Chile: ¡Paloma herida no más!

 

 

Especial para CLARIDAD

 

El golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 contra el presidente socialista electo de Chile Salvador Allende Gossens, quien ejerció desde el 3 de noviembre de 1970 bajo la Unidad Popular, elevó al poder en ese país latinoamericano al dictador militar Augusto Pinochet durante 17 largos años. Se generalizó la tortura, las desapariciones, los asesinatos y toda clase de penurias y exilio que sufrió la amplia base del pueblo simpatizante de Allende, la Unidad Popular y su proyecto de transformación social, económica y política de Chile.

El movimiento de solidaridad con el pueblo chileno no se hizo esperar incluyendo del pueblo progresista de las grandes ciudades de Estados Unidos, país que asistió en la barbaridad. En Nueva York el 11 de septiembre de ese año miles se tiraron a la calle a protestar el derrocamiento violento del primer presidente socialista electo. En Nueva York la activista y trabajadora de la cultura Zuni Paz hizo famosa una canción que así comenzaba, “Chile, paloma herida, en un rincón del mapa acorralado…”

Pero, ya no más. Cientos de actividades programadas para el 50 aniversario del funesto golpe, servirán para recordar, remachar y exigir una y otra vez que semejante barbarie no puede repetirse en nuestro entorno latinoamericano. Las actividades del 50 aniversario serán de toda índole en los ámbitos institucionales, políticos, intelectuales, culturales, académicos y artísticos. Serán actos masivos, y actos solemnes de recordación en particular de Salvador Allende Gossens quien brindó su vida por Chile al ser asesinado en el Palacio de la Moneda en pleno golpe.

En Chile ya se vieron las consecuencias del “triunfo” de los fascistas en sufrimiento humano y violación de derechos humanos. Al presente, esta realidad cobra particular importancia por los ejemplos que tenemos de tendencias de políticas anti-democráticas, anti pueblo, políticas de odio anti minorías, anti migrantes, anti diversidad, anti trabajadores(as) y anti pueblo y fundamentalistas, en fin de corte fascista. Los actores(as) de estas tendencias  se valen de los problemas actuales de los pueblos y los trabajadores(as) para su mensaje y política de mano dura como la solución de problemas que no es otra cosa que la consolidación del poder de la derecha. La experiencia de Chile y el 50 aniversario del golpe militar recuerdan a los Mauricio Macri de Argentina, Jair Bolsonaro de Brasil, Giorgia Meloni de Italia, Donald Trump de Estados Unidos, Carlos Romero Barceló y sus semejantes en Puerto Rico, y otros gobernantes y exgobernantes de corte fascista.

La prohibición actual de libros seleccionados en Florida tuvo su paralelo en Chile en la quema de libros de temas políticos y marxistas como superficie del témpano de los desmanes de la dictadura Pinochet. Este reemplazó el Congreso del país y gobernó decretando leyes. Sindicalistas, izquierdistas, socialistas, comunistas, activistas, estudiantes, poetas, cantautores y trabajadores(as) de la cultura en general sospechosos(as) de simpatizar con el proyecto de Allende y la Unidad Popular fueron torturados, desaparecidos y asesinados(as). Los trabajadores(as) de la cultura Víctor Jara y Violeta Parra vienen a la memoria. El excelso poeta chileno Pablo Neruda falleció poco después del golpe… reinó el terror y el trauma.

Luego la transición de Chile al ejercicio democrático desde 1990 con Patricio Alwyn, ha sido uno tortuoso que transitó gobiernos neoliberales que intentaron consolidar un estado a la usanza de los típicos gobiernos capitalistas lanzándose contra trabajadores(as). Así también la transición ha sido de cruentas luchas en particular de jóvenes, estudiantes y trabajadores(as), hasta la llegada al gobierno de Gabriel Boric cuya alternativa era una regresión, y que hasta el presente no ha logrado la reforma constitucional.

Al llegar el 50 aniversario del golpe militar de Pinochet contra el inolvidable Presidente Allende, en Chile y entre las fuerzas de avanzada que marcarán el momento en muchos rincones de América Latina y el Caribe se redoblará la conciencia de que jamás debe repetirse en América Latina o el Caribe el fascismo por más deficiente que sean nuestras democracias. Hablar de preservar la práctica democrática de gobiernos que han hundido a los trabajadores(as) en una mayor pobreza sobre todo en los tiempos del Covid-19, del cambio climático y de crisis económica y hambre en general puede parecer desacertado, pero preservar la democracia se refiere a llevarla a un nivel superior a diferencia de los simulacros de democracia que son dictaduras como el caso de Israel y su trato favorecedor del aniquilamiento del Pueblo Palestino.

Las desapariciones, asesinatos y represión fascista como también sucedieron en muchos lugares de nuestro hemisferio incluyendo Brasil, Colombia, El Salvador, Haití, Paraguay y Uruguay tienen que erradicarse para no volver jamás en ningún lugar, mucho menos a Chile. Ese recordatorio y mensaje, incluyendo no permitir el avance de los movimientos fascistas del presente, permeará las actividades del 50 aniversario del golpe de 1973 en Chile. Las armas de la represión en manos de un gobierno militar iracundo, vengativo y reaccionario contra un proyecto de avanzada fue lo que vivió Chile con el golpe de 1973. Ahora paloma herida jamás.

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