Especial para CLARIDAD
El debate general y los trabajos sobre temas de descolonización de la Cuarta Comisión en el septuagésimo octavo período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas concluyeron recientemente, pero no sin que Estados Unidos, quien hacía años no metía la cuchara sobre Puerto Rico en la Cuarta Comisión, asumiera un turno de réplica a las delegaciones que afirmaron el derecho de Puerto Rico a su libre determinación e independencia de conformidad con el Derecho Internacional.
En su réplica Estados Unidos reflejó su doble discurso internacional sobre Puerto Rico al decir que Puerto Rico es parte integral de ese país (¡¿en serio?!), entre otras cosas igualmente contradictorias.
A pesar de acontecimientos en Puerto Rico en años recientes, Estados Unidos respondió así a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) en voz de su presidencia pro tempore San Vicente y Granadinas, además de Cuba, Irán, Nicaragua, Rusia, la República Bolivariana de Venezuela, que como antes fijaron en la Cuarta Comisión sus posiciones inequívocas a favor de la aplicación al caso colonial de Puerto Rico de la resolución 1514(XV) de la Asamblea General en 1960.
Respuesta boricua a EEUU
Una delegación visitante de Puerto Rico presente en la ONU en esos días para observar los trabajos y reunirse con delegaciones, de inmediato circuló un escrito en que denunció que “dicha posición es una extensión más de la farsa que ese país presentó ante la ONU en 1953 para que Puerto Rico fuera eliminado de la lista de territorios no-autónomos, y así dejar de presentar informes sobre la administración de la metrópolis del territorio, y aminorar la presión internacional a favor del derecho inalienable del pueblo puertorriqueño a la libre determinación e independencia.”
En su declaración la delegación, que aprovechó para informar de la formación y consolidación de Instituto Puertorriqueño de Relaciones Internacionales (IPRI) como entidad de coordinación de trabajo internacional de Puerto Rico incluyendo en Naciones Unidas, aludió a que “el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas ha adoptado cuarenta y una (41) resoluciones sobre el caso de Puerto Rico que reconocen reiteradamente, el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico, y su derecho inalienable a determinar libremente su destino político incluyendo a favor de su independencia.”
Se refirió al recrudecimiento del dominio de los Estados Unidos sobre Puerto Rico, que incluye la creación de la Junta de Supervisión y Control Fiscal por el Congreso de los Estados Unidos, a la vez que las resoluciones del Comité de Descolonización han seguido pronunciándose sobre los derechos de Puerto Rico.
Describió como un cinismo que la representación de Estados Unidos ante la Comunidad Internacional contrasta tajantemente con las determinaciones al interior de su gobierno de las ramas ejecutiva, legislativa y judicial en el sentido que la fuente de la soberanía sobre Puerto Rico recae en el Congreso de Estados Unidos y que cualquier concesión limitada de gobierno propio a Puerto Rico podía ser revocada unilateralmente por el Congreso.
“Ello ubica la ciudadanía de Estados Unidos impuesta al pueblo puertorriqueño como una de segunda clase,” reza la declaración de la delegación visitante boricua integrada por Olga I. Sanabria Dávila, quien ha trabajo durante muchos años en la presentación del caso a nivel internacional, y el Lcdo. Kevin Rivera, portavoz del Comité de Derechos Humanos de Puerto Rico, activo en Puerto Rico y a nivel internacional contra la pena de muerte, ex presidente de la Coalición Mundial en contra, y activo en la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR). La delegación, también fue integrada inicialmente por la Lcda. María de Lourdes Guzmán, presidenta del Movimiento Unión Soberanista, cuya Casa Soberanista es sede de múltiples actividades sobre la problemática de Puerto Rico e internacional. Guzmán es también analista en los medios sobre temas de Puerto Rico, y fue integrante del Junte de Mujeres, y vicepresidenta del CAAPR.
En el escrito la delegación menciona que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha desaprovechado múltiples oportunidades para revocar los llamados casos insulares de principios del siglo XX, “decididos sobre premisas racistas, que determinaron que Puerto Rico pertenece a, pero no es parte de, los Estados Unidos,” y que en estos casos la frase “territorio no-incorporado” es el eufemismo con que la metrópolis define la colonia, lo que es incompatible con la réplica de que Puerto Rico es “parte integral” de los Estados Unidos… La realidad da al traste con la representación que hizo la delegación norteamericana ante la Comunidad Internacional.”
Por otro lado, en su escrito la delegación visitante boricua negó que referéndums reflejen que el pueblo de Puerto Rico respalda la relación de subordinación política con los Estados Unidos ya que muchos sectores no los han avalado. No obstante, informó que en el referéndum celebrado en el 2012, donde se preguntó: ¿Está de acuerdo usted con el estatus territorial actual? el 54 por ciento de la población contestó que NO.
“No son 17 los territorios no-autónomos, ni casi 2 millones las personas que actualmente viven bajo el yugo colonial; Puerto Rico, una nación de casi 9 millones, también es un territorio no-autónomo y debe contar con el apoyo de la Comunidad Internacional para escoger libremente su destino y aspirar a la soberanía plena,” concluye la declaración de la delegación boricua.
Contundente réplica de Cuba a la intervención contradictoria de Estados Unidos
A la primera oportunidad de réplica a Estados Unidos, en voz de la consejera Yumirka Fernández Palacios, Consejera de la Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas, afirmó los llamados de las resoluciones sobre Puerto Rico del Comité de Descolonización de la ONU, e instó a Estados Unidos a asumir su responsabilidad de promover un proceso que permita al pueblo de Puerto Rico ejercer plenamente su derecho inalienable a la libre determinación y a la independencia de conformidad con la resolución 1514(XV) de la Asamblea General de Naciones Unidas. Como también reclaman las resoluciones del Comité de Descolonización de la ONU, instó a que el pueblo de Puerto Rico pueda, de manera soberana, tomar decisiones para atender sus urgentes necesidades económicas y sociales, incluidos el desempleo, la marginación, la insolvencia y la pobreza, y los problemas relativos a la educación y la salud.
También aludió a que fueron la Corte Suprema de los Estados Unidos, el Congreso y hasta el propio Gobierno quienes “pusieron al descubierto este disfraz, cuando en el año 2016 señalaron que Puerto Rico carece de soberanía propia y está sujeto completamente a los poderes de Washington, o sea, es una posesión norteamericana, un territorio colonial…La realidad, como vemos, da al traste con el discurso que realizó la delegación norteamericana ayer en esta sala.”
“Es técnica y políticamente incorrecto señalar que Puerto Rico forma parte integral de Estados Unidos. Se trata así de normalizar y de hacer ver como justa, posible, aceptable y coherente con el Derecho Internacional, la dominación colonial que desde hace más de un siglo Estados Unidos impone al hermano pueblo de Puerto Rico,” reza la réplica de Cuba. La cual se refirió también al “25 de julio pasado cuando se cumplieron 125 años de la intervención de los Estados Unidos en Puerto Rico,” y que “tantos años de dominio colonial no han sido suficientes para arrebatarle su cultura, identidad y sentimientos nacionales…Por sí sólo, ello demuestra la inclaudicable vocación de independencia arraigada en ese hermano pueblo.”
“Reiteramos una vez más que el pueblo puertorriqueño contará invariablemente con nuestra solidaridad. Cuba seguirá defendiendo el derecho legítimo del pueblo de Puerto Rico a su libre determinación e independencia con el compromiso irrevocable de acompañarlos hasta la victoria final,” concluyó su réplica Fernández Palacios a nombre de la República de Cuba.
Es de notar que la Oficina de Asunto Jurídicos de Naciones Unidas opinó en 1978 “que la cuestión de Puerto Rico no es una cuestión sometida a la Cuarta Comisión [de la Asamblea General de Naciones Unidas]… En 1983 en una segunda opinión, en términos generales, esa entidad reafirmó su opinión de 1978. Ambas opiniones respondieron a solicitudes de que dicha Comisión diera audiencia a peticionarios(as) sobre la cuestión de Puerto Rico. No hay duda de que estas opiniones deben ser revocadas ante las premisas equivocadas y manipuladas en que se fundamentaron y los acontecimientos en Puerto Rico de los últimos años, que han recrudecido la subordinación colonial de pueblo de Puerto Rico.
