En Rojo
Director: Walter Salles; guionistas: Murilo Hauser y Heitor Lorega; autor: Marcelo Rubens Paiva; cinematógrafo Adrian Teijido; elenco Fernanda Torres, Fernanda Montenegro, Selton Mello, Valentina Herszage, Bárbara Luz, Luiza Kosovski, Guilherme Silveira, Cora Mora)
Con solo recordar la grandeza y belleza de Central do Brasil (1998) y Diarios de motocicleta (2004), sabemos que el brasileño Walter Salles nos trae una historia impactante de un/a individx que retoma su vida para transformarla en momentos críticos. En Todavía sigo aquí, el escenario se extiende por muchas décadas (1971, 1996, 2014)—tiempo necesario para transformar estructuras—en un tiempo crítico para Brasil: la dictadura militar de 1964 que duró hasta 1985 y resultó en desapariciones, asesinatos, secuestros y traumas difíciles de sobreponerse. Fue el modelo a utilizarse en los golpes y dictaduras que le siguieron: Bolivia (1971-1978), Uruguay (1973-1985), Chile (1973-1990), Argentina (1976-1981). La familia Paiva parece tener una vida muy normal dentro de su clase media brasileña. Es un cuadro familiar que vimos antes en Roma de Alfonso Cuarón (2018) que retrata muy bien esa clase media favorecida de América Latina: casa con todas las comodidades, hijxs que pueden disfrutar de su propia compañía y de su círculo de amigxs, red de amistades de lxs adultxs por su trabajo, profesión, vecindario y crianza, ayuda/criada que goza de la confianza de la familia por haber estado largo tiempo con ellos, acceso a todo lo necesario para vivir cómodamente sin dependencia del gobierno del momento.
Pero ese gobierno presente de 1971 con un aparato militar con apariencias de presidir una sociedad civil integrada, es precisamente lo que no se revela en actos y conversaciones de la familia y su red de amistades. Esa represión se revela en breves escenas como detenciones y búsquedas sorpresas en carreteras, caminos, lugares públicos. Estas escenas pueden ser breves y amenazantes, pero Eunice, la madre de los cinco hijxs del matrimonio Paiva—Veroca, Nalu, Eliana, María Beatriz, Marcelo—intenta restarle importancia y asegurar que su hogar está protegido por ellxs. No tenemos mucha información de quién es Rubens Paiva hasta que su casa es invadida por hombres sin uniformes, pero con la autoridad de las fuerzas represivas, para interrogarlos como si ellos no supieran quiénes eran. Aunque Rubens no es parte de ningún grupo o partido político, sí lo fue cuando lo eligieron delegado del Partido Laborista antes del golpe militar de 1964, cuando su partido fue proscrito para crear un nuevo gobierno militar/derechista. Y así comienza la nueva vida de Eunice quien se convierte en la cabeza de la familia y tiene que proteger y proveer por ellos en una realidad negada por las autoridades en el poder. Según los informes oficiales, nadie es secuestrado, nadie desaparece, nadie es torturado, nadie es asesinado. Sencillamente se pierde en el papeleo burocrático del aparato militar que controla el país.
¿Cómo entonces desenredar ese sistema basado en la confusión, la agresividad de sus representantes, la apariencia de ley y orden (“usted no tiene nada que temer si no ha violado la ley”) y la certeza de que nadie atentará contra ellos? Eunice utilizará el arma de la no confrontación, de la lógica de sus argumentos, de darle la vuelta a órdenes sin base legal, de insistir en la normalidad a pesar de que su mundo ha sido virado al revés. Insistirá en la ayuda abierta o escondida de sus amigxs sin poner sus vidas en peligro también. Tomará decisiones asumiendo el rol de cabeza de familia, pero siempre con la esperanza del regreso de Rubens. Y + que nada, se mostrará calmada, paciente, asertiva ante sus hijas e hijo, amistades, familia extendida y el aparato militar-dictatorial que cree que puede callar a cualquier individux que pida explicaciones por sus acciones. Este es el personaje que interpreta Fernanda Torres como Eunice y, que muchos años después (con una mirada escalofriante de Fernanda Montenegro), recordará fugazmente esa vida dedicada a rescatar la imagen de Rubens en un momento cuando sus acciones fácilmente le hubieran costado la vida, tanto a ella como a su familia.
Es merecedora de todas las nominaciones y premiaciones acumuladas en 2025: Goya (Mejor película iberoamericana), Golden Globes (Mejor actora en drama), Satellite (Mejor actora drama), Venecia (SIGNIS, Mejor guión) y 3 nominaciones al Oscar (Mejor actora, Mejor filme Internacional, Mejor filme).