Breves de verano 2

 

 

En Rojo

Comienzo esta segunda entrega de breves con precisamente un “Live Action Short Film”, ganador del Oscar en esta categoría en 2019. Skin/piel es un proyecto de los israelitas Guy Nattiv y Sharon Maymon que, al parecer, no tiene nada que ver con su propia realidad en su país y la violencia normalizada entre israelitas y palestinos. En 20 minutos, nos adentramos al comportamiento aceptado y celebrado de una pareja estadounidense que, aunque desempleada y viviendo con ayudas del gobierno, desdeña cualquier ley que limite su “libertad”. Viven en las afueras y le enseñan a su hijo de 10 años, lo que consideran importante: obedecer a su madre y padre (el que siempre tiene la última palabra), aprender a manejar todo tipo de armas y defender su derecho a portar y usarlas. Lxs amigxs que comparten su comunidad son como familia y están dispuestos a defender su espacio, especialmente de los negros y latinos con quien coinciden en supermercados o lugares públicos. El discurso violento y racista nos recuerda las entrevistas que el comediante reportero, Jordan Klepper del ”The Daily Show”, hace a los seguidores de Trump en sus mítines (“rallies”): el mismo tono, la misma ignorancia, la misma furia. Pueden ver el cortometraje en Prime.

Reptile

 El segundo filme que resalto—estreno de Netflix este mes—es Reptile, primer largometraje de ficción de Grant Singer como director y también coguionista con Benjamin Brewer y Benicio del Toro, quien protagoniza este drama de investigación policíaca con un elenco exquisito que incluye a Justin Timberlake, Eric Borgosian, Alicia Silverstone, Ato Essandoh y Frances Fisher. Tiene el tempo perfecto para una historia de investigación criminal y mirada a la corrupción generada por la misma policía. Como es de esperarse, Benicio no tiene que hacer mucho para parecer sospechoso de todo y ambivalente en su comportamiento por su presencia escénica: autor del crimen, detective corrupto, conocedor y ocultador de evidencia pasada, amenazador cuando percibe algún peligro a su persona o su familia, pero también respetuoso de los mayores en rango, protector de mujeres expuestas al peligro de alguna agresión sorpresiva, dudoso de lo que parece demasiado evidente y fiel a los que considera sus amigos. Por eso desde el comienzo, la narrativa nos mantiene en alerta, intentando descubrir evidencia con y sin John Nichols (Benicio). Se descubre la evidencia, se investiga, se guarda, se descarta, pero poco a poco las flechas coinciden.

Sin La Habana

El tercer filme es Sin la Habana (director y guionista Keveh Nabatian; cinematógrafo Juan Pablo Ramírez; elenco Yohah Acosta, Aki Yaghoubi, Evelyn Castroda O’Farrill), una producción canadiense de 2020, situada en La Habana y luego Montreal, traza la vida conflictiva de Leonardo, un joven bailarín de ballet, que se debate entre quedar o irse de Cuba, para poder desarrollarse en otro país que reconozca su talento. Leonardo tiene la seguridad de que es entre los mejores bailarines de Cuba y que se le debe distinguir con un empleo y salario fijo. Mientras llega ese reconocimiento, sirve de guía turístico y, de paso, coquetea con las extranjeras que lo encuentran hermoso y simpático. Su novia, Sara, se siente igual de maltratada profesionalmente al no poder ejercer su carrera y ganar un buen sueldo. Ella lo convence de enamorar a una de las turistas a su cargo, Nasim, canadiense/iraní. Así Nasim podrá gestionar su visa a Canadá y Leonardo hará lo mismo con Sara una vez esté establecido en Montreal. Pero a pesar de Montreal tener cientos de compañías de danza y ballet, Leonardo no entiende que la rigurosidad y disciplina que se le exigía en Cuba, es un requisito en todos estos lugares. Esos reencuentros entre lxs tres jóvenes, la carga cultural que cada uno trae, la contradicción entre lo soñado y lo real hacen de esta historia una muy relevante en el presente.

Past Lives, de la directora y guionista Celine Song (cinematógrafo: Shabier Kirchner; elenco: Greta Lee, Teo Yoo, John Magaro), es uno de estos filmes que desconciertan porque parece no tener un camino claro a seguir y, por lo tanto, parece andar en círculos. A pesar de que la historia comienza en la niñez de los dos personajes principales en Corea del Sur, una vez llegan a la adultez y separados geográficamente, el centro de la trama no depende de actos de decisión personal y profesional, sino de reflexiones que definen una vida. Na Young y Hae Sung tienen doce años cuando lxs conocemos, van a la misma escuela y compiten por ser los mejores de su clase. Casi hay un entendimiento entre familias que, en algunos años, serán una pareja exitosa. El vínculo se rompe cuando la familia de Na Young decide trasladarse a Canadá y desarrollarse allá profesionalmente. El vínculo entre los dos chicos no se reestablece hasta doce años después que se encuentran por las redes sociales. Na Young, ahora con su nombre occidental, Nora, y desarrollándose como dramaturga y libretista, vive a través de las narrativas de Hae Sung, ahora ingeniero, el diario vivir en el país que dejó atrás. Con una lentitud y repetición que a veces cuestionamos, doce años después logran encontrarse en Nueva York y compartir un tiempo breve junto a Arthur, esposo de Nora. Los escuchamos hablar en coreano, ponerse nostálgicxs al recordar su niñez y lo unido que eran y sabemos que coinciden en pensar ¿qué hubiera pasado si Nora no hubiera emigrado y hubiera quedado en Corea? En ese momento Nora y nosotrxs nos desplomamos emocionalmente. Valió la pena esperar a ese desenlace callado y doloroso.

Road Dance

The Road Dance del director y coguionista, Richie Adams, basado en el libro de John MacKay (cinematógrafa: Petra Korner; elenco: Hermione Corfield, Morven Christie, Will Fletcher, Mark Gatiss), es un filme de 2021 filmado en Outer Hebrides, Escocia y ubicado en 1916, en plena 1era guerra mundial. Aunque la guerra parece estar muy lejos, se afecta toda la comunidad, especialmente los jóvenes que tienen que alistarse y las familias y comunidad que quedan en espera de si volverán a verlos. La protagonista, Kirsty, es la joven más admirada y codiciada de la comunidad tanto por su belleza como por su inteligencia y capacidad de hacer de todo. Aunque está integrada a la Isla de Lewis y ama y respeta a su madre viuda, Mairi, y a su hermana algo menor, Annie, su deseo es algún día navegar y llegar a “América”. Ese fue el sueño de su padre y es el de Murdo, el joven de la comunidad más parecido a ella. Sueñan irse juntos a América y descubrir otra vida, aunque siempre vinculados a su comunidad escocesa. El “Road Dance” será la fiesta de despedida a los jóvenes que se van a la guerra y habrá de todo: comida, bebida, música y baile. También será la noche que todo cambie para Kirsty cuando es violada por alguien que la golpea y ella no puede reconocer. Aunque el filme trata de incluir demasiados temas profundos que necesitarían más tiempo para desarrollar, el retrato social y cultural que presenta de la situación de la mujer, la “protección” y supervisión que la comunidad se asigna, la separación de las islas con lo que sucede en el continente, nos da un retrato de ese pasado que sigue teniendo repercusiones hoy en día.

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