rico de paz y libre de violencia por razón de género.

 

 

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