Entrevista Especial con el Comandante de la guerrilla del ELN, Pablo Beltrán.
Corresponsal de CLARIDAD
La Habana, Cuba-El Gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) firmaron el pasado 5 de febrero un acuerdo para extender, por otros seis meses, el cese el fuego bilateral aprobado en agosto del pasado año en La Habana.
Ambas delegaciones volvieron a encontrarse en la capital cubana para cerrar el sexto ciclo de conversaciones de paz, con el que aspiran a seguir avanzando hacia un posible fin del conflicto armado que mantienen desde hace 60 años.
Pablo Beltrán, comandante del ELN y jefe de la delegación de la guerrilla, accedió a brindar una entrevista al medio digital Breakthrough News, para hablar del proceso de paz, los obstáculos que enfrenta, el papel de Cuba en los diálogos, las amenazas que supone la presencia militar de Estados Unidos en la región, y más.
A continuación, compartimos con CLARIDAD la entrevista íntegra.
Periodista: Saludos, Comandante. Una prórroga del cese del fuego se firma hoy en La Habana. Muchos dirían que se trata de un nuevo paso de avance, tanto para Colombia, como para el ELN, y también para Cuba, por ser país sede. ¿Cómo lo ve usted?
Pablo Beltrán: Bueno, desde que llegó a la presidencia el presidente [Gustavo] Petro, comenzamos un proceso de negociación que ya completa año y medio. Los últimos seis meses logramos sacar adelante un cese al fuego, que precisamente vencía ayer 5 [de febrero] y que, después de una evaluación muy intensa, decidimos prorrogar por otros seis meses. Es una prórroga que se extiende hasta el 3 de agosto.
Sí, hubo bastantes problemas. Varios los hemos estado tratando. Hemos tomado medidas de ajuste de normas, otras investigaciones, otras medidas más operativas. Y la evaluación arroja que, pese a que hubo dificultades, es un elemento positivo para el proceso de paz y que, incluyendo los remedios que queremos [implementar] para fortalecerlo, vale la pena prorrogarlo y fue lo que decidimos ayer.
Periodista: Usted dice que hubo muchos obstáculos en el camino. De hecho, se dice que esa semana que hizo falta extender las conversaciones para llegar a la prórroga es sinónimo de eso. ¿Qué quedó en el tintero?
PB: Bueno, nosotros hemos descrito que el cese al fuego resistió, en el caso nuestro, cuatro grandes amenazas. Primero, hubo de distintos sectores, incluso desde el Estado, intentos por sacar fracciones del ELN. Eso nosotros lo rechazamos, porque si estamos en un cese el fuego, cómo va a promover usted la desarticulación del ELN. Segundo, hemos resistido atentados contra miembros de la Dirección Nacional del ELN, en este momento de prórroga, de cese el fuego.
Tercero, en varias regiones de Colombia, media docena de regiones, ha habido ataques de grupos paramilitares con omisión o connivencia con sectores de las Fuerzas Armadas estatales. Y cuarto, en zonas en las que tradicionalmente estaba el ELN, ha habido despliegues de fuerzas militares estatales y acantonamiento en sitios donde antes no estaban. Entonces, hay como un constreñimiento. Si usted mira el universo de ataques, parece que no hubiera cese al fuego.
Entonces convocamos al Ministro de Defensa de Colombia, estuvo acá en La Habana tres días, estuvimos analizando estos problemas. Él va a tratar, desde su gestión, de ver cómo se van a resolver esos problemas, porque lo que se trata es de buscar soluciones conjuntas a los problemas que tiene el cese el fuego.
Periodista: Hay varios puntos neurálgicos en las conversaciones. Quizá, para el acuerdo de esta prórroga en particular, estaba el tema de los secuestros por parte del ELN, que era una de las cosas a las que más peso le daba la delegación del Gobierno de Colombia.
PB: Este es un cese de inicio, o sea, no es un cese de fin del conflicto, es un cese de inicio, [en el] que buscamos que la lista de acciones prohibidas se vaya consolidando para dar mayor efectividad al cese. Entonces, en esta ocasión nosotros dijimos no tenemos problema –como una decisión unilateral y temporal, por supuesto– mientras [está en vigor] el cese el fuego, de dejar de hacer esas retenciones de propósito económico.
¿Qué significa eso para nosotros? Realmente, en todas las regiones donde nosotros estamos cobramos unos impuestos. Entonces, a la gente que no pague esos tributos, nosotros le hacemos privaciones de la libertad de manera temporal. Entonces, quiere decir que ese factor coercitivo dejamos de aplicarlo, pero [también] quiere decir que para todo el plan del ELN tiene que seguir habiendo esas contribuciones.
Periodista: Ahora, usted hablaba de los ataques de grupos paramilitares. Ustedes han denunciado que estos grupos están en connivencia o que actúan bajo el liderazgo de las fuerzas militares colombianas. ¿Cómo evalúan ustedes la postura oficial del Gobierno ante esta situación? y ¿hay alguna posibilidad de que esto se resuelva en los próximos seis meses de prórroga?
PB: El paramilitarismo es el arma por excelencia de la contrainsurgencia. En palabras de un anterior jefe de Misión de Naciones Unidas en Colombia, “el paramilitarismo es igual a la perfidia”, que es que el Estado opera en contra de grupos de oposición, como el caso nuestro, por intermedio de otros, para no asumir responsabilidades. Eso es el paramilitarismo, que ha sido una doctrina de Estado viejísima.
Pero, pese a la prohibición, desde los años 90 para acá se desarrolló una modalidad que llamamos de narco-paramilitarismo, que son grandes cárteles, que a su vez tienen escuadrones militares. Uno de ellos explicaba cómo se relacionaba con el ejército y decía: Yo, al comandante de la brigada le pagaba 40 millones de pesos mensuales y mataba tres o cuatro [personas] y se los ofrecía como falsos positivos para que él sacara pecho y dijera “vea, maté a cuatro guerrilleros”. Ese es el tipo de simbiosis que hay.
Periodista: Comandante, ¿no es un poco contradictorio que el gobierno de Petro, que alentó desde el inicio este tipo de diálogo, sea permisivo con este tipo de actos, cuando se está yendo a una mesa de negociación, precisamente para acabar con esto?
PB: Hay cosas en la vida que uno quiere y cosas que uno puede. Nosotros pensamos que no es que el Gobierno sea permisivo, sino que es una dinámica de Estado que viene como doctrina y después se terminó volviendo una costumbre. Un militar decía “es que para nosotros los paramilitares [esto] es como cuando uno tiene una amante: la tiene, pero la niega”. Ellos mismos dicen eso. Claro, no es solamente una doctrina, sino ya es cultura del Estado, el cómo ataca a los grupos de izquierda y de oposición. Y de ahí vienen los desplazamientos forzados, la ejecución de líderes, el despojo.
Entonces, eso es un brazo de la guerra contra la insurgencia en Colombia, contra los líderes populares. Petro llega al gobierno y encuentra eso, coloca a un Ministro de Defensa que es un jurista muy prestigioso y no tenemos duda de su buena fe y buena voluntad; lo que pasa es que encuentra toda una estructura montada.
Periodista: Comandante, el presidente Petro ha dicho en reiteradas ocasiones, de hecho, lo dijo aquí [en La Habana] el año pasado cuando se firmó el cese el fuego, que él aspira a que la paz total con el ELN se firme para 2025. ¿Ustedes comparten esta visión?
PB: Acabamos de tener un ciclo [de conversaciones] en México, que terminó en diciembre, y tocamos un punto que se llama Horizonte del Proceso y el mensaje es que vamos a tratar de avanzar al máximo con este Gobierno. ¿Qué quiere decir eso? Que estamos poniéndole el acelerador a esto, pero si nosotros nos ponemos a decir que, antes de que Petro se vaya en agosto de 2026, esto estará listo, de pronto hacemos una promesa que no se puede sostener.
Entonces, mejor nosotros optamos por hacer el compromiso que hicimos: vamos a ponerle a esto, concienzudamente, velocidad para que avance lo más posible. Ese es el compromiso.
Periodista: Ahora, mientras Colombia hace todos estos esfuerzos por llegar a un acuerdo de paz con el ELN, hay otros grupos paramilitares al margen de todo esto. Uno de los debates más grandes que vive la sociedad colombiana hoy, y el resto de América Latina también, es cómo llegar entonces a un acuerdo de paz con tantos grupos.
PB: Le voy a contar una anécdota. En la región colombiana cerca del Darién, que se llama Urabá, una vez hicimos una teleconferencia con líderes de comunidades afros y se levantó una señora y nos preguntó si el ELN va a hacer lo mismo que las FARC. Si van a dejar grupos de la disidencia que lo que nos están haciendo es daño.
Es un reclamo legítimo. O sea, si un proceso de paz lo que hace es dejar residuales que se convierten en un problema inmanejable, pues eso es reciclar violencia, ¿cierto?
Yo le respondí que cada cosa que hace el ELN en esta mesa viene como producto de un consenso previo con todos los frentes. O sea, esta delegación de diálogo no viene aquí a decir cosas individuales, no, lo que trae es un consenso. Cuando eso se hace así y cada cosa que se trae acá viene procesada democráticamente, quiere decir que se garantiza el acuerdo de todos, o sea, cero disidencias.
Periodista: Comandante, pero también se pensaba que había un plano consensuado cuando se llegó al acuerdo de paz con las FARC. Le pregunto, ¿hay riesgo dentro del ELN de que luego haya disidencias?
PB: Por ejemplo, en este momento hay sectores del Estado promoviendo disidencias en el ELN y nosotros se lo reclamamos. Aquí tenemos una mesa, ¿por qué por debajo de la mesa ustedes tratan de socavar al ELN? Entonces, eso lo tenemos en evaluación.
Periodista: ¿Y cuál ha sido la respuesta del Gobierno?
PB: Ellos comenzaron con una parte del Estado que hace una cosa y otra que hace otra cosa, nosotros les dijimos, queremos tener un solo interlocutor, uno en el cual confiemos, pero no uno en el que se confía y otro que conspira [en contra de nosotros]. Ese reclamo lo hicimos en este ciclo, vamos a esperar hasta donde avanza la solución.
Periodista: Comandante, mientras ustedes están en una lucha ardua por llegar a un acuerdo de paz, en el resto de la región se están dando otras situaciones que pudieran hacernos pensar que la región se encamina hacia nuevos conflictos. Esperemos que no, pero por ejemplo, la militarización de otros países recientemente. En el caso de Ecuador, la llegada de Laura Richardson, la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, que ha venido a brindar su ayuda “desinteresada” a América Latina y a Ecuador para combatir las mafias. ¿Cómo ven ustedes en el ELN esta situación?
PB: Le voy a contar la historia completa. Hubo un presidente que se llamaba Lenín Moreno. Nosotros teníamos allá [en Ecuador] una mesa de diálogo y un día dijo por la televisión “yo dejo de ser garante del proceso de paz de Colombia y se me van de aquí”. Así fue como llegamos aquí a La Habana, donde nos dieron alojamiento.
¿Que comenzó Lenín Moreno? Dos cosas: un proceso de derechización, de echar atrás todo lo que había hecho el Gobierno de [Rafael] Correa; pero lo más grave es que comenzó a deshacer el camino de soberanía que había ganado Ecuador con Correa y comenzó a rehacer viejos tratados militares, policiales, judiciales y de seguridad con Estados Unidos.
¿Cuál fue la excusa? La invasión de bandas del narcotráfico de Colombia hacia Ecuador y todo el Pacífico ecuatoriano se llenó de esas bandas. Hoy nos damos cuenta que mucho de ese proceso de colonización de mafias fue inducido y, de una u otra manera, Estados Unidos estuvo detrás. Eso se llama crear problemas para vender seguridad. Eso [fue lo que] le aplicaron a Ecuador.
Hoy están debatiendo otra vez volver a instalar bases militares de Estados Unidos en Ecuador. Todos los tratados policiales y militares que rompió Correa [con EE.UU.] ya los rehicieron. Crearon ese caos y acaban de declarar que hay un conflicto armado interno y eso es falso. Lo que hay es una pelea con la delincuencia común, eso no es un conflicto político. Es un problema de mafias, de cárteles.
Pero eso les da dos garantías: pueden solicitar ayuda militar de Estados Unidos, de manera masiva; y segundo, pueden aprobar muchas más leyes restrictivas a la oposición por ley marcial. Controlan a la oposición e inundan a Ecuador con más tratados militares y policiales con Estados Unidos. Esas son las visitas de la señora Richardson a Ecuador.
Periodista: Usted habla de bases militares de Estados Unidos en América Latina. En Colombia todavía hay unas cuantas.
PB: Hay 12 y están tratando de crear una nueva en una isla paradisíaca del Pacífico que se llama Gorgona, que es un parque natural nacional. La Infantería de Marina de Estados Unidos, ya tiene construidos muelles, instalaciones. Y los ambientalistas se preguntan: ¿cómo así? ¿De dónde salió eso? ¿Quién dejó eso instalado? Fue [Iván] Duque, el anterior Presidente.
A Petro le ha tocado entrar a meterle mano a eso. Yo no tengo claro si eso va a seguir o lo van a frenar.
Periodista: Ustedes desde el ELN, ¿piensan que, en caso de un conflicto mayor en América Latina, EE.UU. pudiera utilizar su espacio preferencial en esas bases colombianas para sus acciones?
PB: Ya lo está haciendo. Por ejemplo, la principal academia de policía colombiana sirve de entrenamiento a todas las policías del continente, que era el entrenamiento que hacía la Escuela de las Américas. Allá trasladaron muchas de esas cosas. Las operaciones militares contra Venezuela, ¿quién las hace? Bandas y grupos orquestados desde Colombia.
Ahora se le ocurrió a Estados Unidos que va a cuidar la Amazonía, cuando precisamente los nueve países de la Amazonía han dicho [que] eso es una reserva de todos y los latinoamericanos tenemos la capacidad para cuidar eso. No necesitamos que venga ninguna potencia exterior a decir que la va a cuidar por el bien de la humanidad. A Estados Unidos se le caen las babas por meterse a la Amazonía.
Entonces, los primeros viajes de la señora Richardson a Colombia eran [para] eso, [dis que] para ayudar a cuidar la Amazonía. Como decimos en Colombia, ahora hazme un cuento de vaqueros. ¿Quién se cree eso?
Periodista: ¿Y cuál usted entiende que debería ser la postura oficial de Colombia ante esta situación?
PB: Petro tiene un problema. Hay muchas cosas que él hace que Estados Unidos tolera. En otro tiempo, ya lo hubieran tumbado, ya lo hubieran derrocado. Y hay otras cosas en las que también, de una u otra manera, por correlación de fuerzas, Petro no puede pelear con Estados Unidos. Entonces hay una situación mixta.
Por eso las posiciones de Petro sobre Gaza. Mire una cosa irónica: cuando Petro dijo que en Gaza había un genocidio, los sionistas que mandan en Israel dijeron “no le vendemos más armas y recursos de seguridad”, en unos contratos muy viejos. Y adivine qué dijo la señora Richardson al día siguiente: tranquilo, que yo se los vendo. Hay una división del trabajo.
Entonces, es una relación compleja. En unas cosas, los Estados Unidos se amolda a lo que hace Petro y en otras, viceversa.
Periodista: Pero, no sé si me respondió la pregunta: ¿cuál debería ser la postura oficial del Gobierno colombiano?
PB: Como le dije antes, hay cosas que uno quiere y hay cosas que uno puede. Supongamos, en el mejor de los casos, que él [Petro] quiera hacer más, pero la correlación de fuerzas internas no se lo permite.
Por ejemplo, todo el aparato judicial, militar, policial, de seguridad, tiene un monitoreo, una penetración, un enquistamiento de Estados Unidos. ¿Cómo se gobierna la policía en Colombia? Desde el FBI. ¿Cómo se gobierna la Fiscalía General? Desde el Departamento de Justicia. ¿Quién maneja todas las relaciones de fuerzas militares? El Pentágono? Es una situación de décadas. Es una situación muy grave.
Periodista: ¿Cómo, entonces, desde los países de América Latina combatir este proceso de neo-neoliberalismo, de nuevas invasiones militares que estamos viviendo y que parecieran ser un poco más solapadas? Hay quien diría que eso solo se puede combatir desde la lucha armada, pero a la misma vez estamos viviendo procesos de paz como el de Colombia.
PB: ¿Cómo hacer? Le explico lo de Colombia. En 2021, hubo un estallido social. La gente se cansó del hambre, la miseria, la represión. Iban a aprobar unos nuevos impuestos y [la situación] rebasó todos los mecanismos de seguridad y defensa. La gente se tiró a las calles a protestar y ese torrente de cambio fue el que eligió [como Presidente] a Petro. Petro está en deuda con eso.
¿Cuál es la vía? Seguir generando y organizando la lucha popular para que sea un mecanismo fuerte de presión, de cambios. Yo no le estoy diciendo que el ELN va a resolver los problemas de Colombia. No, nosotros animamos a que la gente tenga un proceso de movilización por los cambios y le apostamos a eso.
Periodista: Y por último, Comandante, estamos en La Habana, donde primero se firmaron los acuerdos de cese el fuego el 3 de agosto del año 2023. Seis meses después regresamos acá para firmar esta prórroga de cese el fuego. ¿Qué representa para el ELN el que sea Cuba país garante y país sede de un proceso tan complejo pero a la misma vez tan positivo para su país?
PB: Cuba se ha distinguido en las últimas décadas por apoyar irrestrictamente el proceso de paz colombiano. Eso lo reconocen todos los presidentes, de izquierda, derecha y centro, que han habido. Y claro, ha habido momentos críticos. Cuando un gobierno de derecha en Colombia le dijo a Cuba: allá hay una delegación de negociadores de paz, entréguelos, Cuba le dijo “no, señor, ellos son negociadores de paz, nosotros somos garante”. Noruega le dijo lo mismo. Usted no puede pasar por encima del derecho internacional.
Esa negativa de Cuba de ceder a esa pretensión de violar el derecho internacional –que para eso son países garantes–, llevó a que Duque le pidiera al [entonces presidente Donald] Trump que le impusiera nuevas sanciones a Cuba.
Fíjese que la posición de principios, tanto internacionalista como apegada al derecho internacional de Cuba, ha tenido un alto costo, pero aún así Cuba mantiene una política de Estado de apoyo al proceso de paz.
Yo le decía una vez al presidente [Miguel] Díaz-Canel, que en las dificultades es que uno conoce a los verdaderos amigos. Eso es lo que ha hecho Cuba, mantener una posición invariable como posición de estado y respaldo al proceso de paz de Colombia.
Periodista: ¿Cree usted que Colombia le ha agradecido lo suficiente a Cuba por esa postura por la que está pagando un alto precio?
PB: Cuando recién fue elegido el gobierno de Petro, aquí [a La Habana] vino una delegación con el que hoy es el canciller, Álvaro Leyva. Leyva dijo que Colombia tiene que comenzar un proceso de resarcimiento. Yo entiendo que en el Gobierno existe esa voluntad de compensar los esfuerzos y yo pienso que en este Gobierno ha habido unos pasos importantes de mejoramiento de relaciones entre los dos Estados, entre los dos pueblos, que es la mejor manera de que haya un resarcimiento y un reconocimiento de los esfuerzos de Cuba por la paz de Colombia.
Periodista: Finalmente, si Cuba no fuera un país garante, si Cuba no hubiese puesto toda su disposición, todos estos años, ¿cómo creen que hubiese sido el proceso de paz hasta ahora? No sólo con el ELN, sino también con las FARC.
PB: Le coloco el ejemplo nuestro. ¿Usted se imagina que nosotros hubiéramos seguido con la mesa [de negociaciones] en Ecuador después que llegó Lenín Moreno. ¿Dónde estaría yo? En una cárcel en los Estados Unidos. Porque para esto hay que tener principios. Que sin importar las presiones que haya, usted coloque por delante los principios. Eso es lo que ha sido [una] garantía para un proceso como el de las FARC y ahora con nosotros.
Periodista: Comandante, muchísimas gracias. Les deseo mucho éxito en estos acuerdos.
PB: Gracias.
*** La versión en vídeo de esta entrevista la puede encontrar en el canal de Youtube del medio Breakthrough News.